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Top 7 de alimentos saludables para tu cerebro y los que debes evitar (Parte II)

Así como hay dietas para bajar de peso o aumentar la masa corporal, existen otras que ayudan a fortalecer el cerebro. La inteligencia es uno de los factores que pueden ser verse mejorados con ayuda de varios alimentos y ejercicios específicos.

Se ha comprobado que el consumo de ciertos alimentos coopera a optimizar la memoria y la agilidad mental, al tiempo que proveen al cerebro de la energía necesaria para realizar aquellas actividades que requieren de mayor concentración.

A continuación completamos en detalle las propiedades de algunos alimentos indispensables para nuestra nutrición, que de seguro te ayudarán a estimular la inteligencia y a mantener en excelente condición tu cerebro .

Nueces

Las nueces son una buena fuente de grasas omega-3 de origen vegetal, fitosteroles naturales y antioxidantes; algunos procesos de experimentación en laboratorio han logrado revertir el envejecimiento del cerebro en ratas de edad avanzada.

Se ha encontrado que el DHA en particular –un tipo de grasa de omega-3 contenido en las nueces– estimula la función cerebral e incluso promueve la curación del cerebro; aunque este es más abundante en ácidos grasos de omega-3 de origen animal, tales como el kril y el salmón silvestre de Alaska.

Las nueces contienen una serie de otros compuestos neuroprotectores, así como vitamina E, ácido fólico, melatonina y antioxidantes que le dan aún más beneficios a su cerebro. Por ejemplo, las investigaciones muestran que el consumo de nueces puede apoyar decididamente en la salud del cerebro al aumentar el razonamiento inferencial en adultos jóvenes.

Otro estudio encontró que consumir alimentos ricos en antioxidantes como las nueces “puede disminuir la vulnerabilidad al estrés oxidativo que se produce en el envejecimiento”, “aumentar la salud” y también “mejorar la función cognitiva y motora en el envejecimiento”.

Apio

El apio es una rica fuente de luteolina, un compuesto vegetal que puede calmar la inflamación en su cerebro, causa principal de la neurodegeneración. La luteolina también se la ha relacionado con una menor tasa de pérdida de la memoria vinculada con la edad en los ratones.

En el caso de ratones más viejos alimentados con una dieta suplementada con luteolina, las pruebas mostraron mejores resultados en tareas de aprendizaje y de memoria.

Además del apio, los chiles y las zanahorias también son buenas fuentes de luteolina.

Aceite de coco

El principal combustible que su cerebro necesita para energía es la glucosa. Sin embargo, el cerebro es capaz de funcionar con más de un solo tipo de combustible. Uno de ellos son las cetonas (cuerpos cetónicos) o cetoácidos. Las cetonas son lo que su cuerpo produce cuando convierte la grasa (en oposición a la glucosa) en energía.

Los triglicéridos de cadena media (MCT) encontrados en el aceite de coco son una excelente fuente de cuerpos cetónicos, debido a que el contenido del aceite de coco es de aproximadamente 66% MCT.

Los triglicéridos de cadena media se van directamente a su hígado, donde el aceite es convertido rápidamente en cetonas. El hígado libera inmediatamente las cetonas en su torrente sanguíneo, donde son transportadas al cerebro para ser utilizadas fácilmente como combustible.

Mientras que su cerebro es muy feliz funcionando con glucosa, hay evidencia que sugiere que los cuerpos cetónicos en realidad pueden ayudar a restaurar y renovar las neuronas y la función de los nervios en el cerebro, incluso después de haber existido daño.

Los niveles terapéuticos de MCT estudiados establecen una ingesta de 20 gramos por día.

Según las investigaciones de la doctora Mary Newport, poco más de dos cucharadas de aceite de coco (unos 35 ml o siete cucharaditas rasas) le suministrarán el equivalente de 20 gramos de MCT, el cual resulta altamente recomendado, ya sea como una medida preventiva contra las enfermedades neurológicas degenerativas, o bien como un tratamiento para un daño ya establecido.

Mora Azul

Los antioxidantes y otros fitoquímicos en la mora azul se han relacionado con un mejoramiento en el aprendizaje, el pensamiento y la memoria, junto con reducciones en el estrés oxidativo neurodegenerativo. También es relativamente baja en fructosa en comparación con otras frutas, razón por la cual es una de las más saludables que existen.

La mora azul silvestre, que tiene alto contenido de antioxidantes y antocianinas, es ampliamente conocida por proteger contra el Alzheimer y otras enfermedades neurológicas.

Las moras azules silvestres incluso han demostrado reducir algunos de los efectos de una mala alimentación (como la inflamación sistémica por la presión arterial alta).

En un estudio reciente, las moras azules silvestres redujeron los efectos proinflamatorios de una mala alimentación, y previnieron también la presión arterial alta, lo cual resulta benéfico también para su salud cerebral.

El problema con los postres

Hemos hablado de algunos de los mejores alimentos para potenciar la salud del cerebro; no obstante, igual de importante resulta tener claro cuáles son los que usted debe evitar.

En una investigación de la Clínica Mayo, se encontró que las dietas ricas en carbohidratos están relacionadas a un riesgo mayor al 89% de desarrollar demencia. Mientras tanto, las dietas altas en grasas saludables se relacionaron con un riesgo del 44% menos.

A medida que usted disfruta del azúcar y los granos, su cerebro se ve abrumado por los niveles consistentemente altos de glucosa e insulina, causando así deficiencias en sus habilidades de pensamiento y memoria, y ocasionando de modo eventual daño cerebral permanente.

Además, cuando el hígado está ocupado procesando fructosa (que su hígado convierte en grasa), dificulta en gran medida su capacidad para crear colesterol, un bloque esencial de construcción de su cerebro, crucial para su óptimo funcionamiento.

De hecho, la creciente evidencia apoya la noción de que reducir significativamente el consumo de fructosa es un paso muy importante para prevenir la enfermedad de Alzheimer.

Además, todos creamos algo llamado zonulina en el intestino en respuesta al gluten.

Las proteínas del gluten que se encuentran en el trigo, la cebada y el centeno, crean permeabilidad en su intestino, lo cual permite que tanto las proteínas sin digerir como las bacterias contenidas al interior de los intestinos entren en el torrente sanguíneo en lugar de ser desechadas. Esto sensibiliza el sistema inmunológico al tiempo que promueve la inflamación y la autoinmunidad.

Gran parte de nuestras enfermedades actuales, incluyendo las enfermedades del cerebro, son ocasionadas por el hecho de que estamos contaminando nuestro sistema inmunológico con proteínas a las que el sistema inmunológico humano nunca había sido expuesto en la historia de la humanidad.

 

 

Fuente: Mercola.com

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