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Tumor cerebral: diagnóstico, grados y factores pronósticos

Un tumor cerebral

Para decidir sobre el mejor tratamiento para un tumor cerebral, se debe determinar tanto el tipo como el grado del tumor.

¿Cómo se diagnostica un tumor cerebral?

Las pruebas por imágenes pueden ayudar a los médicos a determinar si el tumor cerebral es primario o si se trata de un cáncer que se ha diseminado al cerebro desde otra parte del cuerpo. Las pruebas por imágenes muestran el interior del cuerpo. Su médico puede considerar estos factores al elegir una prueba de diagnóstico:

  • Tipo de tumor que se sospecha
  • Sus signos y síntomas
  • Su edad y estado de salud general
  • Los resultados de pruebas médicas anteriores

La mayoría de los tumores cerebrales no se diagnostican hasta después de que aparezcan los síntomas. A menudo, un internista o un neurólogo diagnostican inicialmente un tumor cerebral. Un internista es un médico especializado en el tratamiento de adultos. Un neurólogo es un médico especializado en problemas del cerebro y el sistema nervioso central (SNC).

Además de pedirle al paciente antecedentes médicos detallados y realizar un examen físico exhaustivo, el médico puede recomendar que se realicen algunas pruebas, las cuales sirven para averiguar la presencia y, a veces, el tipo o grado de un tumor cerebral.

En general, el diagnóstico de un tumor cerebral suele comenzar con una resonancia magnética (IRM). Una vez que la IRM muestra que hay un tumor en el cerebro, la forma más frecuente de determinar el tipo de tumor cerebral es examinar los resultados de una muestra de tejido después de una biopsia o cirugía.

Existen varios factores que ayudan a los médicos a determinar el plan de tratamiento adecuado para el tumor cerebral y el pronóstico del paciente. Los anotamos seguidamente.

Histología tumoral. Como se anotó, una forma de completar el diagnóstico parte de extirpar una muestra del tumor para su análisis. La histología tumoral incluye descubrir el tipo de tumor, el grado y las características moleculares adicionales que predicen la rapidez de su crecimiento. Juntos, estos factores ayudarán a su médico a comprender cómo se comportará probablemente el tumor. Estos factores también pueden ayudar a determinar sus opciones de tratamiento.

El grado describe ciertas características del tumor que están vinculadas a resultados específicos. Por ejemplo, los médicos pueden considerar si las células tumorales están creciendo fuera de control o si hay muchas células muertas. Los tumores con características generalmente relacionadas con un crecimiento más rápido reciben un grado más alto. Para la mayoría de los tumores, cuanto menor es el grado, mejor es el pronóstico.

Específicamente para los tumores gliales, el grado está determinado por sus características, vistas al microscopio, de acuerdo con los siguientes criterios:

Grado I. Estos tumores tienen un crecimiento lento y son poco propensos a diseminarse. Con frecuencia se pueden extirpar con cirugía.

Grado II. Es menos probable que estos tumores crezcan y se diseminen, pero es más probable que vuelvan después del tratamiento.

Grado III. Es más probable que estos tumores tengan células que se dividen rápidamente, pero no células muertas. Pueden crecer rápido.

Grado IV. En un tumor de grado IV, las células del tumor se dividen activamente. Además, el tumor tiene tanto crecimiento de vasos sanguíneos como áreas de tejido muerto. Estos tumores pueden crecer y propagarse rápidamente.

Otras variables a considerar

Edad. En los adultos, la edad y el nivel de funcionamiento de una persona —llamados estado funcional—, son dos de las mejores formas de predecir el pronóstico de un paciente. En general, un adulto más joven tiene un mejor pronóstico.

Signos y síntomas. La sintomatología que presenta un paciente y su duración también pueden ayudar a determinar el pronóstico. Por ejemplo, las convulsiones y tener síntomas durante mucho tiempo se relacionan con un mejor pronóstico.

Extensión del tumor residual. La resección es una cirugía para extirpar un tumor. Residual se refiere a la cantidad de tumor que queda en el cuerpo después de la cirugía. El pronóstico de un paciente es mejor cuando se puede extirpar quirúrgicamente todo el tumor. A este respecto existen cuatro clasificaciones:

  • Se ha extirpado todo el tumor. Sin embargo, pueden permanecer células microscópicas.
  • Se han extirpado grandes partes del tumor.
  • Solo se extirpó una parte del tumor.
  • Biopsia solamente. Cuando únicamente se ha extirpado una pequeña porción utilizada para una biopsia.

Ubicación. Un tumor puede formarse en cualquier parte del cerebro. Algunas ubicaciones de tumores causan más daño que otras y algunos tumores son más difíciles de tratar debido al lugar en el cual están alojados.

Características moleculares. Ciertas mutaciones genéticas que se encuentran en el tumor pueden ayudar a determinar el pronóstico. Estas incluyen las siguientes: IDH1, IDH2, MGMT, y una codeleción de 1p/19q. A veces, si un tumor presenta alguna de estas mutaciones, se determina el tipo de tumor cerebral diagnosticado.

  • 100: normal, sin quejas, sin evidencia de enfermedad.
  • 90: capaz de seguir con la actividad normal; solo síntomas leves de enfermedad.
  • 80: actividad normal con esfuerzo; algunos síntomas de enfermedad.
  • 70: capaz del cuidado personal; incapaz de seguir con actividad normal o trabajo activo.
  • 60: requiere asistencia ocasional, pero puede atender sus necesidades.
  • 50: requiere asistencia considerable y atención médica frecuente.
  • 40: incapacitado, requiere de atención y asistencia especiales.
  • 30: gravemente incapacitado; se indica hospitalización, pero la muerte no es inminente.
  • 20: muy enfermo, son necesarios hospitalización y tratamiento activo.
  • 10: moribundo, procesos fatales que avanzan rápidamente.

Diseminación metastásica. Un tumor que comienza en el cerebro o en la médula espinal, incluso si es canceroso, rara vez se disemina a otras partes del cuerpo en los adultos, pero puede crecer dentro del SNC. Por esa razón, con pocas excepciones, las pruebas que examinan los otros órganos del cuerpo generalmente no son necesarias. Un tumor que se disemina a otras partes del cerebro o a la médula espinal se relaciona con un peor pronóstico.

Tumor recurrente. Un tumor recurrente es aquel que ha vuelto a aparecer después del tratamiento. Si el tumor regresa, se realizará otra serie de pruebas para obtener información sobre el alcance de la recurrencia. Esas pruebas y exploraciones a menudo son similares a aquellas que se realizan al momento del diagnóstico original.

A la fecha, los factores que aquí se enumeraron son los mejores indicadores del pronóstico de un paciente. Tal como se explicó, los investigadores actualmente buscan biomarcadores en el tejido tumoral que podrían hacer que un tumor cerebral sea más fácil de diagnosticar, para permitir así la estadificación de un tumor cerebral adulto en el futuro.

Los especialistas también están examinando otras pruebas genéticas que puedan predecir el pronóstico de un paciente. Es posible que estas herramientas algún día ayuden a los médicos a conjeturar la probabilidad de que crezca un tumor cerebral, desarrollar tratamientos más efectivos y a establecer el pronóstico con mayor precisión.

Fuente: un artículo aprobado y difundido por la Junta Editorial de Cancer.Net, publicado en el portal www.cancer.net

 

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