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Cuide su salud cerebral: tips para manejar el estrés laboral (II parte)

La ansiedad y el estrés se han convertido hoy en día, en los problemas psicológicos más acuciantes, no solo dentro del ámbito clínico sino también dentro del mundo empresarial, en especial, en el área de la consultoría dada la relación tan directa que guarda el rendimiento laboral y la productividad con los procesos de estrés.

La excesiva competitividad en todas las esferas de nuestras vidas, el enorme desarrollo demográfico en las ciudades y su consiguiente sobrepoblación y repercusión sobre la infraestructura de estas son algunas características de la sociedad en la que vivimos, las mismas que dan lugar a severos trastornos como la depresión, el estrés y los trastornos de ansiedad.

“Cualquiera puede ponerse furioso… eso es fácil. Pero estar furioso con la persona correcta, en la intensidad correcta, en el momento correcto, por el motivo correcto, y de la forma correcta… eso no es fácil”, afirma Aristóteles en su emblemática obra Ética a Nicómaco.

Estas palabras de un pensador tan contundente dirijidas a su discípulo, resumen perfectamente la esencia de este artículo, con la única intención de que adquiramos conciencia de que determinadas emociones negativas o “tóxicas” como la ansiedad, la ira o la desesperanza, repercuten notablemente en nuestra salud, trabajo y en definitiva en el buen hacer y bien discurrir de nuestras vidas, siendo, el conocimiento de uno mismo, el autocontrol y la racionalidad, las claves para mantener el equilibrio en el trabajo y en la vida.

La tensión muscular, la fatiga crónica y el síndrome de estar quemado son algunas de las consecuencias del estrés en el trabajo y todas ellas constituyen una “pandemia organizacional” que no respeta ni fronteras ni marcas y cada vez se extiende más, potenciado por nuevas tecnologías y la incapacidad real y no virtual, de desengancharnos del trabajo.

 

Cómo hacer frente al estrés laboral: guía de apoyo

Como extensión a nuestro análisis sobre el manejo del estrés, desarrollado en una entrega previa –que realizó un repaso a las señales de advertencia del estrés excesivo en el trabajo y sobre algunos de los cuidados a seguir para reducirlo–, les anotamos a continuación otras variables a tener presente de cara una saludable actividad profesional.

 

Consejo 3: Reduzca el estrés laboral al priorizar y organizarse

Cuando el estrés laboral amenace con abrumarte, existen pasos simples que puedes seguir para recuperar el control sobre ti y la situación. La capacidad de mantener un sentido de autocontrol en situaciones estresantes suele ser bien recibida por compañeros de trabajo, gerentes y subordinados por igual, todo lo cual conduce a mantener mejores relaciones en el trabajo. He aquí algunas sugerencias:

  • Crea un horario equilibrado. Analiza rigurosamente tu agenda, responsabilidades y tareas diarias. Si todo es trabajo y en ella no se concede tiempo alguno para el descanso o la diversión, esta se tornará en forma irremediable en una receta para la fatiga profunda. Trata de encontrar un equilibrio entre el trabajo y la vida familiar, las actividades sociales y las actividades solitarias, las responsabilidades diarias y el tiempo de inactividad.
  • No te comprometas demasiado. Evita programar cosas seguidas o procurando encajar demasiadas tareas en un día. Con demasiada frecuencia, subestimamos cuánto tiempo demorarán las cosas en realizarse a cabalidad. Si tienes demasiados pendientes, distingue con claridad entre los “debe hacerse” y los “imperativo por hacer”. Elimina las tareas que no son necesarias, colócalas al final de la lista o simplemente elimínalas por completo.
  • Intenta ir temprano por la mañana a la oficina. Es una verdad incuestionable que incluso 10 o 15 minutos pueden marcar la diferencia entre correr frenéticamente hacia su escritorio y tener tiempo para relajarse a lo largo del día. No agregue mayor tensión a sus niveles de estrés al llegar tarde a su jornada laboral.
  • Planee descansos regulares durante el día.Asegúrese de tomar descansos cortos durante el día que le permitan dar un paseo o sentarse y despejar su mente. Trate también de alejarse de su escritorio o estación de trabajo para el almuerzo. Alejarse del trabajo para relajarse y recargarse brevemente lo ayudarán a ser más, no menos, productivo.

