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Agradecer es bueno para el cerebro

Estados Unidos es uno de los países que celebra el final de la cosecha con un día de agradecimiento. Este feriado tradicionalmente es un día reservado para disfrutar de la familia y los amigos, y para estar agradecidos por todas las bendiciones que hemos podido disfrutar a lo largo del año.

Pues bien, resulta que la práctica de ser agradecido es buena para tu cerebro. Robert A. Emmons y Michael E. McCullough publicaron uno de los primeros estudios sobre la gratitud en 2003. Ellos entregaron “diarios de agradecimiento” a estudiantes universitarios donde les pidieron enlistar semanalmente ejemplos de personas o cosas en sus vidas que los hicieran sentir agradecidos. También hicieron que otro grupo practicara diariamente lo que llamaremos “intervenciones de gratitud”, donde los participantes fueron guiados a través de una meditación sobre la gratitud.

Los resultados incluyeron un mayor nivel de satisfacción con sus vidas, una mayor empatía con los demás y un mayor sentido de espiritualidad personal.

Recientemente, el neurocientífico Alex Korb ha investigado la influencia positiva de la gratitud en la depresión, mostrando que el enfoque habitual en los aspectos positivos de la vida puede reconectar físicamente el cerebro de forma que reduzca los sentimientos de depresión. Veamos cómo este proceso funciona.

Nuestro cerebro es una red muy compleja de 100 mil millones de neuronas, cada una con hasta 30.000 conexiones diferentes. Estas células se comunican entre sí al transmitir pequeñas cargas eléctricas a través del pequeño espacio entre las células, llamado sinapsis.

Gracias a la evolución, nuestro cerebro está condicionado para escanear nuestro entorno en busca de posibles amenazas y recompensas. Para enseñarnos la diferencia, libera dopamina cuando algo es beneficioso para nuestra supervivencia, lo que nos impulsa a hacerlo de nuevo.

Se ha demostrado que la dopamina recompensa el comportamiento positivo, como el ejercicio. La transmisión repetida de dopamina forma un neurovía física que reconecta nuestros cerebros de maneras que pueden hacernos más propensos a repetir el comportamiento que generó la respuesta de recompensa.

Una vez que tenemos este ciclo de gratitud en nuestras vidas, algunas cosas maravillosas comienzan a suceder:

  • Nuestros cuerpos se vuelven más fuertes y más sanos.
  • Nuestras mentes se vuelven más receptivas a los demás.
  • Nuestros cerebros tienden a mantenernos felices en lugar de tristes.

La gratitud, como cualquier comportamiento, es algo que nuestros cerebros aprenden a hacer a través de la repetición. Cuanto más a menudo te sientas agradecido, más fuertes se vuelven los resultados positivos de esta práctica.

Así que este día de Acción de Gracias, tómate un momento tranquilo y haz una lista de agradecimientos. Simplemente escribe todas las cosas por las que estás agradecido. El solo hecho de escribirlo acelera la formación de esas vías neuronales positivas.

Si deseas agregar a la gran sensación que ya estás recibiendo, comparte tu lista con un amigo. La interacción social y la expresión verbal de cosas específicas por las que estás agradecido estimularán caminos adicionales hacia el mismo comportamiento de gratitud. Pero no hagas esto solo un día al año, hazlo parte de una rutina habitual, y observa cómo cambia tu cerebro. Verás los resultados en pocas semanas. Muy pronto estarás agradecido de incorporar la práctica de agradecer.

 

Fuente: un artículo de Margie Meacham para LearningToGo

 

¡Gamma Knife Center Ecuador les desea a todos un feliz y bendecido día de Acción de Gracias!