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El sobrepeso es común en sobrevivientes de tumores cerebrales infantiles

El aumento de la tasa de sobrepeso y obesidad en los supervivientes de tumores cerebrales infantiles es bien conocido.

Los niños que han sido tratados por tumores cerebrales a menudo experimentan un aumento de peso significativo y los nuevos hallazgos sugieren que esto podría ser un signo de​​ disfunción hipotalámica-hipofisaria (HP).

"Consideramos que la vigilancia endocrina debe iniciarse temprano, ya que el retraso en el tratamiento de las deficiencias endocrinas podría tener efectos graves en la salud metabólica de los​​ supervivientes de tumores cerebrales infantiles (CBTS)", comentó la investigadora principal Jiska van Schaik, MSc, estudiante de doctorado en pediatría,​​ endocrinología y oncología en​​ el​​ Wilhelmina Children's Hospital​​ y​​ Princess Máxima Center, en Utrecht, Países Bajos.

Además, "el apoyo con respecto al control de peso​​ siempre​​ debe iniciarse​​ en fase temprana​​ para prevenir el desarrollo de​​ obesidad​​ grave​​ con un mayor​​ aumento de​​ riesgo de​​ trastornos concomitantes y​​ morbilidad prematura a una edad más avanzada",​​ anotó.​​ 

El estudio holandés de 661 niños que​​ sobrevivieron a un​​ tumor cerebral​​ encontró que un tercio tenía sobrepeso, obesidad o había ganado una cantidad​​ importante​​ de peso durante el período de seguimiento.

De​​ los 578 supervivientes que tenían entre 4 y 20 años de edad en el seguimiento,​​ 20,3% se clasificó bajo la categoría de sobrepeso y 8,5% con obesidad, en comparación con 10,5% y 2,7%, respectivamente, para la población holandesa general dentro del mismo grupo de edad.​​ 

Del mismo modo, de 78 sobrevivientes de tumores cerebrales de la infancia de entre 20 y 30 años de edad, 21,8% tenía sobrepeso y 7,7% obesidad, frente a 20,8% y 5,9%, respectivamente, en la población general.

El​​ estudio se publicó​​ en la​​ reconocida revista​​ Journal of Clinical Oncology.

"Ya se ha comunicado en la literatura médica que existe una elevada prevalencia de obesidad en sobrevivientes de tumores cerebrales en la infancia, pero estos estudios previos incluían sobrevivientes​​ de​​ craneofaringioma,​​ que influye​​ considerablemente​​ en la prevalencia general", indicó​​ van Schaik.

"Sabemos que la tasa de obesidad en los sobrevivientes de craneofaringiomas es muy alta", agregó.​​ Este estudio excluyó específicamente a niños con​​ craneofaringioma o​​ tumores hipofisarios.

"No se han comunicado antes datos adicionales que incluyan la prevalencia de sobrepeso y aumento de peso importante en​​ casos de CBTS. Por consiguiente, consideramos que estos datos aportan información nueva e interesante sobre el aumento de peso significativo durante el seguimiento", señaló la especialista a​​ Medscape Noticias Médicas.

El sobrepeso, la obesidad y el aumento de peso significativo podrían asociarse con deficiencias endocrinas, como diabetes insípida y pubertad precoz central,​​ lo cual puede ser indicativo de disfunción hipotalámico-hipofisaria, explicó van Schaik.​​ 

"Por lo tanto, creemos que los médicos deben ser más conscientes del desarrollo de sobrepeso u obesidad o de un incremento​​ de peso significativo en sus pacientes, ya que​​ esto​​ podría ser un reflejo de HP;​​ por lo tanto, se necesita más vigilancia endocrina",​​ destacó.

Aumento de peso vinculado con​​ una​​ disfunción​​ hipotalámico-hipofisaria

Hubo una diferencia significativa en la prevalencia de los trastornos de HP​​ en​​ los sobrevivientes que tenían un peso normal​​ frente a​​ los que tenían sobrepeso u obesidad, y esto se observó en todos los trastornos de la pituitaria, excepto​​ para la​​ deficiencia de hormona del crecimiento.

