Alrededor de 10 millones de personas en todo el mundo mueren de cáncer cada año. Los investigadores buscan constantemente nuevas formas de ayudar a extender la esperanza de vida de las personas con cáncer.

Ahora, investigadores del Centro Alemán de Investigación del Cáncer han descubierto nueva evidencia de que la ingesta diaria de vitamina D podría ayudar a reducir el riesgo de muerte por cáncer en un 12%.

Además, los científicos encontraron que las personas de 70 años o más se beneficiaban más al tomar vitamina D diariamente que las personas más jóvenes. Los beneficios también fueron mayores en las personas que comenzaron a tomar vitamina D todos los días de manera preventiva antes de recibir un diagnóstico de cáncer.

Este estudio fue publicado recientemente en la revista Aging Research Reviews.

¿Por qué necesitamos vitamina D?

La vitamina D es una vitamina esencial para la salud general de una persona. Ayuda con varias funciones, entre ellas:

• Absorción de calcio (fuente confiable para huesos fuertes)
• Asegura que el sistema inmunológico funcione correctamente
• Reduce la inflamación
• Coopera con el crecimiento normal y el rendimiento de los músculos
• Mantiene un sistema nervioso saludable

Una persona regularmente obtiene vitamina D ya sea al comer alimentos ricos en vitamina D, un suplemento, o por la exposición a los rayos ultravioleta del sol.

Los alimentos ricos en vitamina D incluyen:

• Ciertos tipos de mariscos, incluido el salmón y el atún enlatado ligero
• Yemas de huevo
• Hígado de res
• Aceite de hígado de bacalao
• Productos lácteos

Existen dos tipos principales de vitamina D:

La vitamina D₂ se encuentra principalmente en alimentos y suplementos de origen vegetal.

La vitamina D₃ se obtiene principalmente a través de la exposición al sol y del consumo de ciertos alimentos relacionados con la carne.

Actualmente, la ingesta diaria promedio recomendada de vitamina D para la mayoría de las personas es de 400 a 800 UI (10 a 20 microgramos). El rango se relaciona principalmente con la edad; se recomiendan 400 UI para bebés pequeños y 800 UI para adultos de 71 años o más.

Los signos de una deficiencia de vitamina D incluyen:

• Fatiga
• Dolor óseo y/o fragilidad
• Debilidad muscular, dolor y/o espasmos
• Rigidez articular
• Depresión
• Incapacidad para dormir bien

Examinando la vitamina D y el riesgo de cáncer

Este no es el primer estudio que busca una correlación entre la vitamina D y el cáncer. Los investigadores han examinado el uso de la vitamina D para reducir el riesgo de cáncer y como tratamiento.

Los científicos también han estudiado la vitamina D como medida preventiva para cánceres específicos, como el cáncer de mama y el cáncer de hígado. Sin embargo, los resultados han sido mixtos. Por ejemplo, una revisión reciente informó que la suplementación con vitamina D en adultos con niveles saludables de vitamina D no previno el cáncer ni proporcionó otros beneficios demostrables para la salud.

Según el doctor Ben Schöttker, epidemiólogo y líder del grupo de investigación de la División de Epidemiología Clínica e Investigación del Envejecimiento del Centro Alemán de Investigación del Cáncer y autor principal de este estudio, él como su equipo decidieron estudiar el impacto de la vitamina D en la mortalidad por cáncer, en tanto los ensayos anteriores habían proporcionado evidencia de que la mortalidad por cáncer es uno de los resultados de salud que probablemente muestre una respuesta a la suplementación con vitamina D.

Además, para este estudio en concreto, el doctor Schöttker y su grupo se centraron específicamente en la vitamina D₃.

“Una revisión sistemática anterior y un metanálisis no mostraron ningún efecto de la vitamina D₂ sobre la mortalidad por cáncer, pero sí un efecto de la vitamina D₃ sobre la mortalidad por cáncer”, dijo a Medical News Today. “Solo se puede especular sobre las razones”.

Tomar vitamina D3 todos los días

Para este estudio, los investigadores analizaron datos y hallazgos de 14 estudios para un total de casi 105.000 participantes. Los científicos solo incluyeron estudios en los que los participantes habían sido asignados al azar para recibir vitamina D₃ o un placebo.

