El diagnóstico de un tumor en el cerebro puede resultar aterrador y desalentador. Pero con los nuevos avances de tratamiento, los pacientes tienen más opciones que nunca.
Conversamos con el doctor Mario Pinos Gavilánez, prestigioso neurocirujano y Director Médico de Gamma Knife Center Ecuador (GKCE), quien nos comparte cómo los adelantos alcanzados en inmunoterapia y radiocirugía estereotáctica pueden tratar con éxito el cáncer metastásico en el cerebro.
El doctor Pinos también nos explicará sobre las opciones de tratamiento para los gliomas, y la esperanza para el futuro de aquellos pacientes diagnosticados con tumores cerebrales y metástasis cerebrales.
¿Puede usted comenzar contándonos un poco sobre los diferentes tipos de cáncer cerebral?
Dr. Pinos. Por lo general, un cáncer es algo que crece sin control y que normalmente invade el órgano en el que se originó. Si el cáncer comienza en el cerebro, las células cancerosas continúan dividiéndose e invaden el tejido cerebral sano. En la mayoría de los casos, las células cancerosas pueden desprenderse y propagarse a otros órganos, lo que se conoce como metástasis. Es decir, el cáncer se propaga a otros órganos.
En términos médicos, no hablamos realmente de “un cáncer de cerebro”. Usaríamos la palabra específica para describir al tumor o el cáncer. Por lo tanto, si un cáncer de pulmón se propaga al cerebro, sigue siendo cáncer de pulmón, y las causas de ese cáncer de pulmón son las mismas, ya sea que se encuentren en el pulmón, el hígado o el cerebro. En cambio, un cáncer de cerebro significaría un cáncer que comienza en el cerebro y, lamentablemente, estos son, en general, bastante agresivos, con algunas excepciones.
Por ejemplo, un glioma es un tumor que surge de las células gliales. “Glial” significa pegamento en griego. El tejido cerebral está compuesto de neuronas, que son los nervios o el sistema informático que envía todos los mensajes entre sí, como una enorme red de apoyo de células gliales. Y esas células adhesivas son en realidad las células de las que surgen los gliomas, incluidos los glioblastomas. Entonces, un médico le diría a otro médico: “este paciente tiene un glioma”. Lo que muchas personas han oído mencionar es algo llamado glioblastoma. Y estos tumores suelen progresar con relativa rapidez, y son profundamente dramáticos tanto para el paciente como para los miembros de su familia.
La buena noticia sobre los glioblastomas es que hoy en día los conocemos mucho mejor que hace diez años y que existen numerosos ensayos clínicos y científicos; ensayos preclínicos incluso, es decir, ensayos de laboratorio que se llevan a cabo con distintos enfoques médicos, para intentar atacar estos tumores. Los oncólogos suman ya algunos pacientes a los que les está yendo mucho mejor que hace una década atrás, si se les hubieran añadido algunas de estas terapias. De hecho, contamos con pacientes atípicos con casos extremos que pueden vivir muchos años con esta enfermedad.
¿Qué desea que la gente sepa en general sobre el cáncer y los tumores cerebrales, en tanto no siempre son sinónimos?
Dr. Pinos. No son sinónimos. Es un buen punto ir sobre este tema. A veces los pacientes usan la palabra cáncer cerebral cuando en realidad se refieren a un tumor cerebral. Es decir, un tumor que comienza en algún lugar alrededor del cerebro, pero no en el tejido cerebral o el parénquima. Hay muchos elementos dentro del cráneo y este a su vez contiene el cerebro. También está el revestimiento que rodea el cerebro, y los tumores también suelen formarse a lo largo de esa zona. Por lo tanto, existen diferentes tipos de tumores que pueden surgir en esa envoltura que rodea el cerebro y esos tumores tienden a ser benignos. Por ello, son más comunes los tumores que surgen del tejido cerebral real. Y esos tumores, repito, son casi siempre benignos.
¿Hay algo que podamos hacer para prevenir el cáncer cerebral? A menudo oímos hablar de ejercicio, dieta, sueño y fibra. ¿Hay alguna decisión que podamos tomar en nuestra vida que tenga algún efecto sobre la probabilidad de padecerlo?
