El cerebro humano es un órgano ridículamente complejo que no revela sus secretos fácilmente. Gracias a los avances en la tecnología de imágenes, continúan surgiendo formas y funciones ocultas de la anatomía neurológica, desde nuevos tipos de células nerviosas hasta protuberancias de tejido completamente nuevas.

Ahora, investigadores de la Universidad de Copenhague y de la Universidad de Rochester han identificado una capa de tejido que ayuda a proteger nuestra materia gris y blanca, una que no se había identificado antes.

Con solo unas pocas células de espesor, esta membrana parece desempeñar un papel en la mediación del intercambio de pequeñas sustancias disueltas entre los compartimentos del cerebro. También parece ser la base de operaciones de las células inmunitarias específicas del cerebro, sin mencionar que ayuda en el sistema de eliminación de desechos (glinfático) del cerebro.

El biólogo molecular de la Universidad de Copenhague, Kjeld Møllgård, y sus colegas han llamado a su descubrimiento Membrana Linfática Subaracnoidea (SLYM). Si bien gran parte de su investigación sobre esta estructura, describe la función de esta nueva capa principalmente en ratones, cabe anotar que los científicos asociados en este proyecto utilizando microscopía de dos fotones y disecciones, también han confirmado la presencia de SLYM en un cerebro humano adulto.

El SLYM se encuentra entre otras dos membranas que protegen el cerebro. Divide nuestro espacio de fluido cerebral en dos, elevando el número total de membranas conocidas que recubren nuestro cerebro a cuatro. Parece actuar como una barrera para las moléculas en nuestro líquido cerebral que son más grandes en alrededor de 3 kilodaltons; comparable a una proteína extremadamente pequeña.

A diferencia del resto de cuerpo, el sistema nervioso central no tiene vasos linfáticos (inmunes) y se considera inmune privilegiado, un término que se refiere a los sitios de nuestro organismo donde las respuestas inmunes están altamente controladas, como los ojos y los testículos.

Entonces, el equipo sospecha que el líquido cefalorraquídeo (LCR) puede asumir parte del papel del sistema inmunitario en el cerebro. La presencia del SLYM podría explicar cómo funciona esto.

“El descubrimiento de una nueva estructura anatómica que segrega y ayuda a controlar el flujo de LCR dentro y alrededor del cerebro ahora nos proporciona una apreciación mucho mayor del papel sofisticado que desempeña el LCR no solo en el transporte y eliminación de desechos del cerebro, sino también para apoyar sus defensas inmunitarias”, señala el neurocientífico Maiken Nedergaard de la Universidad de Rochester.

Møllgård y su equipo encontraron varios tipos de células inmunitarias, incluidas células mieloides y macrófagos, acampando en el SLYM, vigilando el cerebro. En ratones, los tipos de células cambiaron en respuesta a la inflamación y el envejecimiento natural, lo que sugiere que este sitio puede desempeñar un papel importante en las patologías de la enfermedad.

SLYM comparte marcadores moleculares con la membrana mesotelial que recubre el resto de nuestros órganos, recubriendo sus vasos sanguíneos y almacenando células inmunitarias. Entonces, los investigadores proponen que el SLYM es el mesotelio del cerebro, que recubre los vasos sanguíneos en la cavidad entre el cerebro y el cráneo.

El mesotelio también juega un papel de lubricante entre los órganos que se deslizan unos contra otros.

“Las pulsaciones fisiológicas inducidas por el sistema cardiovascular, la respiración y los cambios de posición de la cabeza mueven constantemente el cerebro dentro de la cavidad craneal”, explican los investigadores en su artículo. “SLYM puede, como otras membranas mesoteliales, reducir la fricción entre el cerebro y el cráneo durante tales movimientos”.

Las lágrimas en el SLYM pueden explicar algunos de los síntomas a largo plazo de la lesión cerebral traumática, especulan Møllgård y su equipo. La interrupción de esta barrera permitiría que las células inmunitarias del cráneo accedan directamente al cerebro, células que no están calibradas para las condiciones cerebrales. Esto podría explicar la inflamación en curso.

El flujo de desechos fuera del cerebro también puede seguir siendo suprimido durante un largo período después de una lesión cerebral, y los patrones de flujo alterados del LCR debido a la ruptura de la membrana pueden explicar esto.

Como esta capa adicional de armadura cerebral se acaba de descubrir, todavía queda mucho por resolver. Los investigadores se preguntan si este tejido también puede estar involucrado en una inmunidad más general del sistema nervioso central y, por lo tanto, desempeñar un papel en enfermedades asociadas como la esclerosis múltiple.

“Llegamos a la conclusión de que SLYM cumple las características de un mesotelio al actuar como una barrera inmunitaria que evita el intercambio de pequeños solutos entre los compartimentos del espacio subaracnoideo externo e interno y al cubrir los vasos sanguíneos en el espacio subaracnoideo”, escriben Møllgård y sus colegas.

Esta investigación, firmada por científicos daneses y estadounidenses, fue recientemente publicada en Science.

Fuente: un artículo de Tessa Koumoundouros publicado en el portal www.sciencealert.com

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