Como corresponde a su estatus —como una de las bebidas más consumidas en el mundo—, el café ha sido durante mucho tiempo un tema de estudio entre los investigadores médicos.

Sin embargo, según Walter C. Willett, MD, DrPH, profesor de epidemiología y nutrición en Harvard T.H. School of Public Health, muchos de los primeros esfuerzos para determinar exactamente qué le estaban haciendo todos esos jarros de java a nuestra salud se vieron frenados por fallas de diseño que dificultaron el establecimiento de correlaciones.

“Publicar un artículo sobre el café es casi un rito de iniciación para los epidemiólogos”, dice Willett. “Es importante destacar que la calidad de los estudios ha mejorado mucho con el tiempo, en parte porque ahora casi todos son prospectivos, son mucho más amplios y el seguimiento es más largo”.

Esto, a su vez, ha llevado a un cambio significativo en la forma en que pensamos sobre los efectos del café en la salud humana.

“El consenso en torno al café ha evolucionado con el tiempo y ha pasado de estar preocupados por el aumento de los riesgos de cáncer y enfermedades cardiovasculares en los años setenta y ochenta, a estar bastante seguros de que no hay un aumento general del riesgo de enfermedades no transmisibles y de una buena probabilidad de beneficio para el riesgo cardiometabólico”, expresó.

Como señalaron Willett y sus colegas en un artículo de revisión reciente en el New England Journal of Medicine, el consumo habitual de café (alrededor de tres a cinco tazas al día) ahora se ha relacionado consistentemente con la prevención de varias afecciones crónicas, actuando en varios sistemas de órganos como un potente sistema de suministro de cafeína y una piedra angular de la dieta con muchas propiedades únicas y ventajosas.

Echamos un vistazo a algunos de los datos más convincentes de los beneficios propuestos del café.

Mortalidad por cualquier causa

La última década ha visto datos convincentes de varios análisis de población a gran escala en cuanto a que beber café reduce la mortalidad por todas las causas. Esta asociación ha sido informada por investigadores en el Japón, Reino Unido y los Estados Unidos, y es evidente incluso después de estratificar el estudio por etnia.

Un metanálisis de 2019, encontró que los efectos de reducción de la mortalidad por efecto de consumo de café se produjeron incluso después de tener en cuenta serios factores de riesgo como el tabaquismo y el consumo de alcohol, la edad y el peso. Se observan beneficios en quienes consumen hasta ocho tazas de café al día, independientemente de si fue cafeinado o descafeinado, instantáneo o molido, o consumido por personas con polimorfismos genéticos que codifican un metabolismo de la cafeína más lento o más rápido.

Diabetes

Cada taza adicional de café consumida diariamente puede contribuir a una reducción de hasta un 7% en el exceso de riesgo de diabetes. Por el contrario, la disminución del consumo durante cuatro años se relacionó con un mayor riesgo de diabetes tipo 2. Los efectos protectores del café pueden ser más fuertes cuando se consume a la hora del almuerzo.

Se ha propuesto una variedad de vías biológicas para explicar los supuestos efectos antidiabéticos del café. Tanto el café con cafeína como el descafeinado parecen atenuar la resistencia a la insulina hepática y ofrecen protección contra el deterioro de la tolerancia a la glucosa. Análisis adicionales también han relacionado el consumo de café con mejoras en la función hepática y de los adipocitos, reducciones en la masa grasa y modulaciones ventajosas del metabolismo de los lípidos.

Los beneficios también pueden derivarse de las propiedades de composición únicas del café, dijo Marilyn Cornelis, PhD, profesora asociada de medicina preventiva en la división de nutrición de la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad de Northwestern, cuya investigación se ha centrado en el papel que juega la genética en el consumo de café.

“Lo que es exclusivo del café son los polifenoles que contiene, más específicamente el ácido clorogénico“, dijo Cornelis a Medscape. “El café es en realidad el principal contribuyente de estos polifenoles particulares a la dieta. Ese polifenol se ha relacionado con algunos beneficios sobre el control de la glucosa que posiblemente podrían ser la base de las asociaciones positivas que vemos con el café y la diabetes tipo 2”.

