Un enorme estudio de más de 36.000 resonancias magnéticas cerebrales de alta calidad encontró que beber cuatro unidades de alcohol al día (dos cervezas o dos copas de vino) causa daño estructural y pérdida de volumen cerebral equivalente a 10 años de envejecimiento.
La ciencia sobre el consumo de alcohol puede ser confusa y abrumadora. Un vistazo rápido a lo largo de los años le dirá que causa cáncer directamente, pero también reduce la inflamación y ayuda a eliminar las toxinas del cerebro. Detiene el crecimiento en los cerebros en desarrollo en casi un 50%, daña permanentemente su ADN y está relacionado con la demencia de aparición temprana; pero, por otro lado, el vino tinto contiene compuestos antioxidantes que son buenos para su corazón e incluso pueden ayudar a protegerlo de bacterias que causan caries y enfermedades de las encías.
Algunos de estos estudios se centran en el consumo regular y moderado de alcohol. Otros sobre el alcoholismo sostenido de alto nivel, y otros aun sobre los efectos de eventos de “atracones” ocasionales. Algunos son estudios en humanos, otros son investigaciones realizadas en animales o de laboratorio. Algunos están estrictamente controlados, otros introducen el caos del mundo real. Algunos son estudios pequeños, algunos son grandes y diversos. Es difícil sacar conclusiones en blanco y negro que te ayuden a tomar decisiones en tu propia vida.
Así que, aquí está el contenido aportado por el último ensayo que nos llamó la atención. Dirigido por un equipo de la Universidad de Pensilvania (UPenn), este estudio examinó resonancias magnéticas cerebrales de 36.678 pacientes, almacenados en el Biobanco del Reino Unido, todos de mediana edad o mayores. Este estudio da seguimiento a investigaciones anteriores que se habían centrado en los bebedores crónicos, un término que incluye a las mujeres que toman tres o más tragos en un día promedio y a los hombres que toman cuatro o más.
Estudios previos de neuroimagen habían descrito cómo el abuso sostenido de alcohol en niveles altos daña el cerebro con el tiempo, lo que resulta en cambios en la estructura y conectividad del cerebro, y una pérdida general en el volumen del cerebro, con los efectos más prominentes en el lóbulo frontal, el diencéfalo, el hipocampo y el cerebelo. Pero la mayoría de estos estudios, según el equipo de UPenn, han sido pequeños, algunos incluso han sido contradictorios y muchos han estado mal controlados.
Entonces, este último estudio analiza un gran conjunto de datos. El Biobanco del Reino Unido tiene la colección más grande de resonancias magnéticas cerebrales de alta calidad en el mundo, y los investigadores pudieron encuestar a 36.678 pacientes sobre sus hábitos de bebida, por lo que estas resonancias magnéticas podrían estratificarse según el consumo de alcohol autoinformado y controlarse por cosas como tamaño de la cabeza, sexo, edad, altura, tabaquismo, nivel socioeconómico y un abanico de otras variables.
Sin embargo, vale la pena señalar que la muestra se limita principalmente a personas de mediana edad de ascendencia europea que viven en el Reino Unido. Además, no había información disponible sobre aspectos como eventos de consumo excesivo de alcohol en el pasado, y el autoinforme puede no ser una representación precisa del comportamiento del mundo real.
Aun así, los hallazgos fueron razonablemente claros. El equipo descubrió que solo una o dos unidades de alcohol al día reducen el volumen general del cerebro y los volúmenes de materia gris en varias áreas y microestructuras en la materia blanca. Una pinta o lata de cerveza o sidra, o una copa estándar de vino, como referencia, representa dos unidades.
Los efectos fueron razonablemente pequeños a este nivel: el equipo intentó poner las cosas en contexto comparando las pérdidas de volumen cerebral con lo que sucede naturalmente a medida que las personas envejecen. En este contexto, al pasar de cero unidades diarias de alcohol a una (digamos, media cerveza) se perdió tanto volumen cerebral como se esperaría durante seis meses de envejecimiento.
Pero el efecto no es lineal; se compone. Pasar de una unidad diaria a dos (media cerveza a una copa de vino) equivalía aproximadamente a dos años de crianza. Pasar de dos unidades diarias a tres (una copa de vino a una y media) era como envejecer tres años y medio.
Las personas que beben cuatro o más unidades de alcohol al día mostraron una pérdida de volumen cerebral equivalente a 10 años completos de envejecimiento, en comparación con los abstemios. Y de nuevo, son solo dos latas o pintas de cerveza, lo que a muchos bebedores les parecerá una cantidad trivial.
“Existe alguna evidencia de que el efecto de beber en el cerebro es exponencial”, dijo el coautor Remi Daviet, de la Universidad de Wisconsin. “Entonces, una bebida adicional en un día podría tener un mayor impacto que cualquiera de las bebidas anteriores ese día. Eso significa que reducir el último trago de la noche podría tener un gran efecto en términos de envejecimiento cerebral”.
En otras palabras, dice el autor Gideon Nave, de la Escuela Wharton de Penn, “las personas que pueden beneficiarse más de beber menos son las personas que ya están bebiendo más“.
Ciertamente, quedan muchas preguntas más.
“Este estudio analizó el consumo promedio, pero tenemos curiosidad por saber si beber una cerveza al día es mejor que no beber ninguna durante la semana y luego siete el fin de semana”, dijo Nave. “Existe alguna evidencia de que beber en exceso es peor para el cerebro, pero aún no lo hemos analizado de cerca”.
Y, de hecho, este estudio muestra correlación en lugar de causalidad, pero el equipo cree que algunos factores causales podrían descubrirse con el uso de nuevos conjuntos de datos biomédicos que están en desarrollo ahora, siguiendo a los jóvenes a medida que envejecen.
El estudio completo fue publicado en la revista Nature Communications.
Fuente: un artículo de By Loz desarrollado a partir de la investigación realizada por la Universidad de Pensilvania, y publicado en el portal newatlas.com
Gamma Knife Center Ecuador (GKCE) ofrece el único sistema de radiocirugía estereotáctica cerebral del país que, reduciendo riesgos y costos, actúa ambulatoriamente garantizando calidad de vida.
La tecnología sueca de Gamma Knife® resulta de enorme utilidad para tratar aquellos tumores cerebrales que debido a su localización resultan inoperables a través de la cirugía abierta, o en aquellas circunstancias en las cuales el paciente no se encuentra en condiciones de tolerar anestesia general.
En GKCE practicamos una profunda vocación de servicio enfocada en velar por su bienestar. Para servirlo mejor, estamos acreditados ante la Red Pública Integral de Salud (IESS, ISSFA, ISSPOL, MSP) y de las principales aseguradoras privadas. ¡Consúltenos!