El 6 de junio de 1523, Gustav Vasa fue coronado rey, cuyo gran merito fue la unificación del reino de Suecia. También ese mismo día, pero de 1809, se aprobó una nueva Constitución que rige hasta el día de hoy.

La iniciativa de convertir esa fecha en el día de la Fiesta Nacional partió originalmente de Artur Hazelius, fundador del museo al aire libre de Skansen, en Estocolmo, donde ya en la década de 1890 se celebró una fiesta nacional el día 6 de junio. La idea de Hazelius sirvió de base para instituir en 1916 el Día de la Bandera el 6 de junio.

Con el correr de los años la celebración del Día de la Bandera poco a poco fue perdiendo actualidad haciéndose casi anónima, hacia los años sesenta, para muchos, el acontecimiento no se nota más que por las banderitas suecas que adornan los autobuses de transporte local.

En 1983 se cambió por el actual Día Nacional de Suecia, el cual el parlamento decretó como feriado en el 2004 para que toda la nación participe de las celebraciones. Así nace una nueva ”tradición” que tiene como objetivo fortalecer la identidad nacional sueca, un día para celebrar y unir a todos sus ciudadanos sea cual sea su origen, su color de piel, su religión y sus preferencias políticas, sexual y culturales.