Los investigadores señalan que las personas con un trastorno bipolar que es resistente al litio tienen una gran cantidad de genes asociados con la esquizofrenia, un hallazgo que acerca a las raíces de ambas enfermedades mentales.
Desde los años 50, el litio se ha usado de forma habitual para tratar el trastorno bipolar. El fármaco estabiliza los cambios en el estado de ánimo (los altibajos asociados con el trastorno) y reduce el riesgo de suicidio. Pero casi una cuarta parte de los pacientes no responden al medicamento, y más o menos un 30 por ciento tienen solo una respuesta parcial.
Para obtener más información sobre el motivo de que algunos no respondan al tratamiento, los investigadores estudiaron la genética de más de 2,500 pacientes bipolares a quienes se administró litio.
“Encontramos que todos los pacientes diagnosticados clínicamente con trastorno bipolar que mostraron una mala respuesta al tratamiento con litio compartían algo en común: una gran cantidad de genes que antes ya se habían identificado en la esquizofrenia”, comentó el autor del estudio, Bernhard Baune, director de psiquiatría en la Universidad de Adelaida, en Australia.
“Esto no significa que el paciente también tuviera esquizofrenia, pero si un paciente bipolar tiene una ‘carga genética’ alta de genes de riesgo de la esquizofrenia, nuestra investigación muestra que es menos probable que responda a los estabilizadores del estado de ánimo, como el litio”, dijo en un comunicado de prensa de la universidad.
“Además, identificamos nuevos genes dentro del sistema inmunitario que podrían tener un rol biológico importante en las vías subyacentes del litio y sus efectos en la respuesta al tratamiento”, apuntó Baune.
El estudio aparece en la edición del 8 de noviembre de la revista JAMA Psychiatry.
“En conjunto con otros biomarcadores y variables clínicas, nuestros hallazgos ayudarán a avanzar la capacidad, que se necesita mucho, de predecir la respuesta al tratamiento antes de la intervención”, aseguró Baune.
“Esta investigación también ofrece nuevas pistas sobre cómo los pacientes con trastorno bipolar y otros trastornos psiquiátricos deben ser tratados en el futuro”, añadió.
Fuente: Artículo por HealthDay. University of Adelaide, 2017.