El proceso de la digestión puede influir en las emociones y estados anímicos porque “el cerebro registra señales de mal funcionamiento del sistema digestivo y las modifica bajo el influjo de algunas emociones como la ansiedad, la angustia o la depresión; la normalidad digestiva favorece al equilibrio emocional“, ha señalado el especialista en aparato digestivo y miembro de la Sociedad Española de Patología Digestiva (SEPD), Juan Ramón Malagelada.

Los expertos de la SEPD recomiendan cuidar lo que comemos y cómo lo comemos, así como entender lo que nos sienta bien y mal para adaptar la dieta al bienestar de cada persona ya que “un correcto funcionamiento del aparato digestivo y un cuidado adecuado del mismo son básicos para el bienestar emocional”, apunta el experto.

Lo mismo ocurre con el intestino porque, tal y como señalan, hay que cuidarlo favoreciendo el tránsito intestinal, relajando el abdomen, cuidando la microbiota y dedicando el tiempo necesario para ir al baño.

Parte integral de cuidar su salud cerebral está en precautelar su salud estomacal. Por ello, cabe tener presente algunas recomendaciones de qué comer, beber y evitar cuando haya presencia de malestares estomacales.

Importancia de la salud digestiva

Luchando por mantener algo abajo, ¿o adentro? Si usted ha sido afectado por la gripe estomacal, también conocida como gastroenteritis viral (algo completamente diferente de la gripe común o influenza), es probable que no tenga ganas de comer o beber mucho.

Pero si está buscando averiguar qué puede intentar soportar con una gripe estomacal, ciertamente sabe que no es la mejor idea optar por un plato de nachos con queso y chile.

Para una dirección más clara, la médica de familia  Laura Lipold, MD, clasifica algunas cosas menos obvias que se deben y no se deben hacer para ayudarlo hasta que se recupere.

Qué evitar durante el proceso de gripe estomacal

• Omita su café diario: evite su taza de café y su gaseosa con cafeína favorita (esto incluye todas las bebidas de cola) durante una semana. La cafeína contrae los intestinos, lo que puede empeorar la diarrea, señala la doctora Lipold.
• Evite el alcohol por completo: las bebidas alcohólicas actúan como diuréticos y pueden agravar su estómago aún más.
• No coma alimentos difíciles de digerir: cuando tenga gripe estomacal, manténgase alejado de los alimentos grasos, picantes y ácidos. Los platos lácteos y a base de tomate también resultan pesados para un intestino enfermo.
• Nunca se obligue a comer: si no tiene ganas de comer,  no presione a su organismo. “Trate de concentrarse en recuperarse, descansar y mantenerse hidratado”, dice la doctora Lipold.
• Evite los jugos: los zumos de manzana, naranja o de cualquier otra fruta no le servirán de mucho.

Qué comer, beber y hacer durante la fase de recuperación  

Beba muchos líquidos claros. Espere hasta que hayan pasado dos horas desde su último episodio de vómitos. Comience con pequeños sorbos frecuentes. El agua, los refrescos transparentes (revuélvalos bien para liberar más carbonatación), el té descafeinado de hierbas, el caldo o los reemplazos de electrolitos de venta libre son excelentes maneras de evitar la deshidratación cuando tiene una gripe estomacal con diarrea o vómitos frecuentes.

“La deshidratación severa podría significar un viaje al hospital para recibir líquidos por vía intravenosa, por lo que es importante tratar de mantenerse hidratado si puede”, comenta la doctora Lipold.

Coma carbohidratos complejos. Las papas y los cereales integrales (piense en el arroz y las tostadas) son sus mejores opciones para ayudar a reemplazar los nutrientes que puede haber perdido al vomitar o al ir al baño durante demasiados viajes. Pruebe consumir carnes magras sin demasiadas especias o condimentos, en tanto estos podrían acarrearle mayor malestar estomacal (piense en pollo y pescado).

Chupe o mastique trocitos de hielo. Si no puede retener nada más, los trozos de hielo le ayudarán a obtener la hidratación que probablemente necesite poco a poco durante más tiempo, y de seguro su estómago podrá tolerarlo mejor, afirma Lipold.

Visite a su médico. “Si no ha podido retener líquidos durante 24 horas, muestra signos de deshidratación, está vomitando sangre, tiene dolor abdominal, diarrea con sangre o fiebre superior a 38,8 °C, es hora de visitar a su médico”, concluye Lipold.

La estrecha conexión entre nuestro cerebro y el sistema digestivo

Finalmente, cabe anotar que algunas enfermedades del sistema digestivo que cursan con inflamación e irritación como la colitis o la gastritis, se agravan cuando aumenta el estrés o la ansiedad.

“La salud digestiva depende del equilibrio homeostático entre la función cerebral y la función digestiva; la sensibilidad, motilidad, inflamación y microflora está influida por la dieta”, ha subrayado el doctor Malagelada.

De esta manera, “la recuperación de la normalidad digestiva mediante el tratamiento comporta desinflamar, regular la actividad sensitiva y motora, adoptar la dieta adecuada y restablecer el equilibrio emocional”, añade.

En pruebas de laboratorio se ha comprobado que en los sujetos que están siendo estudiados, la escala de síntomas aumenta tanto en dolor o molestias abdominales, como en el estrés o la ansiedad. Del mismo modo, si un paciente tiene síntomas que no se sabe de dónde provienen, en el momento en que el paciente es consciente de ello, se preocupa y está más pendiente, crea una mayor sensibilidad y aumentan los síntomas.

Entre los síntomas estomacales más comunes ocasionados por el estrés u otras emociones anotaremos: gastritis, reflujo, estreñimiento, descomposición e inflamación. No obstante, es posible también que usted presente otra enfermedad que deba tratarse de inmediato.

Durante este período de cuarentena es posible que muchas personas hayan experimentado alguno de estos molestos malestares. “Y dado que algunos síntomas como la diarrea podrían ser un signo de COVID-19, es vital que usted contacte a su proveedor de atención médica oportunamente”.

Fuentes: www.republica.com  /  health.clevelandclinic.org

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