¿Necesita otra dosis de motivación para apuntalar la resolución de perder peso, dormir más profundamente, mejorar la nutrición, los niveles de ejercicio o reducir el consumo de alcohol? Entonces, le complacerá saber que cualquiera y todos estos esfuerzos también pueden contribuir a una mejor salud cerebral.

Un estudio internacional dirigido por investigadores del Centro McCance para la Salud Cerebral del Hospital General de Massachusetts ideó y validó una tarjeta denominada Brain Care Score (BCS) que facilita sumar lo que está haciendo bien y dónde podría hacerlo mejor. El premio es un cerebro más sano, específicamente un menor riesgo de demencia y accidentes cerebrovasculares.

Diseñado para predecir cómo los hábitos actuales podrían afectar la salud cerebral futura, el cuadro de mando fácil de usar es aparentemente el primero de su tipo, nos explica el doctor Andrew Budson, profesor de neurología en la Facultad de Medicina de Harvard.

“Es un verdadero servicio que los investigadores hayan desarrollado una escala como esta y hayan completado el primer estudio para determinar si una puntuación peor en esta escala aumenta el riesgo de demencia y accidente cerebrovascular”, dice el doctor Budson, quien no participó en el análisis. “Por un lado, nadie había hecho algo como esto antes. Por otro, sin embargo, realmente se trata de reunir en un nuevo envase factores de salud que todos conocemos desde hace varios años”.

¿Qué está incluido en el cuadro de mando?

Llamada McCance Brain Care Score, la tarjeta suma puntos de 12 dominios físicos, de estilo de vida y socioemocionales.

Los componentes físicos se relacionan con:

• Presión arterial
• Glucemia
• Colesterol
• Índice de masa corporal (IMC)

Los componentes del estilo de vida incluyen:

• Nutrición
• Consumo de alcohol
• Fumar
• Actividades aeróbicas
• Dormir

Los factores socioemocionales indagan sobre:

• Manejo del estrés
• Relaciones sociales
• Significado en la vida

Cada respuesta recibe una puntuación de 0, 1 o 2, siendo la puntuación más alta posible un total de 21. Las puntuaciones más altas sugieren un mejor cuidado del cerebro.

“Todos estos factores físicos y de estilo de vida pueden contribuir hasta cierto punto al riesgo de demencia a través de accidentes cerebrovasculares”, sostiene el doctor Budson. “Aquellos que no suponen un riesgo debido a los accidentes cerebrovasculares suelen estar relacionados con el hecho de que un cerebro sano es un cerebro que utiliza todas sus partes. Participar en relaciones saludables y actividades significativas nos ayuda a mantener una buena estructura y función cerebral“.

La ciencia ha demostrado que la inflamación crónica de bajo grado puede convertirse en un asesino silencioso que contribuye a las enfermedades cardiovasculares, el cáncer, la diabetes tipo 2 y otras afecciones.

¿Qué implicó el análisis?

El estudio se publicó en línea en Frontiers of Neurology en diciembre de 2023. Involucró a casi 399.000 adultos de entre 40 y 69 años (con una edad promedio de 57 años, de los cuales un 54% eran mujeres) que contribuyeron con información de salud personal al Biobanco del Reino Unido.

Durante un período de seguimiento promedio de 12,5 años, los participantes registraron 5.354 nuevos casos de demencia y 7.259 accidentes cerebrovasculares. Los investigadores descubrieron que los participantes con puntuaciones más altas en Brain Care Score al inicio del estudio tenían menores riesgos de desarrollar demencia o accidentes cerebrovasculares con el tiempo.

Estas amenazas a la salud y la independencia cobran un precio sorprendente y creciente entre la población de los Estados Unidos. La demencia afecta a uno de cada siete estadounidenses, una tasa que se espera se triplique para 2050. Mientras tanto, más de 795.000 personas en los EE. UU. sufren un derrame cerebral cada año, según lo reseñan los datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) en ese país.

¿Qué encontró el estudio?

