La Asociación Internacional de Registros de Cáncer (IARC) informó que hay más de 28.000 casos de tumores cerebrales registrados en la India, y que más de 24.000 personas mueren anualmente debido a esta afección.
Un tumor cerebral ocurre cuando se forman células anormales dentro del cerebro o la columna central que interrumpen la función cerebral adecuada, razón por la cual también pueden ser potencialmente mortales. Son de dos tipos: cancerosos (malignos) y no cancerosos (benignos). De hecho, los diferentes tipos de tumores cerebrales se clasifican por tamaño, ubicación, origen celular y grado.
Las estadísticas de tumores cerebrales se clasifican en los informes de investigación como tumores del cerebro y del sistema nervioso central (SNC). Los tumores cerebrales benignos son tumores de crecimiento lento que se pueden extirpar o destruir en un lugar de fácil acceso. Los tumores cerebrales malignos son de rápido crecimiento que invaden, infiltran y destruyen el tejido cerebral normal.
Tumor cerebral: causas, factores de riesgo y tratamiento
Las personas que han estado expuestas a radiación ionizante —como la radioterapia que se usa para tratar el cáncer— o la exposición a la radiación causada por enlaces atómicos, tienen un mayor riesgo de que se les diagnostique un tumor cerebral. Estar expuesto a ciertas sustancias químicas en el entorno laboral también puede aumentar el riesgo de tumores cerebrales.
Aquellos que tienen antecedentes familiares de tumores cerebrales o cualquier tipo de síndromes genéticos también tienen un riesgo menor de desarrollar un tumor cerebral. Además, el sobrepeso o la obesidad pueden estar relacionados con un mayor riesgo de padecer un tipo de tumor cerebral llamado meningioma. Esto según un nuevo metaanálisis publicado en la edición en línea de Neurology, la revista médica de la Academia Estadounidense de Neurología.
Las personas con VIH/SIDA tienen un mayor riesgo de desarrollar un tipo de tumor cerebral llamado linfoma primario del sistema nervioso central (LPSNC). Aunque la razón no se conoce completamente, lo más probable es que esté relacionada con el debilitamiento del sistema inmunológico, particularmente en las últimas etapas de la enfermedad.
Además, hay estudios que muestran que las posibilidades de un tumor cerebral son ligeramente más altas en las mujeres que en los hombres; personas mayores de 70 años e individuos que hayan tenido casos previos de cáncer (cerebro infantil y otros tumores sólidos, leucemia, melanoma, cánceres de tiroides o de próstata).
Tratamientos disponibles
En los últimos años, ha habido varios avances en los tratamientos para el tumor cerebral con el fin de hacerlo lo más mínimamente invasivo posible. Los médicos utilizan técnicas de mapeo cortical y de imágenes para localizar con precisión el tumor y realizar la cirugía con una planificación meticulosa.
Las opciones de tratamiento dependen de varios factores, como el tamaño, el tipo y el grado del tumor; si se ha diseminado a otras partes del cuerpo o al sistema nervioso central; si está ejerciendo presión sobre partes vitales del cerebro, y los posibles efectos secundarios y preferencias de cada individuo.
El tratamiento habitual para el tumor cerebral incluye las opciones de cirugía, radioterapia, quimioterapia, terapia dirigida y radiocirugía estereotáctica.
La cirugía endoscópica de tumores cerebrales es un procedimiento de tratamiento mínimamente invasivo que permite a los neurocirujanos encontrar y tratar la enfermedad en las profundidades del cerebro accediendo a ella a través de la nariz. Las cirugías de tumores cerebrales proporcionan muestras de tejido para análisis de biopsia para extirpar el tumor.
La radioterapia para los tumores cerebrales destruye las células cancerosas del cerebro mediante la liberación de rayos X de alta energía. La radioterapia externa se usa para tratar tumores cerebrales, y esta se administra mediante una máquina.
La terapia sistémica es el uso de medicamentos para destruir las células tumorales. El medicamento aquí se administra a través del torrente sanguíneo de los pacientes para llegar a las células tumorales en todo el sistema del cuerpo.
Los tipos de terapias sistémicas que se usan para los tumores cerebrales incluyen quimioterapia y terapia dirigida. La quimioterapia se administra por lo general después de la cirugía, con o después de la radioterapia, particularmente si el tumor ha regresado después del tratamiento inicial.
Además de la quimioterapia estándar, la terapia dirigida es un tratamiento que se dirige a los genes específicos del tumor, las proteínas o el entorno tisular que contribuye al crecimiento y la supervivencia de un tumor. Este tipo de tratamiento bloquea el crecimiento y la diseminación de las células tumorales y limita el daño a las células sanas.
En medicina, el ozono se ha utilizado para tratamientos terapéuticos. La molécula de ozono es inestable y es una forma activa y reactiva de oxígeno. Esta molécula de oxígeno purifica la sangre, la linfa y otros tejidos corporales al combinarse rápidamente con ellos. El proceso mediante el cual se administra gas ozono-oxígeno en el cuerpo para tratar una enfermedad o una herida se conoce como terapia de ozono. Es un tratamiento médico adyuvante alternativo que introduce ozono u ozonidos al cuerpo y se usa para tratar afecciones médicas ya que consigue estimular el sistema inmunológico; también se usa para desinfectar.
La ozonoterapia estimula los mecanismos adaptativos que inducen modulaciones en los pacientes al afectar el sistema inmunológico, el flujo sanguíneo y la oxigenación y el estrés oxidativo. Proporciona más oxígeno a los glóbulos rojos y aumenta la absorción de glucosa del cuerpo, por lo que proporciona más energía. También se sabe que la ozonoterapia hace que las membranas celulares sean más saludables, elásticas y flexibles, al tiempo que aumenta la ingesta de nutrientes de las células. La terapia es un potente oxidante y estimula las enzimas antioxidantes, y promueve un efecto de preacondicionamiento o adaptabilidad al estrés oxidativo.
Finalmente, los pacientes cuentan también con la radiocirugía estereotáctica, un procedimiento no invasivo que usa radiación para destruir el ADN en las células del tumor cerebral para que no puedan reproducirse. Esta técnica neuroquirúrgica se realiza ambulatoriamente, lo que implica que una vez establecido con claridad el diagnóstico, el paciente agendará su cita en el centro especializado, se registra, se somete al tratamiento y se va a casa el mismo día.
Fuente: un artículo de Mili Shah, MD, publicado en el portal doctor.ndtv.com
La radiocirugía estereotáctica es una técnica no invasiva, capaz de administrar a un volumen predeterminado de tejido cerebral normal, tumor o malformación vascular, una dosis elevada de radiación, en una sola sesión, con precisión submilimétrica y, por tanto, con casi completa preservación del tejido cerebral sano que rodea a la lesión.
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