Hay mucha ansiedad sobre las compras de comestibles en las últimas semanas, y una manifestación muy visible de esto se evidencia en una gran cantidad de personas en los pasillos usando guantes. Guantes de goma, guantes para lavar platos, guantes de invierno regulares: “En realidad, a principios de esta semana fui testigo de cómo las personas incluso llevaban puestas bolsas de plástico en las manos”, dice la microbióloga Kelly Reynolds, Ph.D., directora de medio ambiente, ciencias de exposición y centro de evaluación de riesgos de la Universidad de Arizona
¿Usar guantes hace que las compras sean más seguras?
En primer lugar, la compra de comestibles, si usted observa las actuales recomendaciones de seguridad sobre el coronavirus, no es tan arriesgada como algunas publicaciones de internet lo han hecho ver. Segundo, y más importante, “esta medida podría estar causando mucho más daño que bien”, explica Reynolds. Analicemos objetivamente una serie de problemas.
Los guantes son como las manos cuando se trata de propagar virus; quizás incluso peor.
Este nuevo coronavirus no ingresa al cuerpo a través de las manos, por lo que no necesita ningún tipo de barrera allí. Si toca una superficie contaminada con guantes y toca otra cosa, es más probable que la extienda como si tocara las cosas con las manos desnudas. Quizás aún más probable: “Las propiedades adhesivas de los virus difieren entre los virus; es posible que el coronavirus se adhiera a los guantes de látex mejor de lo que podría adherirse a su propia piel”, comenta Reynolds. Asimismo, las manos se pueden lavar y usar de nuevo de manera efectiva de inmediato.
Los guantes pueden darte una falsa sensación de seguridad.
Así las cosas, es fácil bajar la guardia en cuanto a lavarse las manos cuando usted usas guantes, dice Reynolds. Además, usarlos de continuo entre una gestión y otra consigue simplemente propagar gérmenes y el nuevo peligroso coronavirus a todos esos lugares. (Mientras que las manos desnudas obtendrían durante el circuito de una salida un buen chorro de desinfectante cuantas veces fuese necesario, o bien una parada ante un lavabo para realizar un buen lavado con agua y jabón a la antigua).
Muy pocas personas se quitan los guantes correctamente.
Cuando no te quitas los guantes correctamente, atrapas todo lo que estaba impregnado en ellos sobre ti y por extensión sobre todo lo demás. “Quitarse bien los guantes no es algo trivial”, afirma Reynolds. “Hemos realizado estudios observando a los trabajadores de la salud y sobre cómo se quitan los guantes, y alrededor del 30% lo hacen mal, y esto pese a que han recibido capacitación”.
Cómo quitarse los guantes de goma correctamente: en pocas palabras, debe pellizcarse un guante cerca de la muñeca y pasarlo sobre su mano para que quede al revés. Luego sostenga esa parte en su mano enguantada y deslice cuidadosamente los dedos de su mano desnuda en la parte superior del otro guante, déjelo girar al revés y cubra el otro guante enrollado. Mejor aún, revise esta infografía diseñada paso a paso y facilitada por los especialistas de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). Deséchelos: “si usted no los está eliminando adecuadamente, está contaminando potencialmente más superficies y poniéndose en un riesgo mucho mayor”, previene Reynolds. No omita el lavado de manos después de quitárselos, incluso si se los quita correctamente.
Entonces, ¿por qué es un procedimiento estándar para los trabajadores de la salud usar guantes, pero no lo es así para la persona promedio?
Los trabajadores de la salud usan guantes por cortos períodos de tiempo mientras interactúan directamente con los pacientes. Si usted es uno de ellos, explica Reynolds, “cuando tiene guantes puestos es para brindar atención al paciente; no está caminando por la habitación con los guantes y tocándolo todo. Después de servir al paciente, el personal sanitario deposita los guantes usados en el cesto de basura previsto para ese fin, se lava las manos y sale de la habitación para atender al siguiente paciente sin arrastrar gérmenes consigo”. Es una actividad completamente diferente a aquella de ir a la tienda de comestibles. Cabe entonces aplicar para cada visita al supermercado el mismo protocolo: ir (sin guantes), obtener lo que necesita y lavarse las manos.
Fuente: un artículo de Marty Munson, actual directora de salud del portal Men’s Health. Anteriormente se desempeñó como editora adjunta de la revista Dr. Oz The Good Life y como directora de contenido digital en Shape.
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