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¿De qué depende nuestra felicidad? El gran experimento del cerebro

Desde el University College of London (UCL) nos sorprenden con la traducción de la felicidad a una fórmula matemática. Y tal alarde para deshacer la quimera de lo que para cada uno de nosotros significa la felicidad, aún encima, ha sido recientemente modificada. El estudio tuvo una muestra de 18.000 personas en el llamado The Great Brain Experiment.

Parto de la idea de que la búsqueda de la felicidad, o al menos de la decisión de tenerla como meta desde el segundo uno en el que el nivel de consciencia nos lo permite, es una de las emociones, actitudes y aptitudes más sanas, sí, sanas.  Esto debería caracterizar no solo al ser humano, sino a los seres vivos.

Pues bien, si no parece ya suficientemente humillante el hecho de que un sentimiento tan vivo pueda ser reducido a una fórmula matemática que nadie aplicará para conseguir todo por lo que merece la pena vivir, la reciente modificación es terrible: nuestra felicidad no depende sólo de lo que nos pasa, sino también de cómo les va a los demás.

“Nuestra ecuación puede predecir con exactitud cómo la felicidad de la gente se basa no sólo en lo que les sucede, sino también en lo que les ocurre a las personas de su entorno”, explica uno de los coautores principales del estudio, Robb Rutledge.

Culpa, envidia, dinero, competencia, son algunos de los factores que conforman la fórmula de la felicidad.  ¿En serio nos hemos convertido en algo así ? Cuando sonríe quién más queremos, cuando llegamos a casa y están esperándonos, cuando nos dicen “ha salido todo bien”, cuando el resultado de la analítica está bien, cuando el quirófano se diluirá en una anécdota… Cuando las ganas de vivir nos inundan, ¿de verdad que aplican la fórmula del prestigioso UCL?

Pues sí, recordemos que el 50% de nuestra felicidad depende de factores modificables como nuestra actitud / percepción o voluntad (40%) y las circunstancias que podemos o no administrar (10%); es decir, que sólo el otro 50% depende de un factor genético no modificable.

Quizás, citando a Neruda, “algún día, en cualquier parte, en cualquier lugar… indefectiblemente te encontrarás a ti mismo, y ésa, sólo ésa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas”.

Ahora, saquen su calculadora…

 

Fuente: Revista Nature.

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