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Mitos acerca de los tumores cerebrales

Mito: Recibir el diagnóstico sobre la existencia de un tumor cerebral benigno proporciona alivio al paciente y a su familia

La distinción entre benigno y maligno puede plantear un desafío. Algunos tumores benignos suelen ser muy serios, tanto como si estos fuesen calificados como malignos. De hallarse ubicados en lugares inaccesibles –como los alojados en el tallo cerebral por ejemplo–, resultan en extremo amenazantes. Cualquier tumor cerebral ocasiona un impacto en la vida del paciente, independiente del tipo o etapa del mismo.

 

 

Mito: Todo paciente que presenta un tumor cerebral manifiesta los mismos síntomas

Cada persona diagnosticada con tumor cerebral mostrará síntomas diferentes; por lo tanto el camino para determinarlo puede variar de caso a caso. Algunas no desarrollan síntomas que pudiesen indicar la presencia de un tumor u otro tipo de lesión. Otras muestran síntomas que van acentuándose con el tiempo hasta que eventualmente se llega a un diagnóstico. Incluso existen individuos que en forma súbita e inesperada experimentan síntomas tales como una repentina convulsión, la cual puede conducir a un rápido e inesperado diagnóstico.

 

 

Mito: Alguien diagnosticado con un tumor benigno no requiere quimioterapia

Si bien rara vez se necesita aplicar una quimioterapia, es posible llegar a requerirla. Los protocolos de tratamiento se fundamentan en la edad del paciente, en su condición de salud general y en factores como la ubicación y el tamaño del tumor.

 

 

Mito: Una vez que el paciente finaliza su tratamiento su vida retorna a la “normalidad”

El término de un tratamiento trae consigo una mezcla de emociones tales como alivio, cansancio, alegría e inclusive ansiedad. El paciente debe adaptarse a “una nueva condición de normalidad” –por así decirlo–, que irá acompañada de los efectos que a largo plazo este pueda experimentar tras recibir el tratamiento, no obstante el protocolo buscar obtener una mejora paulatina.

 

 

Mito: ¿Se cuenta con datos precisos y confiables sobre el número casos de personas afectadas por tumores cerebrales?

En el país no existe una base de datos centralizada que contenga información sobre las distintas lesiones cerebrales. Cada hospital suele mantener sus propios registros, y algunos de ellos publican sus estadísticas para conocimiento de la comunidad. Tal es el caso de SOLCA.

 

 

Mito: Todos los tumores son una forma “exótica” de cáncer

Los tumores cerebrales son una de las causas principales de mortalidad en menores de edad en algunos países, como en Canadá, por ejemplo. No necesariamente se trata de un tipo de cáncer.

 

 

Mito: El tratamiento de un tumor cerebral es igual para todos los casos, y accesible a cualquiera que estuviese afectado

El tratamiento de las lesiones cerebrales puede variar según su diagnóstico. A la fecha, se ha documentado la existencia de 120 tipos, y su ubicación dentro del cerebro. El médico es el más indicado para señalar las modalidades de tratamiento a seguir disponibles para el paciente, en atención a sus requerimientos individuales. Cabe con este fin, estudiar opciones viables en función de costos, ubicación geográfica, seguros de salud y logística que acerquen los protocolos idóneos para cada caso.

 

 

Mito: Todo tumor metastásico se comporta igual una vez que este se aloja en el cerebro

Estamos frente a una sobresimplificación del tema. La metástasis del cerebro se manifestará de modo diferente si el origen de esta fuese el pulmón, la mama o la piel, por citar tres ejemplos. Estas variaciones definen cómo suele responder el cáncer a la quimioterapia o bien a la radiación.

 

 

Mito: El número de tumores metastásicos en el cerebro determina la mejor guía de tratamiento

Es una premisa falsa afirmar tal cosa, en tanto limitaríamos la gama de tratamientos disponibles. En la opinión de los médicos es preferible considerar el tamaño y alcance de los tumores, en lugar de cuantificarlos.

 

 

Mito: Todo tumor metastásico sugiere la presencia de una micrometástasis o de tumores muy pequeños

Destacados neurocirujanos de la NYU Langone sugieren que este no es el caso. El tratamiento agresivo puede mejorar sensiblemente el tratamiento del tumor y la supervivencia del paciente.

 

 

Mito: La mayoría de los tumores metastásicos producen señales claramente atribuibles al tipo de tumor

El mantener un régimen periódico de chequeos permite la detección temprana y el tratamiento oportuno, incluso antes de que se presenten los síntomas. Las señales o manifestaciones se relacionan con la ubicación y el crecimiento del tumor, mas no al tipo de los mismos.