Consideraciones cardiovasculares y cerebrovasculares

Se informa que los bebedores de café tienen una probabilidad significativamente menor de desarrollar enfermedad cardiovascular, y el mayor beneficio se muestra en aquellos que consumen regularmente de tres a cinco tazas al día. Los metanálisis de estudios prospectivos han relacionado su consumo con un menor riesgo de enfermedad coronaria, insuficiencia cardíaca y fibrilación auricular.

Beber café con regularidad no parece afectar la presión arterial y, de hecho, puede conducir a una reducción moderada del riesgo de hipertensión. El ácido clorogénico también puede ser un factor en esto, ya que conduce a una disminución significativa de la presión arterial sistólica y diastólica.

El consumo de café puede reducir la oxidación del colesterol de lipoproteínas de baja densidad (LDL), los marcadores inflamatorios y los niveles de marcadores proteicos relacionados con enfermedades cardiovasculares, como la leptina y la proteína similar a la quitinasa-3.

Si el consumo de café reduce significativamente el riesgo de accidente cerebrovascular es algo menos definitivo. Un metanálisis de 2014 informó que la asociación era débil, mientras que un metanálisis reciente con 2,4 millones de participantes encontró una reducción del 21% en el riesgo de accidente cerebrovascular entre los que consumían de tres a cuatro tazas de café al día.

El impacto del café sobre el colesterol parece depender en gran medida de la forma en que se ingiera. Los cafés sin filtrar (por ejemplo, los preparados con prensa francesa) son particularmente ricos en cafestol, que ha sido llamado “el compuesto elevador de colesterol más potente conocido en la dieta humana”. En un estudio de 2020, Cornelis y sus colegas demostraron que, si bien las formulaciones de café espresso sin filtrar producían niveles más altos de LDL, este efecto no se observó entre quienes bebían café instantáneo o molido estándar.

Cáncer

El potencial del café para limitar las tasas de varios cánceres ha ganado considerable atención en la literatura. Una revisión general realizada en 2020, de 28 metanálisis sobre este tema indicó que las asociaciones más fuertes fueron con el cáncer de endometrio y el cáncer de hígado. Willett citó un estudio de 2017, de Bravi y sus colegas, que encontró que el riesgo de carcinoma hepatocelular disminuyó significativamente cuando aumentó el consumo de café, en lo que consideró “la evidencia relativamente nueva más importante” sobre los beneficios para la salud que aporta el café. Aunque las tasas de cáncer de endometrio parecen disminuir tanto con el café con cafeína como con el descafeinado, solo el primero parece tener este efecto en el carcinoma hepatocelular.

También se han informado asociaciones inversas más moderadas entre el consumo de café y el riesgo de desarrollar cáncer de mama posmenopáusico y con receptor de estrógeno negativo, melanoma, carcinoma de células basales, cáncer de cavidad oral y faringe, cáncer colorrectal y cáncer de próstata tanto letal como localizado.

Efectos neurológicos y psiquiátricos

En el primer estudio de amplio alcance de los efectos del consumo crónico de café en las redes del cerebro humano, los investigadores informaron que los bebedores habituales de café exhibían cambios funcionales indicativos de una mayor concentración, así como de un mejor control motor y estado de alerta, en comparación con los no bebedores de café. Otros resultados no han encontrado un vínculo entre el café y la mejora de la cognición.

Las propiedades que mejoran el estado de ánimo entre los asiduos al café pueden contribuir también a aliviar los trastornos de salud mental. Tanto los niveles bajos como los altos de consumo de café producen reducciones comparativamente sustanciales en las tasas de depresión de aproximadamente un 30%. En un estudio notable, el riesgo de suicidio disminuyó en alrededor del 45% en aquellos que bebían entre dos, tres o más tazas de café al día, en comparación con beber una taza o menos por semana.

