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Los cuatro sorprendentes beneficios de donar sangre

La mayoría de las personas donan sangre porque desean ayudar a otros, y de hecho, con donar sangre una vez ayuda a salvar la vida de hasta tres personas. Aun así, en realidad menos de 10% de la población en capacidad de donar sangre lo hace cada año.

¿Por qué no hay más personas que donen sangre regularmente? De acuerdo con la Cruz Roja, las razones que más comúnmente dan las personas que no donan sangre son: “nunca lo habían pensado” o “no me gustan las agujas”.

Ahora puede ser el momento para empezar a pensar en ello, o para reunir el valor suficiente para superar el miedo a las agujas, ya que donar sangre no solo ayuda a otros, también lo ayuda a usted. Revisemos algunas ventajas.

  1. Equilibra los niveles de hierro en nuestro cuerpo

El hierro se utiliza por el organismo principalmente como parte de la hemoglobina, que es la proteína transportadora de oxígeno a los tejidos. Por ello, el 70% del hierro del organismo se concentra en esta proteína; el 30% restante se encuentra depositado en forma de ferritina y de hemosiderina para su posible utilización.

El hierro es captado por la transferrina a partir de su ingesta en la dieta. Tanto la falta como el exceso de este son perjudiciales para el organismo.

Por cada unidad de sangre donada, perdemos aproximadamente un cuarto de gramo de hierro. Aunque pueda pensarse que esto es malo, en tanto que la falta de hierro puede conducirnos a la fatiga, la disminución del sistema inmune o a una anemia, los niveles altos de hierro en la sangre pueden ser aun peores, y desgraciadamente son más comunes.

Sin embargo, este beneficio cobra mayor importancia en las mujeres premenopaúsicas, ya que la disminución de los niveles de hierro reduce la probabilidad de sufrir un ataque al corazón. La cifra es sorprendente: alrededor del 88% de mujeres premenopaúsicas que son donantes, tienen un riesgo menor de sufrir un ataque cardíaco.

 

  1. Mejora el flujo sanguíneo

Estamos rodeados de agentes que tienen un potencial nocivo para nuestra sangre, como el tabaco, las radiofrecuencias, el estrés o el azúcar de nuestra dieta. Todos ellos hacen que nuestra sangre se hipercoagule, es decir, que se vuelva más densa y fluya con más dificultad.

La hipercoagulación pasa factura a nuestros vasos sanguíneos, contribuyendo a su ruptura. Por ello, donar con regularidad (dentro de los límites permitidos) nos ayuda a que nuestra sangre fluya con mayor facilidad, preservando el estado de los mismos.

Lo que está claro es que los donantes de sangre no suelen estar hospitalizados con tanta frecuencia, y si lo hacen, es durante menos tiempo. Adicionalmente, son menos propensos a sufrir de ataques cardíacos o cáncer.

  1. Nos informa de nuestra salud

 

Aunque no nos lo parezca, donar sangre nos sirve como una pequeña revisión. Se controla nuestra temperatura y presión sanguínea, el pulso o los niveles de hemoglobina. Además, se comprobará si padecemos enfermedades infecciosas como el VIH, la hepatitis B y C, o la sífilis.

Pero ojo, donar sangre no reemplaza al análisis convencional; solo nos sirve como un indicador de que no padecemos alguna de estas enfermedades infecciosas.

  1. Alarga nuestra vida

Aunque tenga razones de carácter más social que científico, donar sangre aumenta nuestra esperanza de vida. Las personas que se ofrecen como voluntarias y por razones altruistas para ayudar a los demás, suelen vivir más que aquellas que se ofrecen como voluntarias pensando en lo que obtienen.

Los que donan sangre por estas razones viven una media de cuatro años más. Sin embargo, esto depende del contexto y de la personalidad de cada individuo. Donar cada año no es algo fácil, requiere que estemos mentalmente preparados para ayudar a los demás.

Fuente: mercola

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