Una nueva investigación detalla cómo la terapia hormonal menopáusica (THM) afecta la estructura neurológica de las mujeres que la utilizan.

Desde hace tiempo se cree que la THM tiene efectos neuroprotectores en el cerebro. Sin embargo, nuevos datos derivados del Biobanco del Reino Unido sugieren que la terapia hormonal sustitutiva afecta a las mujeres de forma diferente, dependiendo de cuándo la hayan tomado, durante cuánto tiempo y de otros factores.

Los detalles del nuevo estudio fueron publicados recientemente en la revista eLife.

“Los resultados contradictorios de estudios previos sobre la THM y la salud cerebral plantean la cuestión de si una combinación de momento, formulación y vía de administración podría desempeñar un papel crucial en la eficacia de la THM”, afirmó en un comunicado la autora principal Claudia Barth, investigadora de la División de Salud Mental y Abuso de Sustancias del Hospital Diakonhjemmet de Oslo (Noruega). “En este estudio, investigamos los vínculos entre las variables de la THM, los diferentes regímenes de terapia hormonal sustitutiva, los factores genéticos y las mediciones cerebrales en mujeres de mediana y mayor edad”.

Para el estudio, el equipo analizó datos de más de 20.000 mujeres que se habían sometido a exámenes de resonancia magnética cerebral (IRM) en su perfil del Biobanco del Reino Unido. Todas ellas eran usuarias actuales o pasadas de THM. También se incluyó un grupo de imágenes de mujeres que nunca habían recibido la terapia antes. Los investigadores examinaron diferentes factores indicativos del envejecimiento cerebral para determinar si la THM desencadenaba algún tipo de brecha entre la edad cerebral real y cronológica de las personas.

Los resultados fueron un tanto dispares. Los investigadores descubrieron que las mujeres que nunca habían utilizado THM tenían resultados de imagen similares a los de aquellas que la habían utilizado en el pasado pero que ya no estaban en terapia. Sin embargo, las usuarias actuales de THM mostraron niveles significativamente más altos de materia gris y blanca en las imágenes, lo que sugiere que su edad cerebral era mayor que su edad cronológica real. Estas mujeres también mostraron volúmenes más pequeños en el hipocampo izquierdo y derecho.

Los investigadores observaron también diferencias en la edad cerebral en función de la edad que tenían las mujeres cuando tomaron THM por última vez. Las que tomaron THM durante un período de tiempo más prolongado y que eran mayores después de la menopausia mientras la tomaban, tenían mayores diferencias en la edad cerebral.

Los antecedentes quirúrgicos de histerectomía total y parcial también influyeron en las diferencias de edad cerebral. Las mujeres que se sometieron a estas cirugías tuvieron diferencias de edad cerebral menores que las mujeres que recibieron terapia hormonal sustitutiva y no se sometieron a ninguna de las cirugías.

Sorprendentemente, no se observaron diferencias significativas en función de la dosis o el tipo de THM tomado.

Los resultados indican que el uso de THM no es beneficioso ni tiene consecuencias en términos de la salud general del cerebro, y que la respuesta a la pregunta de si la terapia hormonal es buena o mala para el cerebro no es tan simple, apunta el grupo.

“Los resultados sugieren relaciones sutiles pero complejas entre el uso de la THM y la salud cerebral, lo que pone de relieve la necesidad de un enfoque personalizado del uso de la THM”, explicó Barth. “Es importante destacar que nuestros análisis proporcionan una visión amplia de las asociaciones basadas en la población y no están diseñados para orientar las decisiones a nivel individual sobre los beneficios frente a los riesgos del uso de terapia hormonal sustitutiva”.

El grupo anotó que es de vital importancia que la investigación continúe basándose en estos resultados, enfatizando la necesidad de mapear el impacto a largo plazo de la terapia hormonal en la salud neuronal.

Fuente: un artículo de Hannah Murphy publicado en el portal healthimaging.com

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