No dormir lo suficiente
Todos tenemos malos hábitos, pero algunos pueden dañar su cerebro. Escatimar dormir es uno de esos malos hábitos. Aquellos individuos que practican un descanso insuficiente y que particularmente duermen menos de lo necesario tienen más probabilidades de padecer demencia y Alzheimer.
La falta de sueño en los adultos mayores aumenta el riesgo de somnolencia diurna excesiva, depresión y problemas con la atención y la memoria. También es más probable que estos se caigan por la noche y dependan de más ayudas farmacológicas para dormir (tanto de venta libre como de prescripción médica). Las personas que tienen problemas para conciliar el sueño por la noche deben evitar la cafeína, el alcohol, ver televisión o usar la computadora por la noche.
Socialmente aislado
Los humanos son criaturas sociales. Necesitamos el contacto humano para sobrevivir y prosperar. Este aspecto también es vital para una función cerebral saludable. El aislamiento social percibido y la soledad son factores de riesgo que derivan en un rendimiento cognitivo deficiente, en tanto conduce a la depresión y a un deterioro cognitivo más rápido.
Las personas que tienen amigos tienen menos probabilidades de desarrollar la enfermedad de Alzheimer y de padecer el consecuente deterioro cerebral. También son más felices y más productivos. Si usted desea conocer gente nueva, involúcrese en pasatiempos como el baile, el voluntariado o los deportes.
Consumir comida chatarra
Los neurocientíficos que realizaron los estudios de dieta MIND descubrieron que comer ciertos alimentos promueve la salud cerebral y evitar otros alimentos coopera a prevenir la disminución de la función cerebral. Para mejorar la salud del cerebro, limite su consumo de queso, mantequilla, margarina y comida rápida o frita a no más de una porción por semana. La carne roja en exceso promueve la inflamación y es mala para el cerebro. Los resultados de los estudios de dieta de neurociencia MIND determinaron que debe comer menos de cuatro porciones de carne roja por semana.
El azúcar y los pasteles tampoco son buenos para usted. Limite su consumo a menos de cinco porciones por semana. Además de establecer qué alimentos evitar, la dieta MIND ofrece recomendaciones para conservar el funcionamiento cerebral y evitar el deterioro mental. Coma verduras de hoja verde, granos enteros, nueces y bayas que son ricos en antioxidantes, así como grasas beneficiosas que protegen su cerebro. Estos alimentos proporcionan nutrientes que benefician a todo el cuerpo y combaten el envejecimiento.
Escuchar música a volumen alto
La pérdida de audición está relacionada con problemas cerebrales, tales como la contracción cerebral y evidencian un mayor riesgo de enfermedad de Alzheimer. Una posibilidad es que el cerebro tenga que trabajar más duro para procesar lo que se está diciendo y no que este no sea capaz de almacenar lo que se escuchó en la memoria.
Protéjase contra la pérdida de audición evitando subir en exceso el volumen de su dispositivo (audífonos), y en lo posible nunca más allá de un par de horas a la vez. Escuchar un dispositivo demasiado fuerte puede dañar su audición de forma permanente en tan solo 30 minutos. Protege tu audición para proteger tu cerebro.
Ser sedentario
La inactividad física está vinculada a un mayor riesgo de demencia. También aumenta el riesgo de hipertensión arterial, diabetes y enfermedades cardíacas, todas claramente relacionadas con la enfermedad de Alzheimer. De cara a este objetivo de salud, usted no necesita extenderse demasiado. Hacer jardinería o caminar durante 30 minutos al menos tres veces por semana es suficiente para reducir el riesgo de demencia y otras afecciones crónicas.
Caminar es uno de los tipos de ejercicio más efectivos y fáciles que usted puede realizar. Todo lo que necesita para comenzar es un par de zapatos deportivos. La actividad física afecta positivamente la salud de sus vasos sanguíneos, incluidos los de su cerebro. También mejora la neuroplasticidad, es decir, la capacidad que el cerebro tiene para formar nuevas conexiones en respuesta a la experiencia, el aprendizaje o una lesión. El ejercicio también aporta sentidos beneficios para la reducción del estrés. La actividad física aumenta el suministro de oxígeno a sus músculos y cerebro.
Fumar
Los fumadores tienen un mayor riesgo de demencia, incluida la enfermedad de Alzheimer. Fumar encoge tu cerebro y causa pérdida de memoria. Daña los vasos sanguíneos y lo pone en riesgo de diabetes, enfermedades cardíacas, presión arterial alta y accidente cerebrovascular.
Muchas personas intentan dejar de fumar varias veces sin tener éxito. Si necesita ayuda para dejar de fumar, hable con su médico acerca del uso de los parches de nicotina y de aquellos medicamentos que suelen recetarse con ese fin. Un tratamiento efectivo y pensado en sus necesidades puede ayudarlo a lograr su objetivo. A la fecha existen programas para dejar de fumar y otros recursos que el doctor puede recomendarle.
Glotonería
Comer en exceso y consumir demasiadas calorías se asocia con un mayor riesgo de deterioro cognitivo y demencia. Adicionalmente, conduce al aumento de peso y a la obesidad, lo que contribuye a la diabetes, las enfermedades del corazón y a padecer de presión arterial alta. Todas estas condiciones aumentan el riesgo de enfermedades cerebrales.
