Sentirse esperanzado y asustado al mismo tiempo no es infrecuente para los sobrevivientes de enfermedades catastróficas como el cáncer, especialmente durante la temporada navideña. La psicóloga médica Kathleen Shanahan, PhD, nos ofrece algunos consejos para ayudar a aceptar y enfrentar los sentimientos conflictivos.
“Felices Fiestas”, nos decimos unos a otros con una voz alegre a lo largo de estas cinco semanas que van desde el Día de Acción de Gracias hasta el Año Nuevo. Muchos de nosotros celebramos Hanukkah, Navidad, Kwanzaa o el solsticio de invierno, y nuestros saludos resaltan la alegría anticipada de la temporada y la buena voluntad que solemos brindar a familiares, amigos e incluso extraños.
Nos imaginamos reuniéndonos con aquellos a quienes amamos, compartiendo comidas especiales para las fiestas e intercambiando regalos, observando tradiciones transmitidas de generaciones anteriores a nosotros. Ya sea con una menorá, una estrella, una kinara o un tronco de Navidad, la temporada navideña marca y celebra las cosas más importantes para nosotros: la familia, la comunidad, la fe y el amor.
¿Puedes sentirte con ánimo festivo cuando estás preocupado?
Para muchos de nosotros, sin embargo, los feriados de diciembre son más complicados que eso. Nuestras expectativas son altas y la realidad no siempre suele estar a la altura de nuestros anhelos o colmados de esperanza. Esto puede ser especialmente cierto para los sobrevivientes de cáncer. Muchos pueden sentir que han superado el desafío más importante de su vida y quieren celebrar, pero no están muy seguros de si esta es una buena idea.
Especialmente durante las vacaciones, su familia y amigos cercanos quieren que la vida vuelva a la normalidad. Pero las preocupaciones persisten. ¿De verdad se acabó la pesadilla? ¿Ha desaparecido realmente el cáncer? ¿Volverá? Esta dura enfermedad ha controlado tu vida durante tanto tiempo que te preguntas si es realmente seguro bajar la guardia.
Para otros y aún para cada uno de nosotros, los festejos significan tener que enfrentar la decepción de que su grupo familiar no es la familia perfecta cuando de detalles navideños se trata. O tal vez este año no habrá tarjetas, cenas o abrazos porque las personas que conociste y amabas se han ido. La pandemia parece asolarlo todo… A veces nos damos cuenta de que nuestros propios anhelos son irrealizables y llegamos a experimentar emociones que parecen no estar sincronizados con la temporada. Creemos que deberíamos sentirnos felices y agradecidos, pero en cambio nos sentimos tristes, asustados o incluso enojados.
La terapia puede ayudarte a encontrar la paz
Es importante que todos recordemos que nuestras emociones estarán a tope en esta época del año. La brecha entre nuestras grandes esperanzas y expectativas por un lado y la realidad por el otro puede causar desilusión en nosotros mismos y en los demás. ¿Entonces, qué podemos hacer? ¿Cómo podemos acercarnos a las fiestas de un modo saludable que nos permita prestar más atención a lo que tenemos que a lo que nos estamos perdiendo?
La terapia conductual dialéctica, conocida como DBT, es un tipo de terapia que puede ayudarnos a sentirnos más en paz con cualquier circunstancia en la que nos encontremos. La palabra “dialéctica” se refiere a la idea de que podemos tener creencias y sentimientos aparentemente opuestos al mismo tiempo. Así que la próxima vez que usted tenga sentimientos fuertes, pregúntese qué más podría estar sintiendo. Es posible que se sienta triste y feliz al mismo tiempo, o asustado y agradecido, o decepcionado y esperanzado. DBT nos anima a notar nuestros sentimientos y sensaciones, nombrarlos y apoyarnos en ellos, sin juzgarlos y sin tratar de evitarlos.
Una vez que conocemos nuestros sentimientos y nos hemos permitido el tiempo y el espacio para sentirlos, entonces podemos decidir si queremos intentar cambiar cómo nos sentimos. Modificar nuestros sentimientos no siempre es fácil, pero aquí se anotan algunas sugerencias:
Concéntrate en tu respiración. Cuando estamos angustiados, nuestra respiración se acelera. Trate de hacer más lenta y profunda su respiración. Inhale mientras cuenta hasta cuatro, contenga la respiración mientras cuenta hasta siete, luego exhale lentamente mientras cuenta hasta ocho. Repita esto durante un minuto, o más si puede. Esto ayudará a calmar su cuerpo y, a medida que su cuerpo se calme, también lo harán sus pensamientos y sentimientos.
Practica una emoción opuesta. Si se siente triste y se aleja de los demás, intente extender la mano. Socializar y enfocar su atención en otra persona ayudará a aliviar la tristeza. ¡No se aísle!
Centra tu atención en el momento. Utilice sus cinco sentidos para hacer un inventario de lo que puede ver, oír, oler, tocar o saborear. Usar nuestros sentidos para enfocarnos en el momento presente es otra forma de calmar los pensamientos acelerados y la avalancha de emociones.
Sea amable con usted mismo. Recuerde que este es un nuevo capítulo de su vida que recién ahora se está escribiendo. Sea paciente y tómese un tiempo para descubrir qué es importante para usted como sobreviviente de una enfermedad catastrófica.
Si descubre que sus sentimientos no son exactamente los que esperaba durante esta temporada navideña, busque ayuda con quienes saben escuchar y prodigarle apoyo en sus momentos de bache. Si lo ve necesario comuníquese con su proveedor de salud e indíqueles sus malestares físicos e inquietudes. Ellos, de ser necesario, al conocer su sentir sabrán derivarlo hacia los profesionales que puedan brindarle cuanto usted ahora necesita para superar esa montaña rusa de emociones que trae consigo la temporada festiva. ¡Ánimo!
Fuente: un artículo de Kathleen Shanahan, PhD, publicado en el portal www.roswellpark.org
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