Su alimentación desempeña un rol importante de cara a la salud de su cerebro; usted está en capacidad tanto de promover como de prevenir la neurodegeneración.
Los mejores alimentos para aumentar la inteligencia de su cerebro incluyen la cúrcuma y el salmón silvestre de Alaska; vegetales como el apio, el brócoli y la coliflor, así como las nueces, las moras azules y el aceite de coco.
Si usted desea aumentar su inteligencia cabe que tenga muy presente que una de las mejores opciones con la que todos contamos radica en comer más alimentos enteros sin procesar. Los alimentos reales están llenos de vitaminas, minerales, antioxidantes y un sinnúmero de otros fitoquímicos que nutren las células del cerebro, consiguiendo incluso que otras nuevas se desarrollen.
Considere esto: las personas que comen muchos vegetales y frutas (alrededor de 1.6 tazas o 400 gramos) al día se desempeñan mejor en pruebas cognitivas; mientras que los que consumen mucha azúcar son 1.5 veces más propensos de desarrollar deterioro cognitivo leve.
Así que a la hora de elegir sus alimentos, recuerde que no es solo una cuestión de la cantidad de calorías que contienen –o si estos lo hacen o no engordar–; se trata de elegir los que contienen los nutrientes que apoyan la salud óptima, incluyendo la salud de su cerebro.
Cúrcuma
La cúrcuma es una especie amarilla comúnmente utilizada en el curry que contiene curcumina: un antioxidante antiinflamatorio, conocido tambien por sus propiedades anticancerígenas. La curcumina es capaz de atravesar la barrera hematoencefálica, razón por la cual resulta prometedora como un agente neuroprotector en una amplia variedad de trastornos neurológicos.
La investigación ha demostrado que la curcumina puede ayudar a inhibir la acumulación de la beta-amiloide en el cerebro, una proteína destructiva asociada a los pacientes con Alzheimer. La curcumina incluso ha demostrado incrementar la memoria y estimular la producción de nuevas células cerebrales, un proceso conocido como neurogénesis.
Una notable investigación de científicos alemanes sugiere que otro componente bioactivo soluble en la grasa de la cúrcuma llamado turmerona aromática, puede aumentar el crecimiento de las células madre neurales en el cerebro hasta en un 80% en ciertas concentraciones. Estas se diferencian de las neuronas y juegan un papel importante en los procesos de autoreparación.
Los hallazgos sugieren que la turmerona aromatica puede ayudar a recuperar la función del cerebro en enfermedades neurodegenerativas como las embolias y el Alzheimer (siempre y cuando el efecto también se aplique en los seres humanos).
Un consejo sabio… algunos polvos de curry pueden contener muy poca curcumina en comparación con el polvo de curcumina; así que, para obtener los mejores beneficios en su salud, elija el último.
Salmón silvestre de Alaska
Las grasas de tipo omega-3 –que se encuentran presentes en el salmón silvestre de Alaska– ayudan a combatir la inflamación en todo el cuerpo, incluyendo en su cerebro, al tiempo que ofrecen numerosas protecciones a las células de este vital órgano.
Por ejemplo, un estudio publicado en la revista Neurology anotaba que “las mujeres mayores con los niveles más altos de ácidos grasos de omega-3, tenían una mejor conservación de su cerebro a medida que envejecían que aquellas que mostraban niveles más bajos; lo cual podría significar que mantendrían un mejor funcionamiento cerebral en uno o dos años más”.
En la investigación independiente, se pudo evidenciar un aumento significativo en la activación de la parte de la corteza prefrontal dorsolateral del cerebro de los niños a quienes se les dio un suplemento de omega-3. Esta es un área del cerebro que está asociada con la memoria laboral.
También notaron cambios en otras partes del cerebro, incluyendo la corteza occipital (centro de procesamiento visual) y la corteza cerebelosa (que desempeña un papel en el control motor).
Usted puede obtener grasas omega-3 en dosis terapéuticas al tomar un suplemento como el aceite de kril. Pero si lo que busca es una fuente alimentaria, el salmón silvestre de Alaska –junto con las sardinas y anchoas– constituyen las mejores fuentes
Brócoli y coliflor
El brócoli y la coliflor son buenas fuentes de colina, una vitamina B conocida por su relación en el desarrollo del cerebro.
El consumo de colina durante el embarazo “recarga” la actividad cerebral de los animales en el útero, lo que indica que puede mejorar la función cognitiva, mejorar el aprendizaje y la memoria, e incluso disminuir la pérdida de memoria relacionada con la edad, así como la vulnerabilidad del cerebro a las toxinas durante la niñez, lo cual proporciona protección en el futuro. Los huevos y la carne son otras fuentes de colina.
El brócoli ofrece beneficios adicionales, incluyendo el flavonoide antiinflamatorio kaempferol y tres fitonutrientes glucosinolatos (glucorafanina, gluconasturtiian y glucobrasicina) que trabajan en sinergia para apoyar los procesos de desintoxicación de su cuerpo.
Fuente: Mercola.com