Cada paso de cinco puntos más en la calificación BCS asignada cuando comenzó el estudio se relacionó con riesgos significativamente más bajos de demencia y accidente cerebrovascular, y esas probabilidades variaban según el grupo de edad:

• Los participantes menores de 50 años al inicio del estudio tenían un 59% menos de probabilidades de desarrollar demencia y un 48% menos de posibilidades de sufrir un derrame cerebral con cada puntuación cinco puntos más alta en BCS.
• Los participantes de 50 a 59 años al inicio del estudio tenían un 32% menos de probabilidades de desarrollar demencia y un 52% menos de posibilidades de sufrir un derrame cerebral con cada puntuación cinco puntos más alta en BCS.

Pero esos beneficios en las enfermedades cerebrales parecieron disminuir para los mayores de 59 años al inicio del estudio. Este grupo experimentó solo un 8% menos de probabilidades de demencia y un 33% menos de riesgo de accidente cerebrovascular con cada puntuación cinco puntos más alta en BCS. Los autores del estudio teorizaron que algunos de estos participantes podrían haber estado experimentando ya demencia temprana, que es difícil de detectar hasta que progresa.

“Me siento muy seguro de que las conclusiones del estudio sean completamente correctas, porque todos los factores que intervienen en el BCS son cosas bien conocidas que las personas pueden hacer para reducir el riesgo de accidente cerebrovascular y demencia”, afirma el doctor Budson.

¿Cuáles son las limitaciones del estudio?

Sin embargo, Budson señala que el estudio tuvo un par de limitaciones. El Biobanco del Reino Unido no logró recopilar todos los componentes del BCS en su conjunto de datos, al carecer de preguntas sobre el significado de la vida. Por lo tanto, sus puntuaciones oscilaron entre 0 y 19, no hasta 21. “Es una limitación práctica, pero se debe reconocer que hasta ahora no ha habido estudios para validar la escala real de 21 puntos que recomiendan que usemos”, dice.

El análisis también evaluó las puntuaciones de los participantes en un solo momento en lugar de varios, indica Budson. Las investigaciones futuras deberían determinar si las personas pueden reducir su riesgo de accidente cerebrovascular y demencia mejorando su BCS con el tiempo, con cambios de comportamiento y estilo de vida.

¿Cómo puedes jugar este juego en casa?

Si bien una mejor salud cerebral puede ser el claro premio de una puntuación más alta, está lejos de ser el único beneficio. Esto se debe a que mejorar cualquier componente de salud del BCS también beneficia nuestro bienestar general.

“Al mejorar estos factores, las personas no solo ayudarán a su cerebro, sino que también ayudarán a su corazón y reducirán el riesgo de cáncer”, añade el doctor Budson. “Estos factores definitivamente también optimizarán su salud psicológica, que sin duda es una parte importante de la salud del cerebro”.

El simple desglose de los factores de salud de la escala también hace que sea fácil concentrarse en modificar uno o dos sin sentirse abrumado.

“Digamos que la nutrición de alguien no es perfecta, y lo sabe, pero no está dispuesto a cambiar su dieta. Entonces solo él puede decidir hacer más ejercicio aeróbico, por ejemplo, o dejar de beber, o aumentar las horas de sueño que su cuerpo necesita”, anota.

¿Qué cambio podría encaminarlo hacia una mejor salud cerebral?

Si tuviera que elegir solo un factor para mejorar la salud del cerebro, el doctor Budson se centraría en el significado de la vida, “lo que significa que generalmente sientes que tu vida tiene significado o sentido de propósito”, enfatiza. Para ello, sugiere reflexionar profundamente y en silencio sobre cuál desea que sea el propósito de su vida, ya sea que espere vivir mucho tiempo o solo unos pocos años.

“Una vez que tienes un propósito, entonces tienes una razón para seguir adelante con la evaluación de todos los demás elementos de la escala BCS, y ver asimismo qué puedes hacer para estar presente por más tiempo y ser competente y capaz por más tiempo para ayudar a cumplir el objetivo, significado y propósito de tu vida”, concluye.

Fuente: un artículo de Maureen Salamon, editora ejecutiva de Harvard Women’s Health Watch publicado en el portal www.health.harvard.edu

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