La radiocirugía consigue controlar localmente los tumores cerebrales en más del 85% de los casos de metástasis
27 octubre, 2016La radiocirugía como técnica en la cura de la metástasis cerebral
27 octubre, 2016
Conocer el diagnóstico de un tumor cerebral puede resultar abrumador, emocionalmente traumático e inclusive aterrador. En un primer momento quien lo padece puede experimentar cierta incertidumbre, inseguridad e incredulidad. Tómese un tiempo prudente para digerir la información que le proporcionaron, y tenga muy presente que sentimientos de temor, tristeza y enojo son respuestas absolutamente normales.
No existe una manera correcta de reaccionar ante el diagnóstico de un tumor. Es muy probable que enfrentar la nueva condición de ”normalidad” requiera de usted cambios en la forma de ver la vida o de proyectarla dinámicamente bajo un nuevo sentido de propósito.
Por ahora, posiblemente sienta que tiene poco control sobre su salud, pero puede adoptar medidas para hacer frente al impacto y al dolor que suele presentarse después recibir el diagnóstico. Considere para ello lo siguiente:
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Averigüe todo cuanto sea posible sobre los tumores cerebrales
Anote las preguntas que desee formular y llévelas a las citas médicas. A medida que su médico contesta a sus inquietudes, tome nota de ellas o bien solicite a un familiar de su entera confianza que lo acompañe a consulta. Cuando una persona recibe un shock de esta naturaleza, sus niveles de atención no son por lo regular los más adecuados para receptar información vinculada a su estado de salud.
Siempre será recomendable llevar consigo a uno o como máximo a dos acompañantes a las citas que se agenden. Recuerde que, cuanto más sepa y entienda sobre cada aspecto de la atención médica, más seguridad tendrá cuando llegue el momento de tomar decisiones en firme sobre su tratamiento. Asimismo, puede resultar alentador contar con una segunda opinión para sentirse más seguro en lo concerniente al diagnóstico, alternativas de tratamiento y expectativas de resultados.
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Encuentre a alguien con quien hablar de su dolencia
Busque a alguien capaz de compartir con usted sus sentimientos. Es muy posible que tenga un amigo cercano o un familiar que sepa escuchar; puede resultar positivo también hablar con un miembro de su iglesia, con un consejero o con un terapista. Charlar con otros individuos que padecen tumores cerebrales le ofrecerá una perspectiva única. Consulte al médico especialista sobre la existencia de grupos de apoyo en su localidad. Otra alternativa viable son los foros ofrecidos en el internet.
Cuide su cuerpo y mente durante y después de su diagnóstico, y del tratamiento inclusive. Opte por una alimentación saludable, rica en frutas, verduras y granos integrales. Haga ejercicio siempre que se sienta bien. Evite dormir menos de lo necesario: procure el número de horas suficientes que le permitan sentirse plenamente descansado. Reduzca el estrés en su vida e invierta tiempo en actividades relajantes como escuchar música o escribir un diario.
Hacer frente a una enfermedad y a una posible cirugía son factores muy tensionantes; de hecho, el estrés puede llegar a generar un impacto en su curación. Es por ello que resulta beneficioso aprender y adoptar en su rutina diaria, técnicas de relajamiento que le ayuden a manejar mejor las presiones.
Prácticas como la meditación, la respiración profunda, el yoga y la imaginación guiada pueden ayudarle a reducir el estrés. Estas técnicas ayudan a sacar el enojo y a expresar sus sentimientos. Recuerde que no todos los métodos funcionan para todas las personas. Busque diferentes opciones hasta dar con aquella que se acople a sus necesidades y que le aporte mayores beneficios.
Es importante mantener una actitud positiva mientras usted atraviesa este tiempo difícil. También es importante tener presente que dependiendo del lugar en donde se encuentre alojado el tumor y las áreas del cerebro que afecte, podría darse el caso de que usted no siempre esté en capacidad de controlar sus emociones o su comportamiento.
Sea paciente con usted mismo; entienda que mucho de lo que experimenta es producto de su condición médica. Mantenga a su doctor debidamente informado de los tiempos y de las situaciones en las cuales advierte estar fuera de control. Asegúrese de que la gente que forma parte cercana de su vida esté enterada sobre su condición de salud y sobre el posible efecto que esta pueda tener en su personalidad.
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Hable con sus hijos acerca de su condición y sobre la cirugía
Si el paciente tiene hijos –sin importar la edad de los mismos–, puede resultarle difícil abordar con ellos el tema de su condición de salud, y más aún el de una inminente cirugía. En el caso de niños muy pequeños suele ocurrir que percibiendo que algo anda mal, estos tienden por inclinación natural a imaginar lo peor. De ahí que sea preferible y hasta recomendable brindarles información médica clara y oportuna, que evite tales tensiones.
El asunto es sencillo: si usted les facilita algunos hechos básicos pero ciertos, algo que ellos puedan tener en mente, les proporcionará un panorama real y objetivo de su actual estado de salud, que restará sitio a la imaginación.
Explíqueles a sus hijos su condición en términos que ellos puedan comprender. Será de enorme beneficio mantener a sus hijos enterados sobre su salud, al tiempo que les permitirá saber si existe algún cambio.
Es importante que los niños se sepan amados y que siempre serán cuidados; así se atenuará la sensación de inseguridad. Dese tiempo para escucharlos. Es una excelente oportunidad para disipar cualesquier mito que pudieran tener sobre la enfermedad.
Los niños y los jóvenes manifiestan reacciones diferentes, en muchas ocasiones difíciles de entender. Quizá requiera efectuar una consulta a un psicólogo infantil; el especialista podrá ayudarle a acercarse a este proceso de la manera más positiva y auténtica posible.
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Involucre a su familia y amigos
Manténgase dispuesto a recibir el apoyo de aquellos con quienes mantiene una relación estrecha. Cuando existe integración y colaboración familiar, la actitud ante las adversidades tiende a volverse más positiva. En ocasiones, cuando se experimenta que el día ha sido especialmente difícil, compartir con alguien conocido y querido sirve para ventilar preocupaciones y serenar el ánimo.
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Tome un día a la vez: haga planes para disfrutarlo todo, en la medida de lo posible
Tener ansiedad sobre lo que deparará el futuro es natural. No se anticipe vanamente: concéntrese en vivir el hoy. Valore lo positivo, y encuentre la forma de incluirlo en su repertorio de actividades y actitudes. Ejercer el humor y experimentar la alegría son opciones poderosas que conducen a lograr un equilibrado estado de bienestar y paz interior.
Notas para los familiares y amigos
El diagnóstico de un tumor cerebral supone un gran impacto emocional no solo para el paciente sino también para los familiares y amigos. Los allegados representan pilares importantes en la recuperación del paciente.
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Para que su ser querido no se sienta solo, comparta con él sus sentimientos y escúchelo con atención.
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Es posible que el paciente se sienta culpable por tener que depender tanto de usted. Brinde su contingente y ayuda cuando pueda, y consiga el de otras personas cuando usted no esté disponible.
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Aprenda todo cuanto pueda sobre el tratamiento de los tumores cerebrales.
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Dedíquese tiempo a sí mismo: estará en mejores condiciones de ayudar si reserva tiempo para descansar, y atiende a las necesidades de su propia vida.
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Considere escribir un diario.
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