Cómo funciona el cerebro en el trabajo
1 mayo, 2018
¿Estar sentado por mucho tiempo es malo para el cerebro?
1 mayo, 2018
Mostrar todo

Así interpreta el cerebro humano la entonación del habla

El significado de las frases puede variar totalmente según la entonación que utilicemos

Según qué entonación utilicemos al leer una afirmación tan simple como “El zumo lleva sandía”, su significado puede cambiar drásticamente. Por ejemplo, si el tono se hace más agudo hacia el final, se convierte en una pregunta: “¿El zumo lleva sandía?”.

En cambio, si subimos el tono en la primera sílaba de “zumo”, dando énfasis a esta palabra (“El zumo lleva sandía”), estamos recalcando que es el zumo, y no el helado, el postre que lleva sandía. Y si enfatizamos la última palabra (“El zumo lleva sandía”), nos referimos a que el zumo lleva sandía, en lugar de melón.

Nuestro cerebro es capaz de interpretar estas sutiles variaciones en cuestión de milisegundos, a la vez que procesa los sonidos de las vocales y consonantes. Además, identifica a la persona a la que oímos hablar por el tono de su voz, e integra toda esta información para dar con el significado correcto de la frase y responder en consecuencia. Todo en menos de un segundo.

Cómo lo hace era hasta hoy un misterio. Pero ahora, una investigación de la Universidad de California en San Francisco (UCSF) ha dado con las neuronas responsables de detectar la entonación y ha descubierto cómo se comportan.

Se encuentran en los laterales del cerebro, en una estructura llamada giro temporal superior, y trabajan coordinadamente con otros grupos de neuronas que detectan los fonemas –los sonidos de las letras al pronunciarlas– y el tono absoluto de la voz, que revela la identidad del hablante.

Pacientes que ayudan a neurocientíficos

Para llegar a estos resultados, que publica hoy la revista Science, investigadores trabajaron junto con pacientes con epilepsia. En algunos casos de epilepsia grave, la enfermedad no responde al tratamiento con fármacos, y es necesario eliminar el área responsable de los ataques mediante cirugía.

Asimismo, para poder identificar el área con la mayor precisión posible, los médicos implantan en los pacientes electrodos justo encima de la superficie del cerebro, por debajo del cráneo y las meninges, y registran su actividad cerebral las 24 horas del día.

Estos pacientes suponen una oportunidad única para analizar en directo la actividad del cerebro, ya que los electrodos la monitorizan con una exactitud mucho mayor que la de cualquier técnica de neuroimagen. Edward Chang, director de la investigación, es neurocirujano, y lleva a cabo habitualmente la implantación de estos electrodos en sus pacientes. Su grupo de investigación trabaja a continuación con aquellos que se presentan voluntarios para realizar experimentos que arrojen nuevas pistas sobre el funcionamiento del cerebro.

En este estudio, diez pacientes escucharon frases en inglés pronunciadas con distintas entonaciones y por tres voces diferentes generadas por ordenador, mientras los electrodos registraban su actividad neuronal. Las voces, una masculina y dos femeninas, ponían el énfasis en distintas palabras de las frases, como en el ejemplo de “El zumo lleva sandía”.

Así, unas neuronas responden a los fonemas pronunciados, otras al tono absoluto del habla, característico de cada persona. Y aún existe otro grupo de neuronas, que detecta específicamente las variaciones relativas del tono, es decir, la entonación. Esta última es independiente del tono absoluto: mientras que una voz masculina y una femenina tienen tonos bien distintos, ambas pueden entonar una frase de la misma manera.

Es lo mismo que ocurre con la música: las melodías no se basan en notas concretas, sino en las distancias entre esas notas –una canción cantada más aguda o más grave nos sigue pareciendo la misma aunque esté en una tonalidad distinta–.

El misterio que queda por resolver es cómo el cerebro vuelve a juntar todas las piezas de la información auditiva para interpretar el significado de las frases en su conjunto. Todo en menos de un segundo.

 

Fuente: lavanguardia.com