El cerebro nunca deja de asombrarnos. Cuando ahondamos en el estudio de este órgano tan complejo y fascinante, descubrimos lo complicado que puede llegar a ser conocerlo en su totalidad. Su funcionamiento todavía sigue guardando muchas incógnitas, por lo que a la investigación aún le quedan varios años para conocerlo más a fondo. Sin embargo, sí existen algunos datos que posiblemente una gran parte de la población no sepa y que pueda llegar a sorprendernos.

A lo largo del artículo se desmontará la leyenda urbana de que solo usamos el 10% de nuestro cerebro. También veremos qué es y cómo funciona el efecto placebo, ¿tiene el cerebro poder para curar el cuerpo? Por otro lado, nos adentraremos en los asombrosos casos de personas que viven solo con la mitad del cerebro. Y, por último, sabremos cuánto podría dolernos si nos manipulan el cerebro sin anestesia… ¿O quizá no sentiríamos dolor? ¿Dispuesto a indagar en cuatro datos de tu cerebro que te sorprenderán? ¡Comencemos!

1.Usamos todo el cerebro

De los cuatro datos de tu cerebro que desconocías, este consiste en derribar un falso mito. Existe una leyenda urbana que afirma que solo usamos un 10% de nuestro cerebro y que si lo usáramos al 100% podríamos desarrollar telepatía, telequinesia, etcétera. Lamentamos informar que es una información falsa. El cerebro se usa en su totalidad. Además, si analizamos la afirmación, ¿qué significa usar un 10%? ¿Usar solo un trozo? Tan solo con conocer un poco el funcionamiento del lenguaje, atención, percepción, movimiento o funciones ejecutivas, ya sabremos que el uso del cerebro es general.

2. Efecto placebo

El efecto placebo es una de las grandes incógnitas de nuestro tiempo. Se trata de un campo en el que la investigación no para ya que se trata de un fenómeno de lo más llamativo e interesante. Este efecto consiste, por ejemplo, en que si alguien padece dolor de cabeza y le damos una pastilla afirmando que se lo quitará, se lo quita. Sin embargo, se trataba de una pastilla sin efecto alguno, es decir, como si nos comiéramos un caramelo. Aun así, es posible que a esa persona le desaparezca el dolor de cabeza. ¿Cómo es posible?

Todavía es un fenómeno en desarrollo, pero varias son las teorías que pueden esconderse detrás. Como afirman Lam y Hernández (2014), la expectativa sobre un medicamento junto a palabras de aliento, podrían desencadenar acciones sugestivas que a su vez provocan una respuesta fisiológica. Una investigación de 2019 de la Universidad de Harvard ha descubierto que las administraciones de placebos activan las mismas vías bioquímicas del cerebro que los medicamentos. Es decir, si el cerebro cree que una medicación placebo tendrá efecto, es muy probable que lo tenga.

3. Vivir con la mitad del cerebro

¿Es posible vivir con la mitad del cerebro? La respuesta es sí. Es llamativo, muy llamativo, que dada la importancia del cerebro en el ser humano se pueda vivir solo con la mitad. A pesar de ello, la edad es determinante a la hora de un mayor o menor éxito. Es decir, cuando la hemisferectomía (extirpar o inhabilitar la mitad del cerebro) tiene lugar a edades tempranas, la parte restante puede reorganizarse (dentro de unos límites), para asumir las funciones de la otra mitad.

Por ejemplo, a nivel general, el área del lenguaje se ubica en el hemisferio izquierdo. Se ha comprobado que, si se extrae el hemisferio izquierdo a una edad temprana, el hemisferio derecho intenta suplir las funciones del hemisferio izquierdo. Pero, ¿qué ocurre cuando se extrae el hemisferio a una edad adulta? Normalmente, este tipo de operaciones suelen realizarse en casos de epilepsias complejas y que inhabilitan de forma importante la vida del paciente. Así pues, ¿cómo es posible que un paciente pueda seguir manteniendo el habla?

Un equipo de la Unidad de Epilepsia del Hospital Clinic de Barcelona llevó a cabo un estudio con adultos. Debido a las fuertes epilepsias, a dos de ellos se les extrajo el hemisferio izquierdo y ambos seguían manteniendo el lenguaje. ¿Cómo es posible? Como afirman los autores «no se han observado déficits del lenguaje probablemente por la transferencia temprana del lenguaje al hemisferio derecho» (De Francisco, J. et al, 2009). Es decir, al comenzar la patología cerebral a edades tempranas, las funciones del cerebro dañado se transfieren al hemisferio sano. Sin duda, se trata de uno de cuatro datos de tu cerebro expuestos en el presente artículo que más puede sorprender.

4. El cerebro no siente dolor

A pesar de que el cerebro sea el órgano encargado de procesar el dolor, el cerebro en sí mismo no siente dolor. Cuando conocemos este dato por primera vez puede ser impactante y nos viene une pregunta a la cabeza, ¿nos podrían operar del cerebro sin anestesia? La respuesta es sí, pero con matices. Existen una serie de terminaciones nerviosas conocidas como nociceptores que son las encargadas de mandar las señales de dolor el cerebro. Pueden mandar señales tanto del exterior como del interior. Sin embargo, en el cerebro no se encuentran nociceptores, por lo que no sentiría dolor.

La anestesia se aplicaría para poder perforar el cráneo y abrir las meninges con el objetivo de llegar al cerebro, pero una vez expuesto, en las operaciones se puede manipular sin anestesia. Es más, en muchas operaciones de neurocirugía se mantiene al paciente despierto mientras realiza alguna actividad para comprobar que no están dañando ciertas áreas cerebrales.

Otra pregunta que nos viene a la cabeza en este momento, ¿entonces por qué me duele la cabeza? Lo que nos duele pueden ser las meninges, los vasos sanguíneos, los tejidos nerviosos o los músculos que rodean al cerebro, pero no el cerebro en sí. Por ello, cuando nos duele la cabeza, puede ser porque se inflame alguna de las zonas mencionadas. O cuando tenemos una hemorragia pueden doler los vasos sanguíneos que rodean la lesión, pero no la masa cerebral. Como pregunta final, ¿cuál de los cuatro datos de tu cerebro te sorprende más?

Fuente: un artículo de Xevi Molas publicado en el portal www.psicoactiva.com

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