Sabes que en realidad no estás comiendo por dos. Pero, ¿deberías dejar de lado ese helado y el refresco?

Los riesgos de comer demasiada azúcar y su impacto en la salud del corazón han sido bien documentados. Ahora, un estudio reciente examinó cómo la ingesta de azúcar de una madre embarazada, así como el azúcar en los primeros años de vida del bebé, puede afectar la función cerebral de un niño.

Examinando el consumo de azúcar

El estudio analizó datos de 1.234 parejas de madres e hijos. La dietista pediátrica Jennifer Hyland, RD, no participó en el estudio, pero dice que demostró que las bebidas azucaradas eran especialmente un problema.

“El estudio analizó la cantidad de azúcar, específicamente bebidas azucaradas, que la madre consumía durante el embarazo. Y también analizó a los niños pequeños: la cantidad de azúcar que estos consumían”, explica. “Descubrieron que el alto consumo de azúcar esencialmente tenía un impacto negativo en su función cognitiva en los primeros años de la infancia“.

Los investigadores encontraron que las mujeres que tenían dietas altas en azúcar, incluso aquellas que bebían muchos refrescos de dieta durante el embarazo, mostraban más probabilidades de tener hijos con habilidades cognitivas más pobres, incluidas las habilidades no verbales para resolver problemas y la memoria verbal.

Lo mismo ocurrió con los niños pequeños que consumieron mayores cantidades de azúcar durante los primeros años de vida.

Sin embargo, comer fruta con azúcar natural se asoció con mayores habilidades visomotoras e inteligencia verbal.

¿Qué tan dulce es lo suficientemente dulce?

Hyland recomienda evitar la ingesta de azúcar agregada en niños menores de dos años. Aquellos mayores de dos años no deben consumir más de 25 gramos (o seis cucharaditas) de azúcar añadida al día.

La doctora Hyland dice que muchas personas no se dan cuenta de lo fácil que es exceder el límite diario de azúcar con sus hijos.

Algunos artículos aparentemente saludables como el yogur, la granola y el jugo de frutas pueden tener una gran cantidad de azúcar añadida, agrega, por lo que siempre es una buena idea leer las etiquetas nutricionales detenidamente.

“Muchos jugos de frutas —incluso si son jugos de frutas naturales— tienen mucha azúcar condensada en un solo lugar”, afirma Hyland. “Sorprendentemente, una taza de jugo de frutas puede tener tanta azúcar como una lata de refresco”.

Sin embargo, el azúcar natural (como aquella que se encuentra en la fruta fresca) no cuenta contra el límite diario.

De hecho, Hyland axplica que la fruta fresca es una parte importante de la dieta saludable de un niño y es una buena alternativa a otros alimentos para un niño goloso.

“El azúcar que se encuentra naturalmente en la fruta no tiene una asociación negativa con la función cognitiva”, aclara. “La fruta es extremadamente saludable: tiene vitaminas, minerales, también contiene fibra, lo que retrasa el aumento del azúcar en la sangre. Eso es beneficioso para aspectos vitales como el control del peso y el nivel de energía”.

Los resultados completos de este reciente estudio y la investigación realizada se pueden encontrar en el American Journal of Preventive Medicine.

Fuente: un artículo publicado en el portal health.clevelandclinic.org

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