En el momento en que una persona sale de la calle y entra en un restaurante (por poner solo un ejemplo), el cerebro mentalmente inicia un nuevo “capítulo” del día, cambio que provoca a su vez un cambio mayor en la actividad cerebral.
Cambios como este ocurren a lo largo del día, a medida que las personas encuentran nuevos entornos, como salir a almorzar, asistir al partido de fútbol de sus hijos o prepararse para la noche viendo televisión.
Pero ¿qué determina cómo el cerebro divide el día en eventos individuales que podemos comprender y recordar por separado?
Eso es lo que se propuso descubrir un nuevo artículo de la revista Current Biology.
El equipo de investigación, dirigido por Christopher Baldassano, profesor asociado de Psicología en la Universidad de Columbia, y Alexandra De Soares, entonces miembro de su laboratorio, arrojó resultados interesantes.
Los investigadores querían comprender mejor qué impulsa al cerebro a formar un límite alrededor de los eventos que enfrentamos, registrándolos efectivamente como un nuevo “capítulo” del día.
Una posibilidad es que los nuevos capítulos sean causados enteramente por grandes cambios en el entorno de una persona, como cuando esta entra a un restaurante y pasa del exterior al interior.
Otra posibilidad, sin embargo, es que los nuevos capítulos sean impulsados por guiones internos que nuestro cerebro escribe basándose en experiencias pasadas, y que incluso grandes cambios ambientales podrían ser ignorados por nuestro cerebro si estos no están relacionados con nuestras prioridades y objetivos actuales.
Para probar su hipótesis, los investigadores desarrollaron un conjunto de 16 narraciones en audio, cada una de ellas de entre tres y cuatro minutos de duración. Cada narración tuvo lugar en uno de cuatro lugares (un restaurante, un aeropuerto, una tienda de comestibles y una sala de conferencias) y abordó una de cuatro situaciones sociales (una ruptura amorosa, una propuesta de matrimonio, un acuerdo comercial y un encuentro casual).
Los investigadores descubrieron que la forma en que el cerebro divide una experiencia en eventos individuales depende de lo que a la persona le importa en ese momento y a qué le presta atención.
Al escuchar una historia sobre una propuesta de matrimonio en un restaurante, por ejemplo, la corteza prefrontal de los sujetos generalmente organizaba la historia en eventos relacionados con la propuesta, que conducirían —con suerte— al “sí” final.
No obstante, los investigadores descubrieron que podían obligar a la corteza prefrontal a organizar la historia de una manera diferente si, en cambio, solicitaban a los participantes del estudio que se centraran en los eventos relacionados con los pedidos de cena de la pareja. Para los participantes del estudio a quienes se les pidió que se concentraran en estos detalles, momentos como pedir platos del menú se convirtieron en nuevos capítulos críticos de la historia.
“Queríamos desafiar la teoría de que los cambios repentinos en la actividad cerebral cuando comenzamos un nuevo capítulo de nuestro día solo son causados por cambios repentinos en el mundo; que el cerebro en realidad no está ‘haciendo’ nada interesante cuando crea nuevos capítulos, simplemente responde en forma pasiva a un cambio en los estímulos sensoriales”, explicó Baldassano.
“Nuestra investigación encontró que ese no es el caso: el cerebro, de hecho, organiza activamente nuestras experiencias de vida en partes que son significativas para nosotros“.
Los investigadores midieron dónde el cerebro creaba nuevos capítulos observando imágenes de resonancia magnética (IRM) para identificar nueva actividad cerebral y, en un grupo separado de participantes, pidiéndoles que presionaran un botón para indicar cuándo pensaban en una nueva parte del relato.
Descubrieron que el cerebro dividía las historias en capítulos separados dependiendo de la perspectiva con la que se les decía que debían sintonizarse, y esto no se aplicaba solo al escenario de la propuesta en un restaurante: una persona que escucha una historia sobre una ruptura que tiene lugar en un aeropuerto podría, si se le pidiera que prestara atención a los detalles de la experiencia en el terminal aéreo, registrar nuevos capítulos a medida que pasaran por el control de seguridad y llegaran a la puerta de embarque.
Mientras tanto, una persona que escuchó una historia sobre alguien que cerró un negocio mientras compraba comestibles en el supermercado, se le podría pedir que registrara los siguientes pasos del trato comercial como nuevos capítulos, o que se concentrara principalmente en las fases de la compra de los comestibles.
Los detalles a los que se pidió a los participantes del estudio que prestaran atención influyeron en lo que su cerebro percibió como un nuevo capítulo de la historia.
En el futuro, los investigadores esperan indagar el impacto que tienen las expectativas en la memoria a largo plazo. Como parte de este estudio, los científicos a cargo también pidieron a cada participante que les contaran todo lo que recordaban sobre cada historia.
Todavía están en el proceso de analizar los datos para entender cómo la perspectiva que se les pidió que adoptaran mientras escuchaban la historia, cambia la forma en que la recuerdan. En términos más generales, este estudio es parte de un esfuerzo continuo en el campo investigativo para construir una teoría integral sobre cómo las experiencias de la vida real se dividen en recuerdos de eventos.
Los resultados indican que el conocimiento y las expectativas previas son un ingrediente clave en el funcionamiento de este sistema cognitivo.
Baldassano describió el trabajo como un proyecto apasionante.
“Hacer un seguimiento de los patrones de actividad en el cerebro a lo largo del tiempo es un gran desafío que requiere el uso de herramientas de análisis complejas”, afirmó. “Usar historias significativas y modelos matemáticos para descubrir algo nuevo sobre la cognición es exactamente el tipo de investigación no convencional que estoy realizando en mi laboratorio. Estamos muy orgullosos y entusiasmados”.
Fuente: un artículo de Christopher Shea publicado en el portal neurosciencenews.com
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