La cirugía bariátrica se asocia con mejoras a largo plazo en la cognición y la estructura del cerebro, además de aportar beneficios generales para la salud y la pérdida de peso esperada, determinó un gran estudio.
Entre 133 adultos con obesidad severa que se sometieron a una cirugía bariátrica, aproximadamente dos de cada cinco mostraron una mejora mayor al 20% en la función cognitiva global, veinticuatro meses después de la cirugía.
“En particular, la corteza temporal exhibió no solo un mayor espesor cortical sino también una mayor eficiencia vascular después de la cirugía”, informaron Amanda Kiliaan, PhD, del Radbound University Medical Center en Nijmegen, Países Bajos, y sus colegas.
“Estos resultados resaltan las respuestas vasculares beneficiosas que ocurren junto con la cirugía bariátrica”, escribieron los investigadores.
También sugirieron que la cirugía para bajar de peso puede representar una opción de tratamiento para pacientes con obesidad y demencia.
El estudio fue publicado en línea el pasado febrero en JAMA Network Open.
La obesidad se asocia con un mayor riesgo de desarrollar demencia. La pérdida de peso inducida por la cirugía bariátrica se ha vinculado con mejoras en la función y estructura del cerebro en algunos estudios de cohortes pequeños con períodos de seguimiento cortos. Sin embargo, los resultados neurológicos a largo plazo asociados con la cirugía bariátrica no están claros.
Para investigar, Kiliaan y sus colegas estudiaron a 133 adultos con obesidad grave (edad media, 46 años; 84% mujeres) que se sometieron a un bypass gástrico en Y de Roux. Este procedimiento implica la creación de una bolsa estomacal a partir de una pequeña porción del estómago y su unión directamente al intestino delgado, evitando así el paso a través de una gran parte del estómago y el duodeno. Así, no solamente resulta la bolsa estomacal demasiado pequeña como para albergar grandes cantidades de alimento, sino que la absorción de grasa se reduce sustancialmente al evitarse el paso por el duodeno.
Los investigadores recopilaron datos relevantes de exámenes de laboratorio, pruebas cognitivas y escáneres cerebrales por resonancia magnética (IRM) antes de la cirugía, y a los seis y 24 meses después de la cirugía.
En general, el peso corporal medio, el índice de masa corporal, la circunferencia de la cintura y la presión arterial fueron significativamente más bajos a los seis y 24 meses después de la cirugía. A los 24 meses, un número significativamente menor de pacientes tomaba medicación antihipertensiva (17% frente a 36% antes de la cirugía).
También fueron evidentes las mejoras en los marcadores inflamatorios, los síntomas depresivos y la actividad física posterior a la cirugía.
Mejoras cognitivas
Varios dominios cognitivos mostraron una mejora significativa a los seis y 24 meses después de la cirugía bariátrica. Según el índice de cambio del 20%, se observaron mejoras en la memoria de trabajo, la memoria episódica y la fluidez verbal en el 11%, el 32% y el 24% de los participantes, respectivamente.
El 40% de los pacientes mostró una mejora en su capacidad de desviar su atención, y el 43% presentó mejoras en la cognición global después de la cirugía.
También se observaron varios cambios en los parámetros cerebrales. A pesar del menor flujo sanguíneo cerebral (FSC) en varias regiones, los volúmenes del hipocampo, el núcleo accumbens, la corteza frontal, la sustancia blanca y la hiperintensidad de la sustancia blanca se mantuvieron estables después de la cirugía.
La corteza temporal mostró un mayor grosor (media, 2,724 mm frente a 2,761 mm; p = 0,007) y un menor coeficiente de variación espacial (sCOV, mediana, 4,41% frente a 3,97%; p = 0,02) después de la cirugía.
En general, los resultados sugieren que las mejoras cognitivas “comienzan poco después de la cirugía bariátrica y son duraderas”, resaltaron los autores.
Sugieren que pueden estar involucrados varios factores, incluida la remisión de comorbilidades, una mayor actividad física, menores síntomas depresivos y menores factores inflamatorios. La estabilización del volumen, el FSC y el sCOV en regiones del cerebro, junto con ganancias en el grosor cortical y la eficiencia vascular en la corteza temporal, también podrían desempeñar un papel a destacar.
Resultados “notables”
“En conjunto, la investigación da a entender que los posibles efectos protectores de la cirugía bariátrica contra la demencia se manifiestan a través de cambios cerebrales relacionados con el peso y la reducción de los factores de riesgo cardiovascular”, afirmó Shaheen Lakhan, MD, neurólogo e investigador con sede en Miami, Florida, quien no participó en el estudio.
“Estas notables transformaciones neurológicas indican que esta cirugía representa una oportunidad fundamental para combatir las crisis de salud pública paralelas de la obesidad y la demencia que amenazan a la sociedad”, declaró Lakhan a Medscape Medical News.
“Al demostrar un impulso cognitivo y cerebral duradero años después de la cirugía, los pacientes ahora tienen una respuesta enfática: estos no son beneficios de corta duración sino más bien mejoras profundas que los impulsan positivamente por el resto de la vida”, añadió.
Esto abre interrogantes sobre si la nueva clase de medicamentos para la obesidad dirigidos al péptido similar al glucagón 1 (GLP-1) y a las vías del polipéptido inhibidor gástrico, que pueden lograr una pérdida de peso cercana a la de la cirugía bariátrica, podría tener beneficios similares.
El uso de fármacos GLP-1 también ha mostrado efectos neuroprotectores como la mejora de los déficits motores y cognitivos, la reducción de la neuroinflamación, la prevención de la pérdida neuronal y posiblemente la desaceleración de la neurodegeneración en modelos animales de la enfermedad de Parkinson, la enfermedad de Alzheimer y los accidentes cerebrovasculares, señaló Lakhan. Sin embargo, los mecanismos exactos y la capacidad de cruzar la barrera hematoencefálica requieren mayor confirmación, especialmente en humanos.
Actualmente, se están llevando a cabo grandes ensayos aleatorios controlados a largo plazo que analizan los efectos potenciales de la semaglutida en la enfermedad de Alzheimer temprana, incluido el ensayo EVOKE Plus, anotó.
“Estos medicamentos revolucionarios contra la obesidad pueden brindarnos el santo grial de la medicina: una píldora que rivaliza con los beneficios cerebrales de la cirugía sin el bisturí, permitiendo a los pacientes un camino más accesible para proteger su cerebro“, concluyó Lakhan.
Fuente: un artículo de Megan Brooks publicado en el portal medscape.com
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