Una mujer que creía que padecía una infección de oído en realidad descubrió que sus problemas de audición eran un signo de un tumor cerebral.
Después de visitar a varios médicos de cabecera, Jane Lightfoot (47 años), natural de Tongham, Surrey, tomó varios tratamientos con antibióticos, pero ninguno ayudó a aliviar sus síntomas.
Después de haber pedido visitar a un especialista y ser remitida para pruebas, los resultados revelaron que vivía con un schwannoma vestibular (neuroma acústico), un tumor no canceroso en el nervio del equilibrio y el nervio auditivo.
Después de una sesión intensiva única de radioterapia, Lightfoot ahora participa en una caminata benéfica para generar conciencia y recaudar fondos para Brain Tumor Research, la organización benéfica que, según ella, ha “sido un gran apoyo” durante todo su proceso.
Aunque la madre del pequeño Charlie (a quien vemos en la foto) todavía sufre de dolores de cabeza, mareos, fatiga, cambios de humor y dolores punzantes en la cabeza y detrás de la oreja derecha, dice que se considera “afortunada”.
“Durante muchos meses sufrí lo que se pensaba que era una infección de oído grave”, explica.
“No mejoraba, a pesar de que había tomado muchos antibióticos y mi depresión había llegado al fondo; así que volví al médico y le pedí visitar a alguien que se especializara en problemas de oído”, comenta.
“El médico que vi fue encantador, y me preguntó si alguna vez me habían hecho un control de equilibrio y una resonancia magnética, pruebas con las que hasta entonces yo no contaba”.
“En un par de semanas se programaron y realizaron ambos exámenes, y se hizo una derivación para ver a un otorrinolaringólogo”.
La cita de Lightfoot tuvo lugar un par de meses después y recuerda que le explicaron qué estaba causando sus problemas: “No recuerdo toda la conversación y creo que me tomó un tiempo asimilarlo, pero me dijeron que mi audición no era la mejor porque tenía un tumor cerebral“.
Tras su diagnóstico, en abril de 2015, Lightfoot se sometió a exploraciones y pruebas periódicamente para controlar el crecimiento del tumor.
En 2019, se reveló que su tumor había crecido, lo que los médicos describieron como “una gran cantidad” y, en abril de 2021, tuvo una única sesión intensiva de radioterapia.
“Mientras estaba sentada sola en la sala de espera esperando a que me llamaran, de repente tuve un colapso cuando me di cuenta de lo que estaba a punto de suceder”, relata Jane al recordar aquel momento tan emotivo.
“Una vez en la sala de tratamiento, dos miembros del personal médico a cargo me calmaron y me explicaron todos los detalles que implicaba el proceso”.
“Me acosté en la cama mientras realizaban todas las comprobaciones y mi molde de cabeza estaba atornillado a la mesa. Era incómodo, no poder moverme ni hablar, con la sola opción de mover un pulgar hacia arriba o hacia abajo para expresar cómo me sentía”.
“Las máquinas se pusieron en acción y las lágrimas rodaron por mis mejillas con miles de imágenes y pensamientos pasando rápidamente ante mis ojos”.
Han pasado ya dieciocho meses desde su tratamiento de radioterapia y, aunque dice que no todo ha sido fácil, Lightfoot se siente agradecida.
“Sé que he tenido mucha suerte porque no he experimentado la mitad de los efectos secundarios que podría tener”, afirma.
Lightfoot participó en el Chichester Walk of Hope de la organización benéfica Brain Tumor Research el pasado septiembre, para ayudar a recaudar fondos vitales para esta organización benéfica inglesa.
Charlie Allsebrook, director de desarrollo comunitario de Brain Tumor Research, afirma: “La historia de Jane es un crudo recordatorio de la naturaleza indiscriminada de los tumores cerebrales, que pueden afectar a cualquier persona en cualquier momento”.
Los tumores cerebrales matan a más niños y adultos menores de 40 años que cualquier otro cáncer, pero apenas el 1% del gasto nacional en investigación del cáncer se ha asignado a esta devastadora enfermedad desde que comenzaron los registros en 2002, para el caso de Reino Unido.
“Estamos decididos a cambiar esto, pero solo trabajando juntos podremos mejorar las opciones de tratamiento para los pacientes y, en última instancia, encontrar una cura”, puntualizó Allsebrook.
Fuente: un artículo de Marie Claire Dorking publicado en uk.style.yahoo.com
La radiocirugía estereotáctica con Gamma Knife® es un efectivo protocolo de alta tecnología diseñado para tratar anormalidades funcionales y pequeños tumores cerebrales, que permite aplicar altas dosis de radiación, con enfoque y precisión submilimétrica, sin lesionar el tejido sano circundante.
El procedimiento hace factible tratar varios tumores en una sola sesión ambulatoria o atender la reaparición de estos en subsiguientes sesiones de radiocirugía. La estadística no registra efectos secundarios en quienes han accedido a esta innovadora técnica no quirúrgica de origen sueco, que suma más de un millón de casos exitosos a nivel mundial.
En tanto es un tratamiento no invasivo, no existen riesgos de infecciones u otras posibles complicaciones típicamente derivadas de las cirugías convencionales.
Entre las patologías cerebrales atendidas con frecuencia en Gamma Knife Center Ecuador anotamos: tumores cerebrales, cavernomas, cordomas, craneofaringioma, gliomas, ependimoma, meningiomas, hamartoma hipotalámico, neuralgia del trigémino, malformación arteriovenosa cerebral, tumores nasofaríngeos, metástasis cerebrales únicas y múltiples, tumores de hipófisis funcionales y no funcionales, neurinoma del acústico, melanoma ocular, neurofibromatosis y tumores de la región pineal.
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