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¿Tumor cerebral? Guía para familiares que cuidan al paciente

Un reciente simposio sobre cuidados oncológicos enfocó la vital importancia que tienen los familiares y todos quienes cuidan del paciente, todos los cuales muchas veces no son reconocidos. “A pesar de proporcionar los servicios esenciales del hogar y aquellos asociados a la parte médica, los cuidadores son subvaluados, mientras que ellos confrontan una multitud de necesidades”, así lo sostiente la doctora J. Nicholas Dionne-Odom de la Universidad de Alabama.

Los  llamados cuidadores o caregivers –como se los conoce en los países anglosajones– asumen las tareas diarias del hogar y el exigente trabajo que estas implican, para proveer atención esmerada asociada al cuidado de niños o ancianos de su núcleo familiar. Adicionalmente, estos suelen coordinar las citas con especialistas, los aspectos inherentes al transporte, la administración de medicamentos, la elaboración de comidas, así como la correcta y oportuna aplicación de procedimientos médicos en casa que pudiese demandar el paciente, entre otras muchas tareas cotidianas.

He aquí algunos consejos para aquellos que generosamente ejercen la tarea de proveedores de cuidados. Esta guía aspira a ayudarles en el proceso y a no volver a su tarea una carga:

  • Dese tiempo. Tanto usted como su ser querido requieren de una pausa para realizar y asumir con serenidad el diagnóstico de la enfermedad detectada
  • Asuma en lo posible una actitud positiva; esta se tornará beneficiosa tanto para usted como para su familiar o amigo
  • Brindar cuidados a su ser querido requiere paciencia, flexibilidad, valor y un excelente sentido del humor: practíquelos
  • La buena comunicación es esencial para aprender cómo lidiar con cualquier enfermedad delicada junto con su ser querido
  • Planifique momentos especiales juntos, alejados en lo posible de la rutina del tratamiento. Prepare con esa finalidad una salida, una noche de cine o juegos, etcétera
  • Hable del futuro: sembrar esperanza siempre será importante
  • Ser un cuidador puede revelar fortalezas no conocidas en usted; potenciarlas puede sin duda enriquecer su vida familiar
  • Como encargado de velar por un paciente usted bien puede optar por ser el cuidador principal, y según el nivel de apoyo que reciba de su familia y amigos, podrá dividir y compartir esta responsabilidad entre dos o más personas
  • Ser cuidador puede afectarlo física, emocional e incluso materialmente, pues todo tratamiento suele requerir recursos financieros; procure anticiparse y converse con sus allegados para que estos no generen crisis absolutamente previsibles
  • Sea un participante activo durante las visitas programadas con los médicos de cabecera; este aspecto mejora la comprensión sobre el diagnóstico del enfermo a su cargo, y permite conducirse mejor de cara al tratamiento ordenado y su progreso
  • Sea ordenado: utilice un cuaderno para anotar citas, observaciones y preguntas que estime deban ser consultadas al médico
  • Trate de realizar actividades diarias consideradas normales
  • Dese permiso para sentir; comparta con algún amigo o consejero confiable que pudiese brindarle apoyo
  • Prepare una lista de actividades en las cuales la familia y amigos cercanos pudiesen integrarse para participar junto a usted, ya sea cada semana o bien una vez al mes
  • Cuidarse a sí mismo también es importante. Para reducir el estrés conviene separar tiempo para el ejercicio, la meditación o alguna otra forma de relajación. Optar por una disciplina de descanso, nutrición y tiempo para sí mismo resultará vital
  • Trate de mantener su rutina normal lo más posible, pero esté consciente de esta se verá alterada en más de una oportunidad, especialmente si usted es el cuidador principal
  • Saque provecho de los grupos de individuos que tienen a su cargo pacientes con enfermedades catastróficas. Existen en la red varias comunidades fiables que pueden proporcionarle apoyo e información valiosa en apoyo a su trabajo de cuidador
  • El apoyo espiritual siempre resulta una muy buena medicina
  • Designe y delegue a un familiar para responder a las múltiples llamadas telefónicas solicitando información sobre la condición de su ser querido
  • Si tiene niños en casa, asígneles tareas –según su edad–, para acomodar los cambios en la rutina del hogar

Precautelar la calidad de vida de los que amamos no es solo tarea de tiempo, de contar con los medios materiales suficientes o de acercar la tecnología de punta que pudiese exigir su dolencia –por complicada que esta sea–, sino en poder proporcionarles una atención acorde a sus necesidades inmediatas.

El cuidador debe saber asumir dicha responsabilidad con aplomo y radicalidad, en tanto que esta implicará muchas veces una alta cuota de olvido de sí mismo, que acompañada de algunos de los consejos aquí detallados, le permitirán asegurar una óptima condición física, mental y emocional, que redundará en que el núcleo familiar se enriquezca con una sana distribución de funciones y en una serena convivencia. Así, gana el enfermo y la tarea de cuidarlo se torna en la forma más noble de brindarle seguridad y afecto a toda hora.