La psoriasis es un trastorno inmunitario de por vida que causa erupciones y otros síntomas en la piel. La erupción puede causar picazón y dolor.
El tipo más común, la psoriasis en placas, comienza como pequeñas protuberancias rojas que crecen y forman una escama.
Rascarse la erupción puede desprender las escamas de la piel y causar sangrado. A medida que avanza la erupción, pueden aparecer parches rojos y plateados en la piel.
La psoriasis puede desarrollarse en la piel en cualquier parte del cuerpo. Con mayor frecuencia aparece en las rodillas, los codos o el cuero cabelludo.
¿Qué origina la psoriasis?
No se conoce por completo la causa de la psoriasis. Se cree que es un problema del sistema inmunitario en el que las células que combaten infecciones atacan por error a las células sanas de la piel. Los investigadores estiman que tanto la genética como los factores ambientales juegan un papel.
Es una afección sistémica, lo que implica que afecta al cuerpo desde adentro. No es contagiosa, lo que significa que una persona no puede transmitir la psoriasis a otra.
Con la psoriasis, las células inmunitarias liberan sustancias llamadas citocinas. Estas hacen que las células de la piel crezcan sin control y formen placas escamosas. También cambian los niveles de sustancias químicas en su cerebro que afectan su estado de ánimo. Una citoquina llamada TNF-alfa puede afectar las sustancias químicas del cerebro como la serotonina de una manera que podría provocar depresión.
Una reciente investigación británica examinó la estructura y la conectividad del cerebro en pacientes diagnosticados con esta enfermedad, para observar los efectos de la psoriasis en relación con la depresión.
Surge una hipótesis
Según Georgia Lada, MD, miembro activa del Centro de Dermatología del Salford Royal NHS Foundation Trust, así como del NIHR Manchester Biomedical Research Centre (BRC) de la Universidad de Manchester en Reino Unido, se ha planteado la hipótesis de una relación inmunomediada entre el cerebro y la piel en la psoriasis.
Este estudio de imágenes cerebrales de la doctora Lada y su equipo fue el primero en observar la posición de la depresión y la inflamación sistémica en las medidas cerebrales con la muestra más grande de pacientes con psoriasis hasta la fecha. La depresión coexiste con la psoriasis hasta en un 25% de los pacientes.
Se evaluaron los datos de 1.048 casos de imágenes por resonancia magnética (IRM) del cerebro del Biobanco del Reino Unido. Las poblaciones de estudio incluyeron 131 pacientes con psoriasis y depresión comórbidas, que se emparejaron por edad y sexo con 131 pacientes sin depresión con psoriasis. Luego, 393 pacientes con depresión sirvieron como grupo de control, junto con 393 controles de individuos no deprimidos.
“Los efectos de interacción de la psoriasis y la depresión en el volumen, el grosor y la superficie de las regiones de interés (ROI) definidas a priori, los tractos de materia blanca y las matrices de conectividad en estado de reposo de correlación parcial de 55×55 se investigaron utilizando modelos lineales generales”, escribieron los investigadores. “Se empleó la regresión lineal para probar las asociaciones de las medidas cerebrales con la proteína C reactiva (PCR) y los recuentos de neutrófilos”.
Con la presencia de depresión, se evidenció un aumento del grosor en el precúneo derecho en pacientes con psoriasis en comparación con los controles. Este engrosamiento demostró una correlación marginal con la tendencia suicida recurrente a lo largo de la vida en pacientes con depresión y psoriasis.
Los hallazgos no revelaron diferencias en los volúmenes cerebrales globales regionales o la integridad de la sustancia blanca en comparación con los controles sin psoriasis o artritis psoriásica (APs). Sin relación con la comorbilidad de la depresión, los pacientes con psoriasis y APs coexistentes mostraron un desacoplamiento fronto occipital en la conectividad en estado de reposo en comparación con los pacientes sin afectación articular y los controles.
Los investigadores informaron que los recuentos de CRP y neurófilos no predijeron el grosor del precúneo ni la conectividad fronto occipital.
“Nuestros hallazgos brindan evidencia de un efecto combinado de la psoriasis y la depresión en el precúneo, que no está directamente relacionado con la inflamación sistémica, y puede relacionarse con tendencias suicidas o procesamiento somatosensorial alterado“, concluyó el equipo.
“El uso del Biobanco del Reino Unido puede limitar la generalización de los resultados en poblaciones con enfermedades graves”. El estudio completo fue publicado en Brain, Behavior, & Immunity Health.
Signos, síntomas y desencadenantes de la psoriasis a tener presente
La psoriasis es común. Cualquiera puede tenerla, pero casi siempre comienza entre las edades de 15 y 35 años, o a medida que las personas envejecen. Entre sus signos y síntomas comunes se incluyen los siguientes:
Muchas personas con predisposición a la psoriasis pueden no tener síntomas durante años hasta que la enfermedad se activa por algún factor medioambiental. Los desencadenantes comunes de la psoriasis incluyen:
La psoriasis puede ser peor en individuos con un sistema inmunitario debilitado, incluyendo personas con VIH/SIDA.
Algunos pacientes con psoriasis también tienen artritis (artritis psoriásica). Además, las personas con esta afección tienen un mayor riesgo de padecer de hígado graso y trastornos cardiovasculares, tales como enfermedad cardíaca y accidente cerebrovascular.
Fuentes: información publicada en los portales de www.ajmc.com y www.mayoclinic.org
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