Se ha propuesto que el consumo de café ofrece beneficios protectores contra una variedad de condiciones neurodegenerativas. Se demostró que los bebedores de café con deterioro cognitivo leve tienen asociado un menor riesgo o un retraso en la aparición de demencia. También se ha comprobado constantemente que el consumo de café reduce el riesgo de enfermedad de Parkinson, y puede tener un papel importante en la prevención de la formación de cuerpos de Lewy (segundo tipo más común de demencia progresiva después de la demencia por la enfermedad de Alzheimer).

Sin embargo, estos efectos observados pueden deberse principalmente al papel del café como un sistema de suministro de cafeína, que tiene propiedades neuroprotectoras conocidas e impacta el estado de ánimo a corto plazo al alterar la actividad de la serotonina y la dopamina. En particular, el café descafeinado no ha mostrado un valor protector en la enfermedad de Parkinson y el riesgo de suicidio, o como un potenciador del rendimiento cognitivo.

Enfermedad del hígado

Una revisión general de 2017, de los metanálisis que investigan el impacto del café en múltiples resultados de salud, concluyó que las mayores asociaciones positivas están relacionadas con los resultados hepáticos.

Aumentar el consumo en dos tazas diarias reduce en gran medida las tasas de cirrosis alcohólica y la mortalidad relacionada. Los bebedores de café no solo reducen significativamente su riesgo de desarrollar enfermedad del hígado graso no alcohólico (EHGNA), sino que también están mejor protegidos contra la fibrosis hepática si ya tienen EHGNA. También parece retardar la progresión de la enfermedad hepática en pacientes con hepatitis C avanzada.

Existe una variedad de mecanismos potenciales subyacentes a estos efectos. El café es un conducto para la cafeína, que estimula la remodelación de los tejidos al actuar como un antagonista del receptor de adenosina, previniendo potencialmente la fibrosis hepática y también limita la capacidad del colágeno para depositarse en el hígado.

¿Por qué el café?

El consenso de que el café puede mejorar múltiples áreas de la salud humana se ha incrementado junto con la llegada de datos de mayor calidad. Sin embargo, se necesitará mucho más trabajo para determinar a cuál de los más de 1.000 compuestos conocidos contenidos en el café se le atribuyen estos efectos.

“Debemos tener en cuenta que el café es una semilla, y una función clave de una semilla es proteger el embrión de la planta viva en el germen”, dijo Willett. “Por lo tanto, las semillas en general tienen muchos componentes que tienen efectos antioxidantes y antiinflamatorios, y las semillas de café son inusualmente altas en polifenoles y otros antioxidantes. Estos pueden ser responsables de los aparentes beneficios, pero aún no estamos seguros”.

Y el consumo de café no está exento de riesgos. El café con cafeína puede aumentar potencialmente el riesgo de glaucoma, elevar la presión arterial y la frecuencia cardíaca en quienes no están acostumbrados a beberlo, afectar la calidad del sueño e inducir sentimientos de ansiedad, disforia y, en casos raros, síntomas psicóticos o maníacos. La ingesta de cafeína debe reducirse o eliminarse durante el embarazo, dado su vínculo con un menor peso al nacer y la pérdida del embarazo. Y es importante recordar que no todo el café es igual. Un dulce muy azucarado de su cadena de tiendas local no es lo mismo que una taza caliente de café negro filtrado.

Los efectos sobre la salud del café tampoco están claros en ciertas poblaciones, dijo Cornelis. “Realmente no conocemos el impacto que tiene la cafeína en las personas que ya tienen problemas de salud o en el cerebro en desarrollo de los niños“.

La mayoría de nosotros, sin embargo, podemos seguir disfrutando de nuestros descansos para el café sin preocupaciones.

“Para los pacientes que expresan preocupación sobre su consumo de café, creo que los médicos pueden transmitir tranquilidad a quienes disfrutan de esta bebida”, dijo Willett.

Esas tazas de café pueden estar haciendo mucho más que simplemente ayudarlo a superar la rutina diaria.

Fuente: una investigación de John Watson publicada en el portal www.medscape.com

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