Dr. Pinos. Cuanto acaba de mencionar en torno a higiene de la salud, como mantener fuerte su sistema inmunológico realizando todas esas actividades junto a una dieta cuidadosa, son iniciativas óptimas que todos podemos emprender.
Una cosa que sabemos en general es que nuestro sistema inmunológico es responsable de que desarrollemos o no un cáncer fuera de control. Por eso, ahora existen toda una línea de medicamentos llamados inmunoterapia, que básicamente ayudan a regular en forma positiva el sistema inmunológico.
Estos medicamentos funcionan especialmente bien cuando hay cánceres que son muy, muy agresivos. Entonces, si el cáncer que usted padece es muy agresivo, no se parece a su propio cuerpo, ¿verdad? Pues bien, si su sistema inmunológico está acelerado, atacará a esas células agresivas.
Por ello, mantener nuestro sistema inmunológico saludable es probablemente lo más importante que podemos hacer para protegernos contra el cáncer en general.
¿Cuáles son las principales formas de detectar el cáncer en el cerebro?
Dr. Pinos. Si usted tiene un cáncer de alto riesgo, como el cáncer de pulmón, este tiene mayor probabilidad de llegar al cerebro.
Frente a un cáncer de pulmón agresivo, el oncólogo enviará a ese paciente a que se haga una resonancia magnética (IRM) para buscar metástasis cerebrales.
A menudo encontramos metástasis cerebrales en pacientes que son completamente asintomáticos. Muchos no tienen ningún síntoma e ignoran que padecen de esas metástasis cerebrales, pero sabemos que tienen un alto riesgo; por esta razón el oncólogo les solicitará una IRM de detección. Y si se identifican metástasis cerebrales, el médico derivará al paciente a alguien como yo, quien como especialista lo evaluará y, por lo general, le recomendará un tratamiento para tratar esas metástasis cerebrales.
¿Existe alguna forma para que los pacientes lo detecten por sí mismos?
Dr. Pinos. Obviamente, si alguien presenta convulsiones, un dolor de cabeza terrible o un nuevo déficit neurológico, como un cambio en lo que llamamos campo visual, cabe prestar inmediata atención. Incluso he tenido varios pacientes que presentaron cambios significativos de personalidad. En el caso de los tumores cerebrales primarios, no realizamos ningún tipo de prueba de detección específica.
¿Existen tratamientos diferentes para los cánceres que comienzan en el cerebro y para los cánceres que se propagan a él?
Dr. Pinos. Si se tiene un tumor muy pequeño en el cerebro, podemos utilizar una dosis muy alta de radiación en un área pequeña, cuando se trata de un tumor sólido. A eso lo llamamos radiocirugía estereotáctica. No es una cirugía con un bisturí en la que se abre a alguien, no necesitamos anestesia para ello. Pero se llama cirugía porque es muy precisa y exacta, como si se tuviera un bisturí en la mano y se estuviera cortando un tumor. Utilizamos enormes dosis de radiación obliterante, y esto es lo más adecuado para tumores más pequeños, que suelen ser metástasis cerebrales.
En el caso de los cánceres que se originan en el cerebro, como por ejemplo un glioblastoma, estos se mezclan con el tejido cerebral normal y también tienden a ser relativamente grandes. Con este tipo de tumores, administramos una dosis baja de radiación con mayor frecuencia. En concreto, en el caso de los glioblastomas, la radiación daña el ADN de estas células cancerosas en tanto sus sistemas de reparación no son muy buenos. Por lo tanto, mueren preferentemente en lugar de que las células sanas normales sufran algún daño por la radiación, porque estas tienen una buena capacidad de reparación. Así encontramos un equilibrio entre el tratamiento suficiente para matar a la mayoría de las células cancerosas y preservar las células sanas normales que se mezclan con ellas.
¿Cómo sabe que todo ha terminado? ¿Cómo mide el éxito de un tratamiento?
Dr. Pinos. El método de referencia, en definitiva, es una resonancia magnética que se realiza generalmente un mes después del procedimiento. Esa es la primera indicación que tendremos en términos de qué tan bien ha respondido un tumor a la radiación.