 

 

Mito: Todos los pacientes de tumores muestran los mismos síntomas

Tal aseveración no es cierta, en tanto no todos los pacientes experimentan los mismos síntomas. Algunas señales se darán en función del crecimiento del tumor, y otras estarán relacionadas con su ubicación dentro del cerebro.

 cerebro

 

 

Mito: ¿Pueden causar tumores las radiaciones de microondas, celulares y laptops?

La mutación de las células puede ser provocada por radiaciones de alto nivel. Sin embargo, no existe evidencia suficiente para creer que la radiación proveniente de celulares y laptops sea la causa del aparecimiento de tumores cerebrales. De hecho, las microondas suelen estar bien recubiertas, y las ondas radioactivas de estos aparatos no salen al exterior. De ahí que las causas exactas que pudieran originar estas lesiones no son aún conocidas por la comunidad científica.

Este mito nace de la natural asociación entre radiación electromagnética y cáncer. En un extremo del espectro de radiación electromagnética están los Rayos X que son ionizantes (tienen la capacidad de producir daño al alterar la composición de moléculas o átomos). En el otro extremo se encuentran las menos poderosas ondas electromagnéticas que son no ionizantes.

Adicionalmente, dadas altas exigencias con las cuales son construidos hoy en día los hornos microondas, la probabilidad de exposición o daño humano es virtualmente cero.

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Mito: El tinte de pelo causa cáncer cerebral

Existe mucha especulación sobre el efecto dañino que los tintes de pelo pueden llegar a tener entre sus usuarios, al punto de considerarlos como los posibles causantes de diversos tipos de cáncer. Según lo anota una  publicación de la Asociación Médica Norteamericana (AMA) –aparecida en 2005–, los tintes no generan mayores probabilidades de desarrollar cáncer cerebral.

 

 

Mito: Los tumores cerebrales son muy raros

El hecho cierto es que no son “raros”, sino de incidencia infrecuente o baja. Históricamente se los consideraba así, en tanto no existían ni la tecnología ni los exámenes con los que hoy contamos para diagnosticarlos. A la fecha, los tumores cerebrales son fácilmente detectados tanto con la tomografía computarizada (CT) como con la resonancia magnética (MRI).

 

 

Mito: Modificar el estilo de vida contribuirá a prevenir el aparecimiento de tumores cerebrales

Las modificaciones al estilo de vida no previenen los tumores cerebrales, aunque resulta indudable que esta actitud es importante frente a otro tipo de dolencias, en las cuales ciertos rigores y cuidados abonan decididamente al bienestar y salud general del individuo.

Realizar ejercicio con regularidad, llevar una dieta apropiada y balanceada, y evitar la ingesta de sustancias tóxicas, son en sí mismas prácticas necesarias y saludables.

 

 

Mito: El control de seguimiento al paciente tras realizada la radiocirugía es necesario solo por un breve período

Su médico es el más indicado para proporcionarle las instrucciones de control de cara a su caso. Generalmente, se recomienda un seguimiento anual después de practicado el tratamiento, por ser dolencias de tipo recurrente.

 

 

Mito: Una vez sometido a tratamiento o a cirugía, ¿los tumores pueden ser prevenidos?

Los tumores –de cualquier tipo– no pueden ser prevenidos. La detección temprana se consigue únicamente a través del control regular con imágenes; esto posibilita identificarlos incluso cuando su tamaño sea muy pequeño, y facilitará también su oportuno tratamiento, evitando sus posibles secuelas.

 

 

Mito: Los tumores cerebrales provienen de “golpes en la cabeza”

No existe ninguna evidencia científica de que el trauma craneal sea causal del aparecimiento de tumores cerebrales.

 

 

Mito: Los tumores cerebrales son “hereditarios”

En general, los tumores cerebrales no se heredan. Existen contadas excepciones; entre ellas el Síndrome Li-Fraumeni (LFS) o ciertas enfermedades genéticas tales como: Neurofibromatosis (NF), Von Hippel- Lindau (VHL), Sturge-Weber (SWS), etcétera, en las cuales se da un importante componente genético y por ello hereditario.

 

 

Mito: El uso de secadores de pelo causan tumores cerebrales

Al igual que con los mitos antes detallados, no existe ninguna certeza manifiesta que relacione el uso de secadores de pelo con tumores cerebrales

 

 

Mito: El consumo de Aspartamo y otros edulcorantes causa tumores en el cerebro

La asociación entre el Aspartamo y los tumores cerebrales data desde 1966; no obstante este tema cobró auge en las décadas del ochenta y noventa. A pesar de existir varios estudios que pusieron de manifiesto una inquietante relación entre el consumo de este aditivo alimentario y la aparición de tumores y cáncer, la ciencia no cuenta con una evidencia clara e innegable que confirme al 100% este supuesto. Cabe por tanto aconsejar el uso moderado y racional de edulcorantes.

 

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