Después de revisar todos los datos, el equipo de investigación no encontró resultados estadísticamente significativos hasta que consideraron la dosis que recibió cada participante del estudio.

Cuando a los participantes del estudio recibieron de forma intermitente dosis muy altas de vitamina D₃, los investigadores no encontraron ningún efecto sobre la mortalidad por cáncer. Sin embargo, cuando los participantes tomaron vitamina D₃ diariamente, el equipo de investigación descubrió que reducían su tasa de mortalidad por cáncer en un 12 %.

Además, el doctor Schöttker y su equipo encontraron que las personas de 70 años o más que tomaban vitamina D₃ diariamente eran las que más se beneficiaban de la terapia. “Cuanto más envejece, mayor es su riesgo de cáncer”, explicó.

“Así, las acciones preventivas contra la mortalidad por cáncer se vuelven más efectivas cuanto mayor es la edad de los pacientes. Como el riesgo de cáncer comienza a aumentar a partir de los 50 años, yo personalmente ya controlaba a los pacientes para detectar la posible suplementación con vitamina D a partir de los 50 años y no solo a partir de los 70 años”, dijo Schöttker a MNT.

Además, el efecto beneficioso fue más evidente cuando se tomó vitamina D₃ de forma preventiva antes de que un participante del estudio recibiera un diagnóstico de cáncer.

“Esto implica que básicamente todas las personas de 50 años o más, incluidas las personas que nunca han tenido cáncer, podrían beneficiarse de los suplementos de vitamina D si no tienen suficiente vitamina D”, señaló el doctor Ben Schottker

“Los médicos no pueden saber quién podría desarrollar cáncer en lo posterior. Sin embargo, en países como Alemania, el riesgo de desarrollar cáncer una vez en la vida es muy alto (43% para las mujeres y 51% para los hombres) y, por lo tanto, la posibilidad de tratar a alguien que podría beneficiarse de ello en el futuro es bastante alta. Supongo que el riesgo de desarrollar cáncer a lo largo de la vida es comparable en la mayoría de los demás países industrializados”, añadió el doctor Schöttker.

Hubo limitaciones en los estudios incluidos que dificultaron evaluar el verdadero impacto de la suplementación con vitamina D en la mortalidad por cáncer.

Por ejemplo, la mayoría de los ensayos incluidos no evaluaron los niveles de vitamina D al comienzo de los ensayos, por lo que no está claro cuántos de los participantes tenían deficiencia de vitamina D. Además, si bien todos los participantes fueron asignados a vitamina D₃ o un placebo, la mayoría de los ensayos permitieron a los participantes del grupo de placebo automedicarse con suplementos de vitamina D.

Modificaciones en el estilo de vida para reducir el riesgo de cáncer

Medical News Today también conversó con el doctor Wael Harb, hematólogo y oncólogo médico del MemorialCare Cancer Institute en el Orange Coast Medical Center en Fountain Valley, California, sobre esta investigación.

Explicó que si bien ha habido muchos estudios a lo largo de los años que investigan el papel de la vitamina D y la reducción del cáncer, los datos han estado en conflicto con algunos estudios que muestran resultados positivos y otros que no muestran ningún beneficio.

“Siempre estamos tratando de encontrar una intervención o suplemento en el estilo de vida que reduzca el cáncer porque una vez que se diagnostica el cáncer, especialmente si se diagnostica tarde, el resultado no siempre es favorable. Entonces, la mejor manera de abordar el cáncer es prevenirlo en primer lugar”, explicó.

El doctor Harb dijo que los médicos de atención primaria no solo deben hablar con las personas sobre sus niveles de vitamina D, sino también sobre otras modificaciones en el estilo de vida que pueden realizar para ayudar a reducir sus probabilidades de cáncer.

“Sabemos que se pueden hacer muchas cosas para disminuir el cáncer: evitar el tabaco, ser físicamente activo, tener un peso saludable, llevar una dieta saludable, limitar el consumo de alcohol, evitar la exposición al sol y seguir las pautas para la detección adecuada del cáncer”, concluyó el doctor Harb.

Fuente: un artículo de Corrie Pelc publicado en el portal www.medicalnewstoday.com

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