Cuando la gente supone que su enfoque ante un diagnóstico debe ser deprimente y fatalista, para usted, ¿en qué se equivocan?
Dr. Pinos. En la última década ha habido una mejora enorme en nuestra comprensión del cáncer en general. Y, para cada tipo de cáncer que se presenta en nuestro cuerpo, tenemos un alcance mucho mejor tanto de su biología como de sus causas. Y con ese entendimiento, estamos desarrollando enfoques mejor orientados.
Y muchos de esos enfoques específicos se relacionan con diferentes tipos de medicamentos que los médicos oncólogos administramos. Algunos de ellos son quimioterapias clásicas; no obstante, hay una clase completamente nueva de fármacos que están dirigidos a una mutación específica que provoca el cáncer. Y, por último, también existe un campo completamente nuevo: el de la inmunoterapia, es decir, medicamentos que ayudan a estimular al propio sistema inmunológico del cuerpo para atacar el cáncer.
Con la llegada de todos estos medicamentos nuevos, estamos viendo resultados mucho mejores para los pacientes con cáncer avanzado, incluidos los pacientes cuyo cáncer se ha propagado al cerebro.
Ahora contamos con un grupo de pacientes que han sobrevivido a las metástasis cerebrales, que son los tumores cerebrales más comunes que solemos ver. Y con una combinación de medicamentos que controlan muy bien la enfermedad en el cuerpo, junto con la radiocirugía estereotáctica, podemos curar a muchos de estos pacientes, cuyo cáncer se ha propagado al cerebro.
Usted emplea simplemente la palabra curar, ¿por qué?
Dr. Pinos: ¡Curar! ¡Curar, pero son invadir! Es verdad. Yo dirijo un centro especializado, único en su ramo en el país. Valoro, atiendo y trato a docenas de pacientes a los que recibo luego cada seis meses; personas que a su vez se hacen resonancias magnéticas tras recibir su tratamiento de radiocirugía, para llevar un riguroso control de seguimiento. Cuando los vuelvo a ver en consulta, estoy absolutamente encantado de decirles que su resonancia cerebral es normal, y que están curados. Realmente no hay mejor mensaje que darle a un paciente, y no existe mejor sensación como médico que poder decirle a alguien que está curado y que ahora su calidad de vida será mejor.
Mencionó que los glioblastomas son más agresivos y que, en este momento, no existe una cura conocida. ¿Cuál es su mensaje para los pacientes que reciben este diagnóstico?
Dr. Pinos. No es una situación fácil para nadie. Hay un amplio rango de posibilidades con esos pacientes en términos de cuánto tiempo sobrevivirán, pero encuentro que no solo es importante ser empático, sino también directo y ético al responder las preguntas de los pacientes, tantas como ellos tengan. Algunos pacientes quieren tenerlo claro todo. Otros en cambio no quieren saber mucho: quieren simplemente que los cuide y los atienda. En mi caso personal es un privilegio y un placer hacerlo, empleando a tope mis habilidades y experiencia.
Creo que es muy importante que cada paciente cuando acuda a una cita con el médico tratante esté acompañado de un amigo, un cónyuge, un familiar, para hacer todas las preguntas que vea necesarias y para contar a su vez con un segundo par de oídos.
Nuestro conocimiento de la ciencia se está disparando vertiginosamente. Nuestra traducción en algún tipo de ventajas terapéuticas se está acelerando a un ritmo mucho más lento, pero tenemos una visión mucho mayor de cómo y por qué los pacientes desarrollan glioblastomas. También contamos con una mejor comprensión de lo que podemos hacer para estimular y acelerar nuestro sistema inmunológico para que ayude a atacar a los tumores en nuestro cerebro.
Siempre trato de dejar alguna esperanza. El tratamiento, en esencia, siempre prolonga la vida y, la mayoría de las veces, aliviará los síntomas y optimizará el bienestar y la calidad de vida de los pacientes.
Fuente: GKCE
Desde 2011, Gamma Knife Center Ecuador (GKCE) ofrece su visión y experiencia junto a la innovación de una herramienta neuroquirúrgica de renombre mundial, considerada como un referente en la literatura médica por su patrón de excelencia y probados resultados.
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