La temporada de vacaciones por fin de año puede ser estresante. Eso a menudo es aún más cierto para los pacientes con enfermedades catastróficas y sus seres queridos, quienes calladamente pueden estar luchando por mantener el espíritu festivo entre el tratamiento o su dolencia amenazante y los efectos secundarios.

Por lo tanto, si usted tiene un amigo o familiar que padece cáncer o alguna condición de extremo cuidado como un tumor cerebral, es posible que se pregunte qué puede hacer para que este tiempo sea un poco más grato para ellos.

Les pedimos a pacientes, cuidadores y sobrevivientes de estas terribles dolencias que intervinieran y nos relataran sus experiencias. Esto es lo que ellos nos recomiendan.

Dé el regalo del tiempo y un oído atento. Un amigo que se enfrenta al cáncer necesita que estés allí, ya sea por teléfono, mensaje de texto, correo, en persona o incluso activo en las redes sociales. Déjelos hablar, llorar y enojarse si es necesario.

Abrácelos. A menudo… la sobredosis no trae consecuencias negativas.

Organice una fiesta de pijamas. Algunos días, los pacientes con cáncer pueden no tener ganas de vestirse o no estar cómodos con su ropa habitual. Pero hacer que todos usen pijamas puede permitir que el paciente se sienta más confortable e incluso conseguir que el día se torne más festivo. Si no puede realizar un pijama party en toda regla, envíeles de regalo alguna prenda de dormir cómoda, un par de pantuflas y/o una bata suave.

Hazte cargo de la decoración del hogar. Esto puede ser desalentador para cualquier persona, pero aún lo es más cuando estás fatigado por el tratamiento contra el cáncer o por cuidar a un paciente con alguna condición de salud grave. Haga que la tarea de decoración sea más divertida reuniendo a amigos y familiares para que le ayuden, y deje que el paciente se relaje y disfrute durante el proceso.

No tenga miedo de llamar a cada cosa por su nombre. Es posible que usted sienta que no debería mencionar al cáncer o citar el dramático diagnóstico al que condujeron los últimos exámenes, especialmente si está tratando de mantener en alto el ánimo de alguien durante las vacaciones. Pero lo más probable es que tu amigo o ser querido lo esté pensando. No tengas miedo de hablar sobre ello con frontalidad y de reiterarle cuánto le amas. Busca el momento oportuno y hazlo de corazón.

Lleve el ritmo de la vida lo más normal posible. El cáncer es preocupante, pero todavía resta mucha alegría en la vida. Juegue, cante, baile, ría, comparta lo que le sucede y no tenga miedo de celebrar junto a los suyos. No asuma que alguien con cáncer de plano se siente mal o no quiere participar. Bríndeles la oportunidad de unirse a la diversión. Juntos sumamos positivismo y podemos encarar cualquier prueba con entereza.

Limpie la casa. Lave la ropa, aspire las habitaciones, vacíe el lavavajillas, arregle el césped. Haga lo que sea necesario hacer, sin que se lo pidan. Guarde el orden y el orden lo guardará a usted.

Regale comida. Hornee dulces y prepare sopa. Tenga presente que es posible que algunos pacientes no pueden comer ciertos  alimentos debido a que su sistema inmunitario está comprometido o bien porque su organismo acusa sensibles problemas nutricionales relacionados con su tratamiento; pero con seguridad sus familiares y cuidadores recibirán deleitados la comida casera, en tanto esta será una cosa menos de qué preocuparse durante estos días de feriado.

Vacúnese. Ciertos tipos de quimioterapia y radioterapia, así como los trasplantes de células madre, pueden debilitar el sistema inmunitario, lo que aumenta el riesgo de que los pacientes con cáncer u otras patologías tengan infecciones potencialmente mortales. Por lo tanto, es crucial asegurarse de estar al día con sus vacunas, incluidas la vacuna Tdap (tétanos, difteria y tos ferina) y la gripe; esto sobre todo antes de pasar largo tiempo con alguien que padece de cualquier tipo de cáncer o sus seres queridos.

Quédese en casa si está enfermo. Los gérmenes, las infecciones y los virus son regalos especialmente no deseados para los pacientes con enfermedades catastróficas, lo que los pone en alto riesgo de complicaciones.

Haga mandados. Esto a no dudar ayudará a tachar algunas cosas de la lista de cosas por hacer de su amigo o ser querido, reducirá el estrés y limitará su exposición a los gérmenes.

Cree recuerdos. Ya sea estableciendo nuevas tradiciones o manteniendo tantas de las antiguas como le sea posible, la temporada navideña y de fin de año es un momento clave para crear recuerdos. Así que esfuércese porque su tiempo juntos cuente. Esto no exige hacer nada complicado. Solo requiere darle amor y atención a su amigo o familiar, y hacerse realmente presente.

Recuerde llevar al terreno de sus afectos la entrañable proyección humana que encierra aquel sabio adagio latino de Séneca que afirma: “Quien da pronto, da dos veces”.  De seguro, no se arrepentirá.

Fuente: un artículo de Laura Nathan-Garner para www.mdanderson.org

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