De los supervivientes con un índice de masa corporal (IMC) normal, al 14,7% se les diagnosticó un trastorno de la hipófisis anterior, en comparación con el 24,6% que tenían sobrepeso y el 23,2% que eran obesos.

Se​​ estableció​​ un diagnóstico de diabetes insípida en el 1,5% de los CBTS de peso normal, el 5,2% de las que tenían sobrepeso y el 10,7% de​​ las CBTS obesos.​​ Se observó pubertad precoz central en 4,6%, 18,7% y 10,7%, respectivamente.

También hubo un pequeño porcentaje (n = 14, 2,1%) de niños con bajo peso en​​ el seguimiento,​​ seis​​ de los cuales​​ desarrollaron deficiencia​​ de la​​ hormona del crecimiento.​​ Los sobrevivientes de tumores cerebrales de la infancia en este subgrupo de pacientes con peso insuficiente habían recibido quimioterapia o radioterapia con mayor frecuencia, en comparación con el resto de la cohorte.​​ La proporción de niños que habían recibido quimioterapia fue del 71,4% entre los supervivientes​​ con​​ peso​​ insuficiente, en comparación con el 33,9% para​​ aquellos con​​ peso normal, el 40,3% con sobrepeso y el 41,4% entre los obesos (p = 0,019);​​ en el caso de​​ la radioterapia, estos fueron del 92,9% para el subgrupo​​ de peso insuficiente frente al 35,9%, 38,1% y 46,4%, respectivamente (p <0,001).

Vigilancia e intervención temprana

Al comentar sobre estos resultados,​​ la doctora Karen Moody,​​ profesora asociada​​ del Departamento de Atención a​​ Pacientes Pediátricos en​​ la​​ University of Texas MD Anderson Cancer Center, en Houston, Estados Unidos, enfatizó​​ que los médicos deben ser conscientes del hecho de que​​ los sobrevivientes de tumores cerebrales de la infancia tienen riesgo de aumentar de peso, lo que da lugar a obesidad.​​ 

"El aumento de la tasa de sobrepeso y obesidad en los supervivientes de tumores cerebrales infantiles es bien conocido​​ y, en gran parte, pero probablemente no por completo, está determinado​​ por la disfunción hipotalámico-hipofisaria relacionada con el tumor o el tratamiento. Este estudio es un avance de cara a nuestra comprensión de este fenómeno, al excluir de su análisis a niños con craneofaringioma y lesiones hipofisarias y luego medir el riesgo para el grupo restante de niños con tumores del cerebro",​​ resaltó​​ la doctora Moody.​​ 

Esta exclusión ha permitido una cuantificación más directa del riesgo de obesidad y sobrepeso en niños con tumores cerebrales, así como el riesgo de disfunción hipotalámica-hipofisaria.​​ "Las​​ guías​​ actuales de oncología pediátrica incluyen la detección de niños después del diagnóstico de un tumor cerebral para clasificar su riesgo de​​ HP, teniendo en cuenta la ubicación​​ del tumor y el tratamiento. En la actualidad es​​ una buena​​ práctica​​ evaluar​​ a los​​ niños con diagnóstico de un​​ tumor cerebral​​ por su​​ riesgo de disfunción hipotalámico-hipofisaria,​​ y ordenar​​ luego las​​ pruebas de laboratorio​​ según la​​ evaluación​​ de​​ detección", añadió.​​ 

El objetivo es identificar a los niños con HP lo antes posible​​ a fin de iniciar el tratamiento apropiado que incluye fármacos y educación del paciente. "Se necesita más investigación para comprender si la dieta y el ejercicio podrían apalancarse en esta población y de qué manera, en el contexto de disfunción hipotalámico-hipofisaria, para normalizar el peso y optimizar los desenlaces en la salud a corto y a largo plazo",​​ concluyó.

Fuente:​​ un artículo de Roxanne Nelson publicado en el portal​​ medscape.com

 

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