Para las personas estresadas, puede parecer que la comida reconfortante ofrece la solución rápida ideal, y tal vez la única. Sin embargo, un nuevo estudio en ratones del Instituto Garvan de Investigación Médica en Sydney, Australia, sugiere que esas personas deberían pensarlo dos veces antes de probar una golosina.

El estudio encuentra que la combinación de estrés y comida reconfortante desactiva el mecanismo del cerebro que le permite saber cuándo ha comido lo suficiente.

Esto puede conducir a un exceso de indulgencia con la comida reconfortante de nuestra elección, así como al aumento de peso y la obesidad, fuentes potenciales de aún más estrés.

El área del cerebro afectada es la habénula lateral, un órgano que existe tanto en ratones como en humanos. En condiciones normales, la región produce una sensación leve y desagradable en presencia breve de una dieta rica en grasas, lo que desactiva la respuesta de recompensa del cerebro y hace que seguir comiendo sea menos placentero. Muchos alimentos reconfortantes tienen un alto contenido de grasas.

Trabajando con ratones con estrés crónico, los investigadores descubrieron que la habénula lateral permanecía inusualmente silenciosa mientras se comían alimentos ricos en grasas. Los ratones siguieron comiendo, aparentemente por placer, sin saciarse.

Tras un análisis más detallado, los científicos descubrieron que después de darles a los ratones estresados ​​una porción de alimento endulzado sin calorías, consumieron el doble de comida endulzada (o líquido) que los ratones no estresados. Esto demuestra que la preferencia por los dulces, incluso si no tenían calorías, persistió en los ratones estresados.

Confirmando su hallazgo, cuando los investigadores reactivaron la habénula lateral utilizando luz optogenética que puede controlar la actividad neuronal, los ratones dejaron de comer en exceso.

El estudio se publicó en Neuron.

La comida reconfortante como estrategia para el manejo del estrés

Si comer alimentos reconfortantes como respuesta al estrés puede provocar aumento de peso, ¿puede ser una estrategia personal sensata?

Desde una perspectiva evolutiva, según el autor principal del estudio, el doctor Chi Kin Ip del Instituto Garvan de Investigación Médica, sí, puede serlo.

“El comportamiento alimentario es probablemente el comportamiento más crítico que se conserva en todas las especies para apoyar la supervivencia”, dijo.

El doctor Ip dijo que los animales que viven en la naturaleza carecen del privilegio de consumir en exceso fuentes de alimentos ricos en grasas y que sus sistemas de estrés les permiten sobrevivir ajustando su uso y suministro de energía dependiendo de las demandas actuales.

Los alimentos ricos en grasas proporcionan una forma de ganar energía rápidamente y, como dijo el doctor Ip, “tener más energía en el cuerpo es ciertamente mejor en la naturaleza”.

En los humanos modernos, el estrés es menos relevante para nuestra supervivencia literal.

Al abordar las preocupaciones sobre el aumento de peso por comer por estrés, la doctora Rennis dijo: “De vez en cuando, disfrutar de alimentos reconfortantes no representa un problema”.

Por otro lado, la doctora Tomiyama explicó: “Sabemos que el aumento de peso es extremadamente estigmatizado, y por esa razón he pasado una década de investigación demostrando que el estigma del peso es estresante y estimula una respuesta biológica al estrés”.

Rennis enfatizó que comer en exceso alimentos reconfortantes en respuesta al estrés es “similar a beber alcohol ocasionalmente para relajarse. Está bien de vez en cuando, pero puede generar problemas si se hace en exceso”.

Tomiyama anotó que los alimentos reconfortantes no necesariamente tienen que tener un alto contenido de azúcar, grasa o calorías para ser reconfortantes.

“Nosotros contamos con un estudio en el que capacitamos a las personas para que se sintieran mejor después de comer fruta”, dijo.

¿Qué son los alimentos reconfortantes?

No está del todo claro en cuanto a si existe una definición universal de comida reconfortante, dijo la doctora A. Janet Tomiyama, quien no participó en el estudio.

“La gente supone automáticamente que los alimentos reconfortantes son alimentos ricos en grasas, azúcares y calorías”, comentó, “pero nadie lo ha probado sistemáticamente”.

Sin embargo, la sensación general, dijo la doctora Lesley Rennis, quien tampoco participó en el estudio, es que “la comida reconfortante es comida que sabe bien y nos hace sentir bien. Por lo general, es rica en calorías, rica en azúcar y grasas y, a menudo, tiene un valor nostálgico y sentimental”.

“A veces llamados alimentos hiperpalatables (sabrosos e irresistibles porque se reducen a la fusión artificial de tres ingredientes específicos que inducen el sabor: grasa, azúcar y sal, normalmente junto con hidratos de carbono simples) son altamente gratificantes y estimulan la liberación de hormonas que nos hacen sentir bien, como la serotonina“, apuntó Rennis

Muchas investigaciones han analizado el enorme atractivo psicológico de los alimentos reconfortantes. La doctora Rennis sostiene que el estudio contribuye a la discusión.

“Asimismo, aporta una capa de conocimiento sobre la fisiología del estrés y su impacto en la ingesta de alimentos. Como todos los estados de enfermedad, existen factores tanto fisiológicos como psicológicos que contribuyen a la alimentación por causa del estrés”, dijo.

Investigación en ratones y aplicabilidad humana

Cuando se les preguntó sobre la probabilidad de que un estudio con ratones produjera resultados que también se aplicarían a los humanos, tanto el doctor Ip como la doctora Tomiyama afirmaron que sí.

“Los humanos son animales como los ratones. Los estudios realizados en animales proporcionan un control experimental realmente estricto que facilita la recopilación de información valiosa que simplemente no podemos obtener en humanos”, indicó la doctora Tomiyama.

Ip explicó algunas de las similitudes entre humanos y animales, a saber: “La estructura anatómica, así como la función de la habénula, están altamente conservadas en todas las especies, incluida la humana. La habénula lateral es una región que desempeña un papel fundamental en la regulación de la respuesta emocional. Cuando se activa, desencadena una conducta aversiva, que es uno de los mecanismos que desencadena el malestar emocional. Sin embargo, cuando se les silencia se induce a lo contrario, que es una respuesta de recompensa”.

Señaló además que una molécula identificada en el estudio como importante para el comportamiento de la habénula lateral también está presente en los humanos.

Fuente: un artículo de Robby Berman publicado en el portal www.medicalnewstoday.com

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