Hable con su médico sobre la mejor manera de controlar su peso y cómo perderlo si ya acusa sobrepeso. Es posible que su médico le recomiende que consulte a un nutricionista para diseñar una dieta y un plan de nutrición que funcione para usted. Si cree que se trata de un síntoma asociado a un trastorno alimentario, un terapeuta puede ayudarlo a aprender estrategias para cambiar patrones y comportamientos no deseados que lo llevan a comer en exceso.
No obtener suficiente luz solar
Los investigadores han descubierto que necesitamos luz natural para una función cerebral óptima y para combatir la depresión. Una correcta exposición al sol también es necesaria para mantener los niveles adecuados de vitamina D. Esta última es necesaria para tener huesos saludables y para mejorar el estado de ánimo. La exposición al sol altera los niveles del neurotransmisor, la serotonina y la hormona melatonina. Obtener la exposición solar adecuada mejora la salud mental y la función cognitiva, al tiempo que contrarresta el deterioro cognitivo y la demencia.
Los científicos han determinado que la exposición a la luz solar natural es necesaria para prevenir afecciones cerebrales. Los resultados de investigaciones de estudios clínicos sugieren que las personas de piel clara pueden producir niveles suficientes de vitamina D con tan solo 15 minutos de exposición al sol por día, mientras que las personas de piel oscura pueden necesitar hasta varias horas de exposición al sol para fabricar niveles adecuados de vitamina D. Aprenda a conocer su límite seguro para la exposición al sol. Tenga cuidado de no quemarse ya que la sobreexposición solar está asociada con tasas más altas de cáncer de piel y con la aparición de melanomas, considerados potencialmente mortales.
Estar deshidratado
La deshidratación afecta su cerebro y contribuye a la disfunción cognitiva. Las personas que están deshidratadas tienen dificultades con la función ejecutiva, que involucra a aquellos procesos cognitivos necesarios para controlar el comportamiento. La deshidratación también afecta negativamente la capacidad de prestar atención y aumenta los tiempos de reacción para las tareas motoras. Beba muchos líquidos y reemplace los electrolitos perdidos a causa del calor y el ejercicio. Cuando usted siente sed, ya está deshidratado. Su orina debe ser de color amarillo pálido. Si esta es más oscura, es probable que se esté deshidratado.
Consumir demasiada azúcar
Consumir una dieta alta en azúcar lesiona la función cerebral al alterar los niveles de bacterias benéficas en el intestino. Un estudio encontró que los ratones que consumían una dieta rica en sacarosa tenían dificultades con la memoria espacial y la flexibilidad cognitiva. El azúcar alimenta a los insectos intestinales dañinos, como Clostridiales (Clostridium spp), que están asociados con una disminución de la flexibilidad cognitiva.
El consumo de azúcar también está asociado con el decrecimiento de los niveles de población de Bacteroidales (Bacteroides spp) que, cuando se reduce, también inhibe la función intestinal. Los alimentos con alto contenido de azúcar incluyen a los jugos de frutas, miel, pasteles, pasteles, dulces y helados.
Lesiones en la cabeza
Las repetidas lesiones en la cabeza mientras se practica deportes de contacto como el fútbol, béisbol, softball y baloncesto, se asocian con una lesión cerebral traumática; estas a su vez aumentan el riesgo de padecer problemas cognitivos, trastornos del estado de ánimo, dolores de cabeza, problemas del habla y comportamiento agresivo.
Realizar disciplinas en solitario tales como ciclismo, buceo, surf o conducir vehículos todo terreno (ATV) propicia también que la población experimente miles de lesiones en la cabeza cada año. Tome por ello todas las precauciones para protegerse cuando practique deportes y realice actividades físicas al aire libre. Busque ayuda de inmediato si llega a sufrir una lesión.
Vivir en un ambiente contaminado
Un estudio encontró que las personas que vivían cerca de carreteras o autopistas y que experimentaban tráfico intenso tenían una mayor incidencia de demencia. Estar expuesto a la contaminación de los automóviles también puede afectar negativamente la cognición. Procure –en lo posible– vivir lejos de autopistas y carreteras con mucho tráfico. Invierta en un filtro de aire que elimine los contaminantes del aire interior.
Comer demasiada sal
La presión arterial alta, especialmente durante la mediana edad, se asocia con un mayor riesgo de déficit cognitivo y de accidente cerebrovascular. El número sistólico, que representa la presión arterial cuando el corazón se está contrayendo, parece ser más importante para el riesgo posterior de deterioro cognitivo que el número diastólico. Este último representa la presión arterial cuando el corazón está en reposo entre latidos.
La gran mayoría de personas consume demasiada sal y no suficiente potasio, lo cual afecta negativamente la presión arterial. Evite los alimentos salados, no agregue sal a sus alimentos y controle su presión arterial. Consulte a su médico para recibir tratamiento oportuno si esta comienza a subir.
Fuente: un artículo revisado por Charles Patrick Davis, MD, PhD para www.rxlist.com
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