Las células cerebrales tienen una relación compleja con los vasos sanguíneos que las rodean, que pueden afectar en gran medida la capacidad de funcionamiento de los vasos, según un nuevo informe científico de la American Heart Association (AHA).

La declaración científica, publicada la revista Stroke de la AHA, destaca conceptos nuevos y emergentes sobre cómo los vasos sanguíneos afectan la salud general del cerebro, incluida la función cognitiva, y dónde se necesita más investigación.

“Los vasos sanguíneos del cerebro hacen mucho más que llevar sangre al cerebro”, comentó el presidente del comité de redacción, el doctor Costantino Iadecola, director y presidente del Instituto Feil para la investigación del cerebro y la mente de la familia en el Weill Cornell Medicine, en Nueva York.

La declaración fomenta una mayor colaboración entre los investigadores y los profesionales de la salud que se especializan en enfermedades cardiovasculares y salud cerebral, dijo Iadecola. A medida que la población envejece, crece la necesidad de comprender mejor la salud del cerebro.

“Hay problemas cerebrales relacionados con la edad que no se pueden resolver dentro de una sola especialidad”, añadió. “Lo que necesitamos es una amplia variedad de especialidades trabajando en conjunto”.

El vínculo entre la salud de los vasos sanguíneos y algunos problemas cerebrales, como los accidentes cerebrovasculares, ha sido bien estudiado. Pero la asociación entre los vasos sanguíneos, la demencia relacionada con el Alzheimer y otros trastornos cerebrales neurodegenerativos necesita más exploración, señaló Iadecola.
Más de medio millón de adultos estadounidenses son diagnosticados con demencia cada año, y aproximadamente el 1,5% de la población vive con la afección. Si bien la demencia se considera uno de los mayores problemas de salud del mundo, la mayoría de las investigaciones se han centrado en la acumulación de proteínas dentro y entre las células cerebrales que conducen a la enfermedad de Alzheimer. Un creciente cuerpo de investigación, destacado en el nuevo informe, sugiere que los vasos sanguíneos también juegan un papel importante en la enfermedad de Alzheimer y la demencia.

“Cuando piensas en la salud del cerebro, la mayoría de la gente piensa en las neuronas (células cerebrales) y cómo funcionan”, afirma la coautora de la declaración, la doctora Anusha Mishra, profesora asistente en el departamento de neurología de la Universidad de Ciencias y Salud de Oregón en Portland. “Pero no pensamos en cómo se sustentan esas neuronas”.

El cerebro necesita mucha energía para funcionar correctamente. Obtiene esa energía del oxígeno y la glucosa entregados por los vasos sanguíneos que están densamente empaquetados en el material cerebral. Pero los vasos sanguíneos hacen mucho más, anota la declaración. También ayudan a eliminar los subproductos dañinos generados por la actividad cerebral y regulan el tráfico de células inmunitarias dentro y fuera del cerebro. Cuando están dañados, los vasos sanguíneos contribuyen a problemas con la función cognitiva y enfermedades cerebrales.

Tener una mejor comprensión del papel que juegan los vasos sanguíneos podría brindar mejores oportunidades para la prevención, el reconocimiento y el tratamiento de los trastornos cerebrales, concluye la declaración.

Numerosos estudios han establecido una fuerte relación entre la salud del corazón y del cerebro y han encontrado que comparten muchos de los mismos factores de riesgo, incluida la presión arterial alta. Iadecola enfatizó que la nueva declaración amplía el enfoque de la AHA en esa relación al profundizar en cómo la salud vascular afecta la salud del cerebro.

Por ejemplo, el endurecimiento de los vasos que llevan la sangre del corazón al cerebro puede causar accidentes cerebrovasculares, advirtió. Pero los estudios también muestran una asociación entre el endurecimiento de las arterias y la enfermedad de Alzheimer. Los problemas con el flujo sanguíneo y la fuga al cerebro desde el torrente sanguíneo también parecen ocurrir antes de la aparición de los síntomas de la enfermedad de Alzheimer. Pero aún no está claro cómo están contribuyendo al desarrollo de la enfermedad de Alzheimer o la demencia.

Otra área que necesita más estudio es el papel que juegan los vasos sanguíneos para ayudar a limpiar el cerebro del exceso de proteínas que contribuyen a la enfermedad de Alzheimer y otros tipos de demencia, puntualizó Mishra. La investigación futura debería preguntarse: “¿Cuáles son las fuerzas impulsoras que eliminan estas proteínas y cuál es el papel del sistema vascular en esa eliminación?”

“Comprender lo que no va bien es una ventana importante sobre cómo se produce la demencia de la que apenas estamos empezando a arañar la superficie”, agregó Mishra.

La declaración también aborda cómo los vasos sanguíneos en las meninges, tres capas de membranas que cubren y protegen el cerebro y la médula espinal, pueden estar afectando la función cognitiva. La barrera hematoencefálica, formada por las células que recubren los vasos sanguíneos del cerebro, evita que las sustancias nocivas entren en el cerebro a través del torrente sanguíneo, al tiempo que permite que los nutrientes y el oxígeno necesarios se crucen. Iadecola indicó que los investigadores ahora entienden que los vasos sanguíneos en las meninges, que no tienen la barrera, son una vía importante a través de la cual algunas células ingresan al cerebro. Estas células, en particular las células inmunitarias, patrullan el cerebro e informan al resto del sistema inmunitario del cuerpo.

“Hay tráfico de células inmunitarias dentro y fuera del cerebro”, dijo Iadecola. “Esto cobra relevancia cuando se altera el tráfico y, en consecuencia, el cerebro puede sufrir”.

Iadecola expresó que espera que la declaración ayude a aumentar la conciencia sobre la “amplia gama de funciones” que tienen los vasos sanguíneos en el cerebro.

“Todas estas cosas se vuelven cada vez más importantes a medida que las personas envejecen”, dijo. “Nuestro trabajo como médicos y científicos neurovasculares es llevar este conocimiento a la comunidad médica general”.

Fuente: un artículo de Laura Williamson publicado en el portal medicalxpress.com

A lo largo de once años, Gamma Knife Center Ecuador (GKCE) ha mantenido intacta su misión de proyectarse como un rayo de esperanza dirigido a mejorar o extender la calidad de vida de cientos de pacientes con lesiones cerebrales.

La innovadora tecnología sueca Gamma Knife® —considerada como el estándar de oro de la radiocirugía cerebral—, elimina tumores benignos y cancerosos, metástasis y neuralgias del trigémino, con un sofisticado sistema que envía, de una sola vez, altas dosis de radiación directamente al punto afectado, sin tocar tejidos circundantes. Es una modalidad de radioterapia no invasiva que sirve para el tratamiento exclusivo de patologías intracraneales y pequeños tumores alojados en el cerebro que requiere únicamente de anestesia local. Constituye, en toda regla, una solución ambulatoria para diagnósticos complejos.

El centro, con base en la ciudad de Guayaquil, brinda un servicio humano y profesional con probados resultados de excelencia, en los que se contemplan rigurosamente —a cada paso del proceso—, los exigentes niveles de calidad, seguridad y eficiencia que demanda la casa fabricante.

Todos los protocolos médicos y procedimientos administrativos están a la vanguardia de centros similares a nivel internacional, con la ventaja añadida de que GKCE le permite acceder a la atención especializada que demanda la gravedad de un tumor cerebral, con inmediatez, efectividad y sin salir del país.

Trabajamos enfocados en brindar soluciones seguras que abran nuevas expectativas a quienes enfrentan desalentadoras enfermedades catastróficas. Con este fin, estamos acreditados ante la Red Pública Integral de Salud (IESS, ISSFA, ISSPOL, MSP) y las principales aseguradoras privadas.

En GKCE practicamos una profunda vocación de servicio orientada a cuidar celosamente su salud cerebral. ¡Consúltenos!