Cuando mi madre me llamó para contarme que le habían diagnosticado cáncer de pulmón en 2017, mi cerebro se esforzaba por seguir el ritmo de lo que escuchaban mis oídos. Las frases surgían en fragmentos aislados: “sombra en una radiografía de tórax”, “el médico dice que necesito una biopsia” y “maligno”. De repente, me vi envuelto en el drama del cáncer y desempeñé un papel desconocido: en lugar de ser un oncólogo que proporcionaba información con calma, contextualizaba un diagnóstico y desarrollaba un plan de tratamiento, yo era el hijo de un paciente que intentaba obtener respuestas.
En los días siguientes, una vez superado el shock, ayudé a mi madre a idear un plan. Esto es lo que se nos ocurrió y lo que les aconsejo a mis propios pacientes, incluida la obtención de una segunda opinión de un patólogo, que es el especialista que examina los tejidos del cuerpo para distinguir lo normal de lo anormal.
Muchos pacientes se saltan este paso, pero se cometen errores. En un estudio que mis colegas y yo llevamos a cabo a través de los Institutos Nacionales de Salud (NIH), en el que participaron más de 900 pacientes con sospecha de síndromes mielodisplásicos, un cáncer de médula ósea, los patólogos con experiencia en esta afección no estuvieron de acuerdo con el diagnóstico dado por patólogos que no eran expertos en el tema en el 20% de los casos.
Aún más preocupante es que el 7% de los pacientes que recibieron un diagnóstico equivocado también recibieron el tratamiento incorrecto para su cáncer.
Por eso es tan importante buscar una segunda opinión de un patólogo para confirmar el diagnóstico, así como la de un oncólogo para verificar el mejor plan de tratamiento.
Obtenga un diagnóstico formal
La mayoría de las personas se enteran de un posible diagnóstico de cáncer a través de alguien que no se especializa en cáncer. Tal vez un médico de atención primaria le alertó sobre un bulto en el pecho o un análisis de sangre mostró un nivel elevado de antígeno prostático específico o PSA. En el caso de mi madre, una radiografía de tórax para evaluar la tos reveló una masa.
Sin embargo, no podemos decir con certeza que una anomalía es cáncer hasta que una biopsia confirme la presencia de células cancerosas. Trate de mantener la calma hasta que obtenga un diagnóstico formal mediante pruebas adicionales. Es posible que el bulto no sea cáncer. En un estudio, los pacientes con ganglios linfáticos inflamados y sospecha de cáncer fueron derivados por sus médicos de atención primaria a cirujanos para una biopsia. Solo el 17% fue diagnosticado con cáncer.
Descubra qué tan urgente es su caso
¿Qué pasa si la biopsia muestra cáncer? Es normal experimentar una variedad de emociones, como miedo, ansiedad, tristeza, ira o incluso culpa. Yo sentí eso cuando me enteré del diagnóstico de mi madre. Pero antes de asumir lo peor, busque el consejo de un experto sobre la gravedad del cáncer. Prepárese para someterse a pruebas adicionales, como exploraciones radiológicas o incluso otra biopsia, para determinar el “estadio” del cáncer o cuánto se ha propagado.
Me especializo en el cuidado de personas con leucemia y tengo algunos pacientes a los que llevo rápidamente al hospital para comenzar la terapia: un estudio que realicé con varios colegas demostró que cuanto más rápido tratamos ese tipo de leucemia aguda, en particular en adultos jóvenes, más tiempo viven las personas. Por otro lado, he seguido a otros pacientes con diagnósticos de cáncer, diagnosticados con leucemias crónicas de progresión lenta, durante más de una década sin ningún tratamiento.
En el caso de mi mamá, la biopsia mostró cáncer de pulmón.
Elija con cuidado las fuentes en línea
Está bien investigar un poco en internet antes de consultar con un oncólogo, pero trate de no meterse en demasiados recovecos. El internet es propenso a la información sanitaria errónea: una investigación determinó que algunos sitios tenían muy poca precisión en la información sobre el cáncer de páncreas, y otra concluyó que solo el 67% de la información sobre el cáncer compartida en las redes sociales era precisa. Los sitios web de organizaciones sin fines de lucro (como los grupos establecidos para la defensa de pacientes), los del gobierno y los portales académicos tendían a ser las fuentes más confiables.
Tome notas en su cita
Cuando se reúna con un oncólogo, lleve una lista de preguntas para que la conversación se centre en lo que es importante para usted. Traiga consigo a un familiar o amigo para que tome notas y le ayude a recordar todo lo que se dijo: puede ser mucho para recordar. De hecho, cuando se evaluó la capacidad de recordar información sobre el tratamiento y los efectos secundarios en 69 adultos mayores con cáncer, los encuestados respondieron correctamente solo el 23% de las preguntas abiertas sobre cuándo contactar a un médico o enfermero o en torno a recomendaciones sobre comer y beber.
Acompañé a mi madre, que tenía 74 años, a su cita con el oncólogo y tomé notas en mi computadora. Muchos de mis pacientes y sus hijos usan sus teléfonos.
Consulte con otro oncólogo
El tiempo puede ser esencial y puede ser difícil conseguir citas rápidamente. Por lo tanto, trate de ser flexible en cuanto a quién está disponible en consulta para obtener una segunda opinión, dónde puede atenderlos (algunos trabajan en centros oncológicos o sitios especializados) y a qué hora está dispuesto a verlos. Por ejemplo, en mi práctica profesional diaria, el mejor momento para recibir a pacientes nuevos es a primera hora en la mañana, porque en ese horario suelo estar más disponible que en mi turno vespertino.
En general, es más probable que los centros oncológicos más grandes, y en particular los centros académicos que manejan hospitales, cuenten con especialistas en su tipo específico de cáncer, y estén más actualizados en cuanto a los últimos estándares de diagnóstico y tratamiento. Algunos incluso admiten visitas de telemedicina, razón por la cual hoy es posible que pueda acceder a un experto mundial desde la comodidad de su propia sala de estar en casa.
Obtenga una segunda opinión de un patólogo
Al programar una segunda opinión con un oncólogo, insista en que la biopsia del cáncer también sea revisada por el equipo de patología del centro oncológico, los que también suelen estar compuestos por especialistas de alto nivel. A menudo, tendrá que firmar una autorización para que un centro médico envíe la muestra de la biopsia a otro, o incluso recoger la muestra y llevarla allí usted mismo.
Cuando mi madre fue en busca de una segunda opinión, el médico oncólogo que la atendió no estuvo de acuerdo con su diagnóstico inicial, que había determinado que el cáncer se había propagado a los ganglios linfáticos cercanos y que se encontraba en la etapa 3. Ellos descubrieron que el cáncer de pulmón no se había propagado a los ganglios linfáticos y que solo se encontraba en la etapa 1. En lugar de necesitar quimioterapia, radioterapia y cirugía, afortunadamente para ella, solo necesitó la cirugía. Después del procedimiento quirúrgico, ya no tenía cáncer y, afortunadamente, hoy está viva y bien.
Este artículo recoge el testimonio del doctor Mikkael A. Sekeres, quien es jefe de la división de hematología y profesor de medicina en el Sylvester Comprehensive Cancer Center.
Fuente: un artículo publicado en el portal www.washingtonpost.com
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