El estrés en los servicios de salud

El estrés del profesional que labora en servicios de salud es mucho más alto que aquel presentado en el ejercicio cotidiano de otras profesiones.  Atender el dolor, la muerte, las enfermedades terminales –en ocasiones enfrentando el sentimiento de no poder hacer nada de cara a ellos– genera niveles de estrés muy altos en el personal encargado de ofrecer servicios de salud; situación detectada y reconocida desde tiempos muy antiguos, y sin distinción de género.

Estudios recientes sugieren varias metodologías para la reducción del estrés, aplicables tanto al personal sanitario como a los pacientes:

• Ejecutar técnicas de relajación durante el transcurso del día
• Contribuir a suscitar cambios que provoquen la disminución de los niveles de estrés en el lugar de trabajo. La satisfacción laboral se correlaciona directamente con el buen funcionamiento del centro sanitario y, las relaciones interpersonales existentes con los compañeros y jefes
• Potenciar el trabajo en equipo para abordar las diferentes problemáticas de los servicios prestados
• Mejorar la administración de su tiempo: busque y promueva un equilibrio entre su tiempo libre, su horario laboral y su vida personal
• Cuidar y desarrollar sanos hábitos de alimentación, que no descuiden el ejercicio y la calidad de sueño
• Adoptar una actitud positiva
• Mantener una sana y fluida comunicación con una persona amiga. Procure mantenerlo en niveles productivos –la risa y el llanto son grandes mitigadores del estrés–
• Participar activamente en eventos comunitarios

Promueva y construya con entusiasmo, paciencia e inteligencia un lugar de trabajo seguro, saludable y digno. Recuerde que solemos pasar la mayor parte de nuestro tiempo en el ámbito laboral, y que es precisamente ahí en donde nuestra proyección humana más auténtica se prueba día con día. La salud mental viene dada por la generación de un espacio vital capaz de acoger, aceptar y asumir a los demás –aún en diferencia–; y con ello, a nuestros retos personales y a la atención plena de nuestras responsabilidades de vida.