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¿Qué son los ventrículos cerebrales y para qué sirven?

Los ventrículos cerebrales son cuatro cavidades anatómicas huecas que se encuentran en el cerebro y por las que circula el líquido cefalorraquídeo (LCR), un fluido claro que baña el cerebro y la médula espinal. El cerebro tiene cuatro ventrículos, dos laterales, el tercer ventrículo y el cuarto ventrículo.

Localización y anatomía de los ventrículos

Los ventrículos cerebrales son cuatro cavidades huecas en el cerebro que están llenas de líquido cefalorraquídeo. Están ubicados en el centro del cerebro y se extienden desde la parte frontal hasta la parte posterior del mismo.

Los ventrículos cerebrales están revestidos por una membrana llamada plexo coroideo, que es responsable de la producción del líquido cefalorraquídeo. El líquido cefalorraquídeo fluye a través de los ventrículos cerebrales y luego sale al espacio subaracnoideo que rodea el cerebro y la médula espinal, donde es reabsorbido en el torrente sanguíneo.

Es importante destacar que los ventrículos cerebrales están rodeados por estructuras importantes del cerebro, como el cuerpo calloso, el tálamo, el hipotálamo, el tronco cerebral y el cerebelo, por lo que cualquier trastorno que afecte a los ventrículos cerebrales también puede afectar a estas estructuras cercanas y producir síntomas y problemas de salud graves.

ventrículo cerebral
Los cuatro tipos de ventrículos cerebrales son: los dos ventrículos laterales, el tercer ventrículo y el cuarto ventrículo. Los ventrículos cerebrales se comunican entre sí por medio de pequeños orificios o conductos

Ventrículos laterales

Son los dos ventrículos más grandes y se encuentran en los hemisferios cerebrales. Cada uno tiene una forma similar a la letra C y se extiende desde la parte frontal del cerebro hasta la parte posterior.

Cada ventrículo lateral está dividido en una porción frontal (cuerno frontal), una porción central (cuerno del cuerpo) y una porción posterior (cuerno occipital). Tienen tres astas o extensiones que se proyectan hacia los lóbulos frontal, temporal y occipital. Están conectados al tercer ventrículo, que se encuentra en el centro del cerebro, a través de dos orificios llamados forámenes interventriculares de Monro.

Tercer ventrículo

El tercer ventrículo es una cavidad estrecha ubicada entre los tálamos, en el diencéfalo. Es un espacio estrecho que se encuentra en el centro del cerebro, debajo del cuerpo calloso y encima del hipotálamo.

Se comunica con los ventrículos laterales por medio del foramen interventricular de Monro y con el cuarto ventrículo por medio del acueducto cerebral de Silvio. El tercer ventrículo está lleno de líquido cefalorraquídeo que baña y protege las estructuras del diencéfalo. Tiene funciones endocrinas, al permitir la difusión de sustancias y hormonas desde la sangre al líquido cefalorraquídeo a través de la barrera hematoencefálica.

Cuarto ventrículo

Es un espacio más amplio que se encuentra en la base del cerebro, detrás del tronco cerebral. Es una cavidad romboidal que está ubicada en el tronco del encéfalo, entre el puente y el cerebelo. Se conecta con el tercer ventrículo a través del acueducto cerebral.

El cuarto ventrículo es una cavidad de forma triangular situada en el romboencéfalo. Está ubicado entre el bulbo raquídeo, la protuberancia y el mesencéfalo por delante y el cerebelo por detrás.

El cuarto ventrículo se comunica con el tercer ventrículo por medio del acueducto cerebral de Silvio y con el espacio subaracnoideo por medio de tres aperturas: los agujeros laterales de Luschka y el agujero medial de Magendie. Está lleno de líquido cefalorraquídeo que baña y protege las estructuras del romboencéfalo. El cuarto ventrículo tiene funciones importantes en la regulación de la presión intracraneal, la respiración y la deglución.

ventrículo

Qué es el canal medular y cuál es su función

El canal medular es una cavidad cilíndrica que se encuentra en el interior de la columna vertebral y protege la médula espinal. Tiene un diámetro variable según la región de la columna vertebral y el individuo.

El canal medular y los ventrículos están conectados por el líquido cefalorraquídeo (LCR). El LCR se produce en los plexos coroideos de los ventrículos cerebrales y en el epitelio ependimario; circula desde los ventrículos laterales al tercer ventrículo por el orificio de Monro, desde el tercer ventrículo al cuarto ventrículo por el acueducto de Silvio, y desde el cuarto ventrículo al espacio subaracnoideo por los agujeros de Luschka y Magendie. El LCR también pasa por el óbex al conducto ependimario medular, que es una prolongación del cuarto ventrículo dentro del canal medular. El LCR tiene funciones importantes como la amortiguación mecánica, la regulación del medio interno y la transmisión de