Según un editorial conjunto publicado por más de 200 revistas médicas a principios de 2021, el cambio climático es la mayor amenaza para la salud pública mundial.

Las principales organizaciones de salud pública, como la Organización Mundial de la Salud (OMS), también han expresado preocupaciones similares.

El cambio climático incluye el aumento de las temperaturas, el aumento del nivel del mar y un aumento en la intensidad y frecuencia de los fenómenos meteorológicos extremos, como inundaciones, sequías, huracanes e incendios forestales.

El cambio climático puede afectar la salud humana de muchas maneras. El aumento de las temperaturas, la escasez de alimentos, la contaminación del aire y el aumento de las enfermedades infecciosas son algunas de las formas en que pueden afectar la salud humana.

Los efectos del cambio climático en la salud son complejos y solo se comprenden parcialmente, y una comprensión más completa es importante para ayudar a los profesionales médicos a brindar la atención necesaria.

Una revisión sistemática reciente tuvo como objetivo delinear el impacto del calentamiento global en los trastornos neurológicos. El estudio analizó investigaciones anteriores que examinaron los efectos del incremento de la temperatura ambiente tanto en la aparición de manifestaciones clínicas como de la mortalidad debido a trastornos neurológicos importantes.

El cambio climático puede hacer que ciertas partes del mundo sean inhabitables debido a la sequía, el aumento de las temperaturas y otros fenómenos meteorológicos extremos. Esto dará como resultado el desplazamiento masivo de poblaciones, lo que conducirá a refugiados ambientales.

El estudio también analizó en detalle la investigación que evalúa la aparición de trastornos neurológicos en poblaciones de inmigrantes para comprender el impacto potencial en la salud cerebral de los refugiados y su relación con el clima.

El estudio encontró que un aumento en la temperatura ambiente debido al calentamiento global puede empeorar los síntomas de los trastornos neurológicos y dar como resultado tasas más altas de hospitalización y mortalidad.

Los efectos de la migración sobre la aparición de trastornos neurológicos fueron más variables y también estuvieron influenciados por factores sociales, culturales y económicos.

Sin embargo, los autores advirtieron que estos resultados eran preliminares y que los estudios analizados no tenían como objetivo específico evaluar el impacto del cambio climático en los trastornos neurológicos y la práctica clínica.

El autor principal del estudio, Daniel Kondziella, profesor de la Universidad de Copenhague en Dinamarca, dijo en entrevista a Medical News Today (MTN): “[Este estudio muestra que] hay muy buenas razones para esperar un tremendo impacto negativo en la salud cerebral global en un futuro cercano debido al cambio climático. […] Al mismo tiempo, parece haber una falta fundamental de conciencia y conocimiento de este problema dentro de la comunidad neurológica, como lo demuestra la ausencia total de investigaciones diseñadas apropiadamente para investigar este problema”. El contenido del estudio se publicó en la revista PeerJ.

Alta temperatura ambiente

Para comprender los efectos del calentamiento global en los trastornos cerebrales, el equipo detrás del presente estudio revisó investigaciones anteriores que examinaron el impacto del aumento de la temperatura ambiente en la manifestación de los síntomas de los principales trastornos neurológicos.

Los investigadores también analizaron estudios que evaluaron la asociación entre la temperatura ambiente y las tasas de hospitalización y mortalidad debido a estos trastornos neurológicos.

Los trastornos neurológicos que examinó el equipo incluyeron la enfermedad de Alzheimer, otras formas de demencia, esclerosis múltiple, enfermedad de Parkinson, migraña, epilepsia y accidente cerebrovascular. Los investigadores también observaron la encefalitis transmitida por garrapatas como un ejemplo de una enfermedad infecciosa que afecta al sistema nervioso.

Los investigadores revisaron 84 estudios y encontraron que las temperaturas ambientales más altas se asociaron con peores resultados para las personas con trastornos neurológicos.

Por ejemplo, varios estudios encontraron que las temperaturas ambientales elevadas se asociaron con síntomas más adversos, como irritabilidad, ansiedad, depresión y agitación, en personas con enfermedad de Alzheimer y demencia no relacionada con Alzheimer.

De manera similar, un aumento en la temperatura ambiente se asoció con una disminución en el rendimiento cognitivo y la función motora en personas con esclerosis múltiple.

Las temperaturas elevadas también aumentaron el riesgo de hospitalización y mortalidad en pacientes con demencia y accidente cerebrovascular.

Los investigadores también encontraron una mayor incidencia de encefalitis transmitida por garrapatas con un aumento de las temperaturas anuales. Identificaron algunos estudios que sugerían un impacto negativo de las temperaturas más altas en individuos con enfermedad de Parkinson, epilepsia y migraña, pero la evidencia era limitada.

Efectos de la migración

Luego, el equipo analizó los estudios que investigan la aparición de trastornos neurológicos en los migrantes.

Después de analizar nueve estudios, los investigadores encontraron que la dirección del efecto de la migración en la aparición de trastornos neurológicos era variable.

Ya sea que la migración aumente o disminuya, la incidencia de trastornos neurológicos entre los migrantes estuvo influenciada por factores culturales, económicos y sociales en sus países de origen y destino.

Además, el acceso a los servicios de salud tanto en los países de origen como de llegada influyó en los resultados.

Por ejemplo, la prevalencia de accidente cerebrovascular fue mayor en las personas nativas y residentes en China que en las que habían emigrado a países occidentales. Estos resultados probablemente se debieron a un mayor acceso a la atención médica en los países occidentales y a factores culturales, así como a una mayor ingesta de sal, en China.

En contraste, uno de los estudios analizados mostró que las personas que habían emigrado del Caribe a Londres, Reino Unido, tenían una mayor incidencia de accidente cerebrovascular. Los afrodescendientes del Caribe tienen una predisposición genética a las enfermedades cardiovasculares.

Es probable que la interacción del riesgo genético de enfermedades cardiovasculares con los factores socioeconómicos de la inmigración pueda aumentar la probabilidad de accidente cerebrovascular en estos individuos.

Limitaciones

Los investigadores notaron que los estudios que examinaron el impacto de las temperaturas elevadas en estos trastornos neurológicos mostraron una variación considerable en su metodología y diseño de estudio.

Además, ninguno de los estudios revisados ​​tuvo como objetivo abordar específicamente el impacto del calentamiento global y la migración relacionada con el clima en los trastornos neurológicos.

También señalaron que la mayoría de los estudios analizados que llevaron a cabo los científicos se realizaron en países ricos. Es probable que los efectos del cambio climático los experimenten de manera desproporcionada las naciones de ingresos más bajos y las comunidades desfavorecidas y, por lo tanto, los resultados pueden no ser representativos.

Los investigadores también reconocieron que su estudio solo consideró el impacto potencial del calentamiento global y la migración en los trastornos neurológicos.

El cambio climático abarca el aumento del nivel del mar, la sequía, la contaminación del aire y la pérdida de biodiversidad que también pueden influir en la aparición y los síntomas de los trastornos neurológicos.

MNT también conversó con el doctor George Perry, profesor de la Universidad de Texas en San Antonio. Perry, quien no participó en el estudio, sugirió que otros factores, incluido el estrés, además de un cambio en la temperatura ambiente, pueden ser más importantes para mediar los efectos adversos del cambio climático.

Al respecto el doctor Perry manifestó: “El problema conocido es que el calentamiento global está aumentando el estrés y la incertidumbre, que potencian condiciones como la enfermedad de Alzheimer. En el contexto de la creciente degradación ambiental (contaminación del aire por partículas, competencia por los recursos y conflictos), el cambio climático es solo uno de los muchos factores estresantes en los que debemos reducir o modificar el impacto para preservar la salud global para nosotros y el planeta”.

Fuente: una investigación de Deep Shukla publicada en el portal www.medicalnewstoday.com

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