La función cerebral y los patrones de pensamiento están íntimamente relacionados con los neurotransmisores, los mensajeros químicos que transportan señales entre las neuronas o células nerviosas y otras células dentro del cuerpo. Los neurotransmisores son esenciales para varias funciones físicas y psicológicas, incluido el estado de ánimo, la ansiedad, el miedo, la alegría y la felicidad. También están involucrados en la regulación del ritmo cardíaco, el sueño y el apetito.

Hay dos clasificaciones de neurotransmisores que se nombran en función de su efecto en el cerebro: excitadores e inhibidores. Los primeros tienden a despolarizar las neuronas. Hacen que la neurona dispare una señal eléctrica llamada “potencial de acción” hacia la célula. Algunos neurotransmisores excitadores comunes son la epinefrina, la norepinefrina, la dopamina, la acetilcolina y la serotonina.

Los neurotransmisores inhibidores tienen un efecto contrario sobre las neuronas, lo que significa que evitan que se dispare el potencial de acción. El neurotransmisor inhibidor más abundante es el GABA.

¿Cómo se producen los neurotransmisores en el cuerpo?

La mayor parte de la producción de neurotransmisores comienza con un aminoácido de la dieta u otra sustancia química que ya está presente en el cuerpo. Diferentes aminoácidos son precursores de diferentes neurotransmisores y los receptores a los que se unen. Se requieren enzimas y varios nutrientes para convertir estos aminoácidos en neurotransmisores. Las vitaminas B, la vitamina D, los minerales y otros compuestos juegan un papel fundamental en la salud del cerebro para fabricar todos los neurotransmisores.

Vale la pena mencionar que las variantes genéticas pueden detener la producción de estas enzimas necesarias para producir neurotransmisores.

Nos referiremos a siete neurotransmisores principales en este artículo; no obstante, cabe tener presente que existen más de 100 compuestos que pueden actuar como neurotransmisores.

Acetilcolina

Una de las funciones principales de la acetilcolina en el sistema nervioso central es promover la cognición, la memoria y la excitación. También está involucrado en la función del sistema nervioso periférico y se usa para activar los músculos.

Una deficiencia de acetilcolina se manifestaría con una disminución de la memoria visual y verbal, así como en frecuentes lapsus de memoria. Las personas que necesitan apoyo con acetilcolina pueden notar una disminución en la creatividad o la comprensión. La dificultad para calcular números o reconocer objetos y rostros también son indicativos de un problema de acetilcolina.

La ingesta dietética adecuada de grasas saludables es importante para la producción de acetilcolina. Los alimentos ricos en colina, como las yemas de huevo de aves criadas en el campo, las carnes y productos lácteos grasos de animales criados y alimentados en pastos, y las nueces, son útiles para la producción de acetilcolina.

Catecolaminas 

La epinefrina y la norepinefrina pertenecen a una clase de neurotransmisores llamados catecolaminas. Técnicamente, la dopamina también pertenece a la clase de las catecolaminas, aunque esta se analizará por separado debido a sus diferentes efectos fisiológicos. Además, tengamos en cuenta que la epinefrina y la norepinefrina también se denominan adrenalina y noradrenalina.

La epinefrina y la norepinefrina están involucradas en la respuesta de “lucha o huida” del cuerpo. Cuando se liberan en el torrente sanguíneo, aumentan la frecuencia cardíaca, dilatan las pupilas y desvían la sangre a los músculos. En el cerebro, estimulan los receptores para la velocidad mental, el enfoque y la concentración. Del mismo modo, una deficiencia de catecolaminas puede parecer una reducción en el estado de alerta mental, la velocidad, la concentración y la cognición.

El apoyo dietético para las catecolaminas podría incluir alimentos ricos en tirosina, como queso, huevos, pescado, nueces, algas y pavo. Los alimentos ricos en cafeína como el café, el té y el cacao también estimulan la epinefrina y la norepinefrina. Es por eso que la cafeína puede aumentar la función cerebral en general.

Dopamina

La dopamina tiene varias funciones en el cerebro, incluida la coordinación motora, el estado de ánimo, la atención, el aprendizaje, junto con la motivación y la recompensa. Se asocia en gran medida con el sistema de placer del cerebro.

Las personas con desequilibrios de dopamina pueden experimentar sentimientos de inutilidad o desesperanza, o pensamientos autodestructivos. A menudo tienen una incapacidad para manejar el estrés y pueden sentirse enojados cuando están bajo estrés. A veces desean el aislamiento o no se preocupan por sus seres queridos.

La ingesta y la asimilación de proteínas junto con el nivel adecuado de azúcar en la sangre son importantes para la producción de dopamina. Otros nutrientes clave para la producción de dopamina son el oxígeno, el hierro y el ácido fólico.

Serotonina

También conocido como el “neurotransmisor de la felicidad“, la serotonina se encuentra tanto en el sistema nervioso central como en el periférico y está relacionada con el estado de ánimo, el sueño, la regulación de la temperatura y el apetito. De hecho, aproximadamente del 80 al 90 por ciento de la producción de serotonina del cuerpo ocurre en el intestino.

Las personas con deficiencias de serotonina a menudo sienten una pérdida de placer en sus pasatiempos, intereses, relaciones y comidas favoritas. Pueden tener problemas para conciliar el sueño por la noche. Las personas con deficiencias de serotonina a veces tienen una fuerte dependencia de los demás. A menudo, pueden experimentar sentimientos de paranoia, ira no provocada o tristeza sin motivo. Las mujeres con problemas de serotonina suelen sufrir síndrome premenstrual.

La capacidad del cuerpo para crear serotonina es un proceso que exige la ingesta y absorción de proteínas junto con las vitaminas B₃, B₆, B₉, B₁₂, hierro y magnesio. Las deficiencias en estos nutrientes pueden promover desequilibrios de serotonina. Además, los desequilibrios de azúcar en la sangre, las deficiencias de triptófano y los problemas intestinales pueden afectar en gran medida los niveles de serotonina.

GABA

El ácido gamma-aminobutírico (GABA) es el principal neurotransmisor inhibidor del cerebro. Las personas con una producción deficiente de GABA suelen experimentar sentimientos de pavor, ansiedad o pánico sin motivo alguno. Se abruman fácilmente, se preocupan con facilidad y tienen una mente inquieta. A veces, se asocia con atención desorganizada, depresión e insomnio.

Los alimentos que ayudan con GABA incluyen el brócoli, el trigo sarraceno, la castaña, la col rizada, la avena, los guisantes, la papa, el arroz, el shiitake (seta china), la espinaca, la hierba de San Juan, la batata, el té, el tomate, la valeriana, el trigo y el apio silvestre. Además, los compuestos que pueden tener un efecto sedante en el cerebro y el cuerpo incluyen la raíz de valeriana, la ashwagandha, el bálsamo de limón, el té verde y la lavanda.

Intestino permeable, cerebro permeable y neurotransmisores

También es importante saber que, si tiene un intestino permeable, puede contribuir a una barrera hematoencefálica comprometida. La ocludina y la zonulina son dos proteínas que controlan tanto la barrera intestinal como la barrera hematoencefálica.

Cuando la ocludina y la zonulina están elevadas, es indicativo de un intestino permeable y un cerebro permeable. Esto significa que es probable que haya una inflamación significativa dentro del cerebro y que la función de los neurotransmisores se vuelva defectuosa. Si sospecha un problema con la señalización de los neurotransmisores, restaurar la función de barrera dentro del intestino y el cerebro son algunos de los primeros aspectos que deben abordarse.

Es importante tener en cuenta que la producción adecuada de neurotransmisores y la función cerebral dependen de muchos nutrientes importantes. Es importante no solo consumir estos valiosos nutrientes, sino también poder digerirlos y absorberlos. Si tiene problemas digestivos o sospecha de un intestino permeable, será difícil para el cuerpo utilizar la nutrición en su comida.

Próximos pasos

Si le preocupa alguno de estos problemas, un médico, como un naturópata o un médico integrativo, puede realizar un análisis de sangre funcional completo y obtener información importante sobre la integridad intestinal, el manejo del azúcar en la sangre y el estado de los nutrientes. También pueden ordenar otras pruebas de laboratorio funcionales para arrojar luz sobre los neurotransmisores y la función cerebral.

Fuente: un texto de Ashley Turner publicado en el portal www.theepochtimes.com

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