Los nervios, la ansiedad, las preocupaciones y el estrés afectan nuestra parte emocional y psicológica, sin embargo, también afectan de forma directa nuestra parte física y muchas veces reflejamos estos problemas de diferentes maneras. Uno de estos reflejos es a través del bruxismo.
El bruxismo es un hábito involuntario que consiste en apretar la mandíbula fuertemente y por ende apretar y rechinar los dientes. Este es un hábito que la mayoría de las veces se presenta en los pacientes durante las horas de sueño.
Algunos de sus síntomas son: contracciones rítmicas de los músculos de las mandíbulas, un sonido de rechinado durante la noche, músculos de las mandíbulas tensos o doloridos, dolor duradero en el rostro, hinchazón (ocasionalmente) en el lado de la mandíbula inferior causado por el rechinado.
Un bruxismo constante y recurrente puede desencadenar otros problemas dentales como la erosión y la sensibilidad en los dientes, zonas planas y desgastadas, ruptura de encías, entre otros. El bruxismo también puede estar causado por trastornos del sueño, como la apnea y los ronquidos. Y a su vez, también puede contribuir a la interrupción del sueño.
Sin embargo, una de sus causas principales está relacionada con la salud mental del paciente. Los expertos normalmente lo vinculan al estrés, la ansiedad y los problemas de sueño. En países como Reino Unido los especialistas creen que los casos de bruxismo están aumentando, quizás en un contexto en el que el estilo de vida es cada vez más estresante. Allí ha sido asociado durante el día a actividades como conducir y hacer tareas del hogar.
Un estudio reciente realizado en Brasil sugiere que el bruxismo puede ser un síntoma de que los niños sufren acoso escolar. Según los resultados de la investigación, publicada en la revista especializada Oral Rehabilitación, los niños de 13 a 15 años que experimentan abuso verbal en la escuela tenían una probabilidad de sufrir bruxismo nocturno cuatro veces mayor que otros adolescentes.
¿Es el bruxismo beneficioso para el cerebro?
En una situación de estrés se activan numerosas áreas del cerebro, que liberan múltiples neurotransmisores, entre ellos, la dopamina, y, según explica el director del grupo investigador de la UPV/EHU Francisco Gómez, esta última “está involucrada en la regulación de las emociones ante situaciones de angustia y ansiedad, además de estar muy implicada en la aparición de aquellas conductas orales repetitivas (apretar de dientes, masticar chicle o morderse las uñas, entre otros) que realizamos de forma automática o inconsciente en situaciones de elevada tensión emocional”. Es decir, el reciente estudio confirma que existe una asociación significativa entre la liberación de dopamina en el cerebro frontal con la conducta de tipo bruxista (apretar de dientes) desencadenada ante una situación de estrés.
Relationship between non-functional masticatory activity and central dopamine in stressed rats (Correspondencia entre la actividad masticatoria no funcional y la dopamina central en ratones estresados) es el nombre del estudio galardonado por la Sociedad Española de Disfunción Craneomandibular y Dolor Orofacial con el premio “Juan Luis Ferrer”. Realizado en colaboración entre los profesores e investigadores del Departamento de Estomatología Francisco Gómez y del Departamento de Farmacología Jorge Ortega, Igor Horrillo y Javier Meana de la Facultad de Medicina y Odontología de la UPV/EHU, el artículo, que indica que el bruxismo diurno (apretar los dientes), puede ser beneficioso para el organismo “como vía para descargar la tensión emocional y el estrés y atenuar así sus consecuencias sobre el cerebro”, añade que ello no quita que este sea “un hábito oral muy nocivo para el aparato masticatorio (desgaste excesivo de dientes, enfermedad periodontal, mialgias masticatorias y problemas en la articulación de la mandíbula).
Asimismo, el trabajo premiado, que es continuidad de otros estudios precedentes del equipo investigador de la UPV/EHU, y que ha contado con la colaboración del Centro de Investigación en Biomédica En Red Salud Mental (CIBERSAM), presenta datos experimentales en roedores que avalan la hipótesis descrita de que el hábito bruxista podría ser, un “mecanismo de descarga” que “desarrollan inconscientemente” las personas para así “aliviar”, en parte, las “consecuencias del estrés” o ansiedad sobre el propio organismo.
Francisco Gómez, profesor del Departamento de Estomatología de la Universidad del País Vasco desde 1987, lleva más de 20 años investigando la causa central del bruxismo en animales de experimentación, habiendo publicado diversos artículos sobre este tema en las revistas odontológicas de mayor índice de impacto estos últimos años, siempre en conjunción con profesores del Departamento de Farmacología en un trabajo interdepartamental dentro de la UPV/EHU.
¿Cómo combatir el bruxismo?
El tratamiento para prevenir el bruxismo es sencillo. Con frecuencia se receta el uso de protectores bucales o aparatos (férulas) a la medida. Y al mismo tiempo muchos especialistas también recomiendan cambios en el estilo de vida para sobrellevar mejor el estrés diario y estar más tranquilos. Es importante detectar este problema a tiempo y tratarlo de la mejor manera posible.
Fuentes: Universidad del País Vasco / bbc.com / colgate.com.ve
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