La interacción entre los sistemas deliberativos de toma de decisiones —rápidos y lentos— del cerebro, es compleja pero fascinante, y arroja luz sobre los fundamentos cognitivos de diferentes profesiones vinculadas con la salud, como los médicos y radiólogos del departamento de emergencias.
Ilustremos esto con un ejemplo. Considere a un médico de emergencia que se enfrenta a un paciente que presenta síntomas de un ataque cardíaco: dolor en el pecho, dificultad para respirar y sudor frío. El médico debe reconocer rápidamente estos síntomas, iniciar protocolos de inmediato, administrar medicamentos que disuelvan los coágulos y, posiblemente preparar al paciente para la cirugía.
Este proceso se rige principalmente por el sistema rápido del cerebro, impulsado principalmente por la amígdala, que desencadena una acción instantánea en respuesta a una amenaza o peligro.
Por el contrario, imaginemos a un radiólogo interpretando una compleja resonancia magnética cerebral. Este debe analizar con minuciosidad cada segmento de imagen, explorando cuidadosamente anomalías entre muchas estructuras. El radiólogo suele buscar signos sutiles de un accidente cerebrovascular menor, un pequeño tumor cerebral o evidencia de una enfermedad degenerativa, cada uno de los cuales presenta características de imagen sutilmente diferentes.
Esta toma de decisiones deliberada y lenta, mediada por la corteza prefrontal, permite al radiólogo considerar múltiples posibilidades y llegar a un diagnóstico final mediante eliminación.
Sin embargo, la capacidad de cambiar entre sistemas también es vital. Consideremos un escenario en el que a un médico de urgencias se le presenta un caso menos claro: un paciente con síntomas vagos e inespecíficos. Es posible que el médico necesite involucrar su sistema deliberativo, considerando múltiples diagnósticos, solicitando pruebas y evaluando cuidadosamente los resultados. Por el contrario, un radiólogo podría necesitar confiar en su sistema rápido al interpretar imágenes de un paciente en estado crítico en tiempo real durante un procedimiento, tomando decisiones inmediatas basadas en las imágenes que ve.
Un ejemplo sorprendente de estos dos sistemas en funcionamiento es la transición del médico de urgencias del trabajo a la vida familiar. En el servicio de urgencias, el sistema rápido no solo es ventajoso, sino que salva vidas. Sin embargo, una vez que el médico está en casa, las decisiones rara vez son una cuestión de vida o muerte. Si el médico de urgencias continúa operando en modo rápido en el hogar, tomando decisiones prontas sin una consideración total, puede generar relaciones tensas y angustia personal. Por ejemplo, tomar decisiones impulsivas sobre inversiones financieras significativas o emitir juicios precipitados en conflictos interpersonales tiende a acarrear problemas que un enfoque más deliberativo podría evitar.
Es aquí donde la comprensión y el manejo de estos dos sistemas cerebrales se vuelven cruciales. Las prácticas de atención plena (mindfulness) pueden ser una herramienta eficaz para esta transición, ya que animan al practicante a reducir el ritmo y a prestar atención a sus pensamientos y sentimientos en el momento presente sin juzgar. Al practicar la atención plena, el médico de urgencias puede cambiar conscientemente de un pensamiento rápido a uno lento, promoviendo una toma de decisiones más saludable en su vida personal.
La dicotomía entre los sistemas de toma de decisiones rápidas y deliberativas en el cerebro ofrece información invaluable sobre los procesos cognitivos que subyacen en las diferentes especialidades médicas. También subraya la importancia de las estrategias de salud mental para los profesionales que operan en entornos de trabajo de alto estrés y ritmo acelerado.
A medida que continuamos decodificando la compleja dinámica de toma de decisiones del cerebro, dicha comprensión será crucial para fomentar la excelencia profesional y el bienestar personal en estos campos exigentes.
Fuente: un artículo de Harvey Castro, MD, MBA, publicado en el portal www.medpagetoday.com
Desde 2011, Gamma Knife Center Ecuador ha mantenido intacto el propósito de proyectarse como un rayo de esperanza, dirigido a mejorar o extender la calidad de vida de pacientes con tumores y lesiones cerebrales.
Consolidamos nuestro compromiso con la excelencia sostenidos en la innovación de sistemas y procedimientos internos que, junto a una óptima capacitación, garantizan que tanto el servicio como los resultados, cumplan el objetivo de curar sin invadir.
Para una evaluación o una segunda opinión, contáctenos hoy mismo. Estamos acreditados ante la Red Pública Integral de Salud (IESS, ISSFA, ISSPOL, MSP) y las principales aseguradoras privadas.
Gamma Knife®: el estándar de oro de la radiocirugía estereotáctica cerebral, al alcance de todos y sin salir del país.