Los tumores del sistema nervioso central representan el 2% de todos los tumores en los adultos, y hasta un 15 % en los niños menores de 15 años. La mayoría de estos tumores ocurren en forma espontánea. Se sospechan algunos factores de riesgo asociados a su desarrollo, tales como la exposición a radiaciones ionizantes o a ondas electromagnéticas; exposición a ciertos productos agrícolas, textiles y derivados del petróleo. Una proporción menor de los tumores primarios se debe a síndromes hereditarios.
Existen dos tipos principales de tumores cerebrales:
Primarios. Se originan en las células del interior del cerebro o en las que están próximas a este órgano. Pueden ser benignos o malignos. Los más frecuentes son los gliomas que representan más del 65% de todos los tumores cerebrales primarios. Los benignos más frecuentes, como los meningiomas, reciben su nombre según las células o tejidos específicos en los cuales se originan.
Secundarios. Estos tumores son metástasis, es decir, se originan en otra parte del cuerpo y se diseminan hacia el cerebro. Constituyen el 50% de todas las neoplasias intracraneales. Siempre son malignos. Las metástasis cerebrales son diez veces más frecuentes que los tumores primarios. Se originan de un tumor primario en la mama, pulmón, riñón, etcétera. Más del 80% de las personas con metástasis cerebrales tienen más de una metástasis. En ocasiones estas metástasis cerebrales son el primer indicio de la existencia de estos tumores primarios.
Algunas variedades de tumores son particularmente frecuentes en ciertos grupos de edad; por ejemplo, el meduloblastoma, ependimoma y el astrocitoma pilocítico son más comunes en niños; mientras que los meningiomas y el glioblastoma multiforme son más comunes en adultos.
Ciertos tumores son más frecuentes en mujeres como los meningiomas y los neurinomas del acústico; mientras que los gliomas y tumores embrionarios, son más frecuentes en los hombres.
Tecnología en el diagnóstico y tratamiento
Los tumores cerebrales se diagnostican frecuentemente no tanto por una mayor incidencia de estos, sino por el incremento en la expectativa de vida de la población en general y por los avances tecnológicos que permiten un diagnóstico más oportuno.
El diagnóstico se realiza en base a los síntomas del paciente que en general se refieren a un incremento de la presión intracraneal, que se manifiesta por dolor de cabeza asociado a síntomas o signos focales como convulsiones, déficit motor, alteraciones en la visión o audición, alteraciones hormonales, etcétera.
La confirmación del diagnóstico se efectúa mediante la tomografía computarizada y sobre todo con la resonancia magnética simple y con gadolinio, que permitirá valorar la forma del tumor, el tamaño, la localización y su proyección. La resonancia magnética con espectroscopia analiza la composición química del área seleccionada y permite diferenciar los tumores infiltrativos de otras lesiones. La tractografía permite valorar la relación espacial entre el tumor y las fibras de la sustancia blanca, lo cual ayuda a la planeación de la cirugía.
Cirugía convencional versus radiocirugía
La cirugía tiene por objeto reducir la masa tumoral, tomar tejido para el diagnóstico histológico y definir el tratamiento subsecuente. Puede también realizarse una biopsia estereostática con aguja, previo al tratamiento definitivo.
Cabe anotar que la cirugía ha evolucionado muchísimo con la utilización del microscopio quirúrgico, la neuronavegación, el aspirador ultrasónico, la fluorescencia, etcétera. Las nuevas técnicas de anestesia y el control postoperatorio en terapia intensiva han mejorado la evolución de la mayoría de los pacientes.
La histología del tumor, la localización y el tamaño del tumor residual, indican en algunos casos la necesidad de recibir tratamiento complementario con quimioterapia, radioterapia fraccionada y Gamma Knife®.
Gamma Knife® es una excelente opción en casos de tumores malignos o benignos localizados en sitios profundos donde la cirugía abierta implica mayores riesgos. Entre sus principales ventajas se cuentan el que es una cirugía ambulatoria mínimamente invasiva, sin los riesgos de la anestesia, sangrado o infección. El procedimiento aplica una sola dosis de rayos Gamma de alta energía dirigida a la lesión, con un margen de error menor a 0,5 mm, lo cual permite que el tejido que rodea a la lesión no sufra daño.
Fuente: el contenido de este artículo es de la autoría del doctor Mario Pinos Gavilanes, Director Médico de GKCE.
Desde 2011, Gamma Knife Center Ecuador (GKCE) trabaja con el firme propósito de servir e inspirar esperanza tanto a los pacientes diagnosticados con lesiones cerebrales, como a sus familiares, amigos y cuidadores.
La experiencia y visión de nuestro equipo profesional, lidera la aplicación de un innovador tratamiento no invasivo de radiocirugía estereotáctica que ofrece a la comunidad médica, una eficaz respuesta frente a numerosos padecimientos neurológicos, gracias al cual hemos conseguido mejorar la calidad de vida de cientos de pacientes venidos de todo el país.
Nos enfocamos en brindar soluciones seguras que abran nuevas expectativas a quienes enfrentan desalentadoras enfermedades catastróficas, tales como metástasis cerebrales y lesiones complejas de la base del cráneo que envuelven los nervios ópticos y encierran las arterias carótidas, que de otra manera serían quirúrgicamente inaccesibles.
Gamma Knife® no es una modalidad terapéutica experimental, se trata de un avance tecnológico novedoso de enorme valía en el tratamiento del cáncer de cerebro, cuya aplicación cuenta con el respaldo de cinco décadas de investigación clínica publicada en prestigiosas revistas científicas.
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