Aparentemente, innumerables libros de autoayuda y seminarios sugieren que toques el lado derecho de tu cerebro para estimular su creatividad. Pero olvidemos el mito del “hemisferio derecho”: una nueva investigación sugiere que la comunicación entre los dos hemisferios cerebrales separa a las personas altamente creativas.

Para el estudio, los estadísticos David Dunson de la Universidad de Duke y Daniele Durante de la Universidad de Padova analizaron la red de conexiones de materia blanca entre 68 regiones separadas del cerebro, en voluntarios saludables en edad universitaria.

La materia blanca del cerebro se encuentra debajo de la materia gris externa. Está compuesto de haces de cables o axones que conectan miles de millones de neuronas y transportan señales eléctricas entre sí.

Un equipo dirigido por el neurocientífico Rex Jung de la Universidad de Nuevo México recolectó los datos mediante una técnica de resonancia magnética llamada “imágenes de tensor de difusión”, que permite a los investigadores observar a través del cráneo de una persona viva y rastrear los caminos de todos los axones siguiendo el movimiento de agua a lo largo de ellos.

Las computadoras luego revisan cada uno de los escaneos de un gigabyte y los convierten en mapas tridimensionales: diagramas de cableado del cerebro.

El equipo de Jung usó una combinación de pruebas para evaluar la creatividad. Algunas fueron medidas de un tipo de resolución de problemas llamado “pensamiento divergente” o la capacidad de proponer muchas respuestas a una pregunta.

Pidieron a las personas dibujar tantos diseños geométricos como pudieran en cinco minutos. Asimismo, que enumeraran tantos usos nuevos como les fuera posible asignarle a los objetos cotidianos, tales como un ladrillo o un clip. Los participantes también completaron un cuestionario sobre sus logros en diez áreas, incluidas las artes visuales, la música, la escritura creativa, la danza, la cocina y la ciencia.

Las respuestas se usaron para calcular una puntuación de creatividad compuesta para cada persona. Dunson y Durante entrenaron computadoras para examinar los datos e identificar las diferencias en la estructura del cerebro.

Sin embargo, no encontraron diferencias estadísticas en la conectividad dentro de los hemisferios o entre hombres y mujeres. No obstante, cuando compararon a las personas que obtuvieron puntajes en el 15% superior en las pruebas de creatividad con aquellas en el 15% inferior, aquellos individuos con mejor puntuación tuvieron significativamente más conexiones entre los hemisferios derecho e izquierdo.

Las diferencias se encontraban principalmente en el lóbulo frontal del cerebro

Dunson dijo que su enfoque también podría usarse para predecir la probabilidad de que una persona sea altamente creativa simplemente basándose en la estructura de su red cerebral. “Tal vez escaneando el cerebro de una persona podríamos decir en qué es probable que sean buenos”, añadió Dunson.

El estudio es parte de un campo de hace una década, Connectomics, que utiliza la ciencia de redes para comprender el cerebro. En lugar de centrarse en regiones cerebrales específicas de forma aislada, los investigadores de la conectividad utilizan técnicas avanzadas de imágenes cerebrales para identificar y mapear la red de enlaces rica y densa entre ellos.

Dunson y sus colegas ahora están desarrollando métodos estadísticos para averiguar si la conectividad cerebral varía con el I.Q., cuya relación con la creatividad es un tema de debate continuo.

En colaboración con el profesor de Neurología, Paul Thompson, de la Universidad del Sur de California, también están utilizando sus métodos para la detección temprana de la enfermedad de Alzheimer, para ayudar a distinguirlo del envejecimiento normal.

Al estudiar los patrones de interconexiones en cerebros sanos y enfermos, ellos y otros investigadores también esperan comprender mejor la demencia, la epilepsia, la esquizofrenia y otras afecciones neurológicas como la lesión cerebral traumática o el coma.

“El intercambio de datos en la neurociencia es cada vez más común en comparación con hace solo cinco años”, dijo Joshua Vogelstein de la Universidad Johns Hopkins, que fundó el Proyecto Open Connectome y procesó los datos en bruto para el estudio.

El simple hecho de dar sentido a los enormes conjuntos de datos producidos por los estudios de imágenes cerebrales es un desafío, dijo Dunson.

La mayoría de los métodos estadísticos para analizar datos de redes cerebrales se centran en la estimación de propiedades de cerebros individuales, como qué regiones sirven como centros altamente conectados.

Pero el cerebro de cada persona está conectado de forma diferente, y las técnicas para identificar similitudes y diferencias en la conectividad entre individuos y entre grupos se han quedado atrás.

Fuente: Duke University

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