Los craneofaringiomas son tumores infrecuentes de característica quística, sólida o mixta. Se trata de un tipo de tumor no canceroso (benigno) que se desarrolla en la base del cerebro cerca de la glándula pituitaria. Suelen involucrar el tallo hipofisario en la región supraselar, adyacente al quiasma óptico e invadir el tercer ventrículo. También pueden ubicarse exclusivamente dentro de la silla turca.
Estos tumores afectan la calidad de vida de los pacientes y son, en muchos casos, de difícil tratamiento.
Se estima que constituyen aproximadamente entre el 1% y el 3% de todos los tumores cerebrales en la población general, y entre el 5% al 10% de los tumores cerebrales en los niños. Muestran un pico en cuanto a su porcentaje de incidencia en los niños cuya edad oscila entre los 5 y 14 años, y un segundo pico en adultos de entre 50 y 75 años de edad. Registran una frecuencia idéntica tanto en hombres como en mujeres.
La causa exacta u origen de este tipo de tumor es desconocida.
Los craneofaringiomas son de lento crecimiento y sus síntomas a menudo están presentes durante un año o más, previo a establecer el diagnóstico. Una amplia gama de estos pueden estar presentes, dependiendo de la ubicación precisa del tumor y su relación con las estructuras normales adyacentes.
El craneofaringioma ocasiona síntomas al:
De otra parte el incremento de la presión en el cerebro puede producir:
El daño a la glándula pituitaria trae consigo desequilibrios hormonales que pueden llevar a que se presente un aumento en la sed y una micción excesiva, y con ello un crecimiento corporal lento.
Cuando el nervio óptico se daña por el tumor, se desarrollan problemas en la visión. Estos defectos suelen ser permanentes, incluso pueden empeorar después de la cirugía realizada para remover el tumor.
Adicionalmente, pueden presentarse problemas de aprendizaje y de comportamiento, así como trastornos del sueño y del ritmo circadiano.
De cara a establecer un diagnóstico efectivo, su médico realizará una revisión física y solicitará una batería de exámenes entre los cuales puede incluir:
La meta es aliviar los síntomas. Usualmente, la cirugía ha sido el tratamiento principal para el craneofaringioma. Sin embargo, acudir a la radiocirugía en lugar de la cirugía covencional o en conjunto con una microcirugía, puede resultar la mejor opción para algunas personas.
En el caso de aquellos tumores que no se pueden extirpar totalmente sino con cirugía, se utiliza terapia de radiación, y la radiocirugía estereotáctica Gamma Knife.
En general, las expectativas son buenas. Las estadísticas arrojan una probabilidad del 80% al 90% de cura si el tumor se se logra extirpar totalmente con cirugía o bien si este puede tratarse con dosis altas de radiación. Si el tumor regresa, suele hacerlo dentro de los dos primeros años después de la cirugía.
El pronóstico depende de varios factores, que incluyen:
Existe la posibilidad de que puedan presentarse –a largo plazo– problemas hormonales, de visión o del sistema nervioso, luego de haber tratado el craneofaringioma.
Consulte a su médico ante el aparecimiento de los siguientes síntomas:
Gamma Knife Center Ecuador, desde hace casi una década, brinda un servicio especializado en el eficaz tratamiento de tumores cerebrales, mediante la aplicación de la radiocirugía Gamma, caracterizada por ser una técnica no invasiva e indolora, cuyos resultados y recuperación son óptimos, y que no exige la hospitalización del paciente.
Fuente: Biblioteca Nacional de Medicina de los EE.UU. (NIH)