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Dignitas

Los que trabajamos en un hospital o colaboramos en centros médicos especializados esperamos que nuestros pacientes dejen sus sentimientos de vergüenza en la puerta. Lo que no solemos recordar es que este sentimiento de vergüenza está relacionado con un valor humano intrínseco muy importante llamado dignidad.

La pérdida de dignidad para la mayoría de las personas genera mucha consternación y, sin embargo, con relativa frecuencia quienes conformamos la plantilla médica esperamos que nuestros pacientes examinen y manejen la suya como puedan.

La dignidad es vista como el derecho a ser considerado digno, a ser respetado y valorado. Proviene de la palabra latina dignitas, que significa “dignidad”. Ser tratado con dignidad y respeto es una necesidad humana muy poderosa. Por ello, se aprecia y valora cuando un individuo sabe conducirse por la vida con dignidad.

El hospital puede robarle absolutamente toda su dignidad a un ser humano. Desde las batas que exponen la parte trasera del cuerpo desnudo hasta la falta total de privacidad, existe un asalto constante a la dignidad de los pacientes, lo cual conduce invariablemente a la vergüenza.

Ahora, eso es a menudo un factor de la impotencia que trae aparejada la enfermedad e incluso la edad. Tales circunstancias concretas pueden hacer que uno sea incontinente, provocando la vergüenza de usar pañales o incluso manejarse como un niño pequeño. Luego están los exámenes y tratamientos necesarios que pueden resultar invasivos y degradantes. El dolor siempre se cierne a la vuelta de la esquina, haciendo que los pacientes estén indefensos y dependientes. Tampoco es raro que los médicos entren a las habitaciones de los pacientes y ni siquiera se presenten, o que las enfermeras irrumpan atropelladamente a la madrugada. Toda la estancia en un hospital está envuelta en miedo, y esto empeora el proceso de “desdignificación”.

Entonces, además de la vergüenza, ¿realmente importa si los pacientes pierden su dignidad por unos días?

Por supuesto que sí, y sin embargo, en muchos hospitales y centros de salud de todo el mundo, a los enfermos no se les permite gozar de la dignidad que merecen.

Se ha demostrado que mantener la dignidad del paciente mejora los resultados. En las encuestas realizadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 41 países, la dignidad fue el segundo atributo de atención más importante elegido por los participantes: solo la “puntualidad de la atención” recibió una calificación más alta.

La dignidad es importante y ayudar a nuestros pacientes a mantener la suya intacta debe ocupar un lugar destacado en la lista de todos los médicos y enfermeras.

El primer paso es crear conciencia entre todos los profesionales de la salud sobre la importancia de la dignidad de nuestros pacientes. Turnock y su grupo mostraron en un estudio realizado en 2001 que “la conciencia entre el los médicos y las enfermeras en torno a los factores que promueven la dignidad del paciente incita a todo el personal a mejorar y mantener el pleno respeto hacia la dignidad de estos”.

Luego viene el entorno que creamos para los pacientes. El elemento humano es importanteUn oído atento, empatía y amabilidad pueden ser muy útiles. El elemento físico también debe ser apropiado. Las batas que revelan la parte trasera de los pacientes no siempre son necesarias. Un estudio canadiense de 2014 mostró que si bien el 56% de los pacientes podían usar pantalones sin ocasionar un problema médico, solo el 25% de estos pacientes realmente lo hicieron o se les permitió. La privacidad también es importante.

El entorno físico se convierte en la importancia de satisfacer las necesidades de los pacientes. Por supuesto, algunas demandas pueden ser extravagantes, y en el entorno actual de escasez de enfermeras o personal de apoyo, no todas las demandas pueden cumplirse plenamente.

Entonces ahí es donde entra un tercer punto importante: la comunicación. No solo es importante para tratar las necesidades de los pacientes, sino que ayuda a discutir la enfermedad que tienen, las pruebas necesarias, las opciones de tratamiento, el pronóstico e incluso las instrucciones al recibir el alta, a puertas de dejar cualquier casa de salud.

Por último, y no por ello menos importante citaremos la importancia de involucrar a las familias de los pacientes.

Las soluciones enumeradas anteriormente no son exhaustivas. Acabo de enumerar algunas de las formas más comunes de tratar el problema.

En Ética a Nicómano, Aristóteles escribió: “El hombre ideal soporta los accidentes de la vida con dignidad y gracia, aprovechando las mejores circunstancias”. Ciertamente, sería genial si todos nuestros pacientes fueran como la persona del ideal aristotélico, pero no lo son… Por lo tanto, depende de nosotros cooperar a que su estancia se mantenga con dignidad y armonía, recibiendo siempre el trato adecuado.

Fuente: un artículo del anestesiólogo Nana Dadzie Ghansah, MD publicada en www.kevinmd.com

 

Gamma Knife Center Ecuador realiza desde hace ocho años, una tarea comprometida con la excelencia.

Contamos para ello con la técnica más avanzada de radiocirugía estereotáctica a nivel mundial, cuya innovación nos permite ofrecerle un procedimiento seguro y eficiente, que ha reinstalado la esperanza a miles de pacientes diagnosticados con tumores cerebrales benignos y malignos, malformaciones arteriovenosas (MAV), y que sirve también como eficaz tratamiento para la neuralgia del trigémino.

Trabajamos como un equipo. Trabajamos en colaboración e inclusivamente juntos, pues solo así logramos enfocarnos en lo que importa: su salud cerebral. Y lo hacemos con la mejor plantilla profesional de neurocirujanos, físico médicos y especialistas. Actuamos con responsabilidad e integridad, asumiendo la responsabilidad personal y colectiva de cuidar celosamente a cada paciente derivado a nuestro centro.