¿Puedo ser honesto contigo?
Me encanta compartir victorias y recordarles a los luchadores contra el cáncer lo que es posible remontar cuando existe entereza… pero hace unas semanas descubrí que estaba totalmente agotado. Tal cual… el mismo hombre que entrena a otros sobre la importancia de priorizar la salud estaba literalmente aniquilado.
Me di cuenta de que, aunque agrego más cosas a mi plato este año, me resulta más fácil perder de vista mi propio bienestar y calidad de vida.
Todo comenzó con algunas noches de menos sueño aquí y allá, posponiendo la meditación para otro día. El ejercicio sonaba genial, pero había otras prioridades que gritaban más fuerte. Luego llegó el almuerzo y me pareció más fácil tomar una barra energética que sentarme a disfrutar de una comida más nutritiva.
No es sorprendente que mi energía comenzara a cambiar. Empecé a quedarme atrapado en más negatividad y mi estado de ánimo general se derrumbó. Y dado que se supone que la salud integral es mi principal prioridad, fue bastante desconcertante darme cuenta que cometía un serio desliz.
Así que hice un esfuerzo consciente para hacer ajustes y hoy quiero compartir con ustedes lo que me ayudó a volver a la línea de base. Aquí están mis tres áreas de enfoque.
Diálogo interno positivo
Nuestros pensamientos afectan nuestros sentimientos, los cuales a su vez afectan nuestras acciones. Por esta razón creo firmemente en las afirmaciones positivas y en utilizar los beneficios del diálogo interno a mi favor.
Hacerme cargo de mi diálogo interior fue una herramienta poderosa durante mis días más oscuros de cáncer; me ayudó a generar constantemente los pensamientos y la mentalidad necesarios para mantener la creencia de que la curación no solo era posible sino probable y, finalmente, inevitable.
Actividades para sentirme bien
¿Por qué cuando el estrés aumenta, olvido lo mucho que amo la música? Es como si nunca pareciera haber tiempo para meditar cuando estás ocupado (pero es exactamente cuando más lo necesitas).
A estas alturas he aprendido que mis instintos no siempre me sirven cuando estoy estresado o sobrecargado. No solo me vuelvo más reactivo, sino que me quedo atrapado en narrativas como si siguiera asumiendo más, ¡me sentiría mejor! En realidad, no funciona así.
Esta vez, me puse los auriculares y busqué música nueva en Spotify. Luego saqué la guitarra y toqué. Después me sentí un millón de veces mejor.
Durante el resto del fin de semana, abracé mi yo más perezoso con mi esposa, Kori, y nos sentamos en el sofá para ponernos al día con la televisión, todo, desde The Morning Show (parece que no puedo decidir si ese programa es bueno o no), hasta la serie documental The Super Model en Apple TV (ver documentales de moda con ella es divertido porque se apasiona y es contagioso). Terminamos con una combinación de deportes y reality shows sin sentido.
Se sintió tan bien salir de mi cabeza por un tiempo y darle a mi sistema nervioso un descanso necesario. Mi Oura Ring (un anillo de titanio que recoge los datos biométricos) estuvo de acuerdo, alentando felizmente mi “estado restaurativo”.
Personas seguras que me apoyan
Cuando me siento agotado y vulnerable, trato de proteger mi espacio tanto como sea posible. Me tomo un descanso de desplazarme por mi teléfono y las redes sociales; no necesito la energía del juego de comparaciones ni toparme con historias de miedo y noticias que me producen ansiedad.
En su lugar, Kori y yo pasamos tiempo de calidad juntos. También me encontré con algunos amigos muy queridos y conversé largamente con la familia cercana. Escuchar sobre las vidas de otras personas me reequilibró y fue un gran recordatorio de lo bendecido que soy por tener personas tan maravillosas en mi mundo.
No pasó mucho tiempo antes de que empecé a sentirme más como yo mismo otra vez. Y en lugar de experimentar la necesidad de actuar perfectamente todo el tiempo, me tranquiliza saber que existen herramientas y estrategias en las que podemos apoyarnos para volver a encarrilarnos.
Luchar contra el cáncer y reconstruir la vida después de una enfermedad catastrófica son maratones en sí mismas. Puedes sentir la presión de producir resultados positivos porque hay mucho en juego. Y sin ver un progreso continuo, es especialmente fácil que las dudas, el miedo y la incertidumbre se apoderen de nosotros.
Contar con los sistemas y el apoyo adecuados puede marcar la diferencia. ¡Ánimo!
Fuente: un artículo de Steve Rubin publicado en el portal www.curetoday.com
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