Recomendaciones para la administración de tareas que reduzcan el estrés laboral

  • Priorice tareas. Haga una lista de las tareas que tiene que hacer y enfréntelas por orden de importancia. Primero realice aquello de alta prioridad. Si tiene algo particularmente desagradable que hacer, termine con ello anticipadamente. Como resultado, el resto del día será más agradable.
  • Segmente los proyectos en pequeños pasos. Si un proyecto grande parece abrumador, haga un plan paso a paso. Concéntrese en un paso manejable a la vez, en lugar de asumirlo todo de golpe.
  • Delegue responsabilidades. No tienes que hacerlo todo tú mismo. Si otras personas pueden encargarse de la tarea, ¿por qué no dejarlas involucrarse? Deje ir el deseo obsesivo de controlar o supervisar cada pequeña etapa del proceso. Elimime de esta forma el estrés innecesario.
  • Manténgase dispuesto a comprometerse. Cuando le pida a alguien que contribuya de manera diferente a una tarea, revise una fecha límite o cambie su comportamiento en el trabajo, procure estar dispuesto también a hacer lo mismo. A veces, si ambos pueden ser un poco flexibles, podrán encontrar un término medio feliz que reduzca los niveles de estrés de cara a todos los involucrados.

 

Consejo 4: Romper los malos hábitos contribuye a reducir el estrés laboral

En la medida que usted aprenda a manejar su estrés laboral y mejorar sus relaciones laborales, tendrá más control sobre su capacidad para pensar con claridad y actuar de manera apropiada. Podrá romper los hábitos que se suman a su estrés en el trabajo, e incluso podrá cambiar las formas negativas de pensar sobre las cosas que solo aumentan su estrés.

Elimine comportamientos contraproducentes

Muchos de nosotros empeoramos el estrés laboral con pensamientos y conductas negativas. Si puede cambiar estos hábitos contraproducentes, le resultará más fácil manejar el estrés impuesto por el empleador.

  • Resístase al perfeccionismo. Ningún proyecto, situación o decisión es perfecto, por lo que intentar alcanzar la perfección en todo simplemente agregará un estrés innecesario a su día. Cuando establece metas poco realistas para usted o intenta hacer demasiado, se está preparando para quedarse corto. Intente hacer lo mejor posible, nadie puede pedir más que eso.
  • Limpie su comportamiento. Si siempre llega tarde, configure sus relojes rápidamente y tómese un tiempo extra. Si su escritorio es un desastre, archive y deseche el desorden; solo saber dónde está todo ahorra tiempo y reduce el estrés. Haga listas de cosas por hacer y tache los artículos a medida que los realiza. Planifique su día y cumpla con el cronograma; se sentirá menos abrumado.
  • Dele la vuelta a los pensamiento negativos. Si ve la desventaja de cada situación e interacción, se encontrará agotado de energía y motivación. Trate de pensar positivamente sobre su trabajo, evite a los compañeros de pensamiento negativo, y dese palmaditas en la espalda sobre los pequeños logros, incluso si nadie más lo hace.
  • No intente controlar lo incontrolable. Muchas cosas en el trabajo están fuera de nuestro control, particularmente el comportamiento de otras personas. En lugar de estresarse por ellos, concéntrese en las cosas que sí puede controlar, como la forma en que elige reaccionar ante los problemas.

Cuatro formas de disipar el estrés

  • Tómese tiempo. Cuando el estrés aumenta en el trabajo, trate de tomarse un descanso rápido y alejarse de la situación estresante. Tome un paseo fuera del lugar de trabajo si es posible, o pase unos minutos meditando en la sala de descanso. El movimiento físico o la búsqueda de un lugar tranquilo para recuperar el equilibrio pueden reducir rápidamente el estrés.
  • Hable con alguien. En algunas situaciones, simplemente compartir sus pensamientos y sentimientos con alguien de confianza puede ayudar a reducir el estrés. Hablar sobre un problema con alguien que sea solidario y comprensivo puede ser una excelente manera de desahogarse y aliviar el estrés.
  • Conéctese con otros en el trabajo. Desarrollar amistades con algunos de sus compañeros de trabajo puede ayudarlo a protegerse de los efectos negativos del estrés. Recuerde escucharlos y ofrecer apoyo cuando también lo necesiten.
  • Alíese al buen humor. Cuando se usa apropiadamente, el humor es una excelente manera de aliviar el estrés en el lugar de trabajo. Cuando tú o los que te rodean comienzan a tomar las cosas demasiado en serio, encuentren la manera de aligerar el estado de ánimo compartiendo un chiste o una historia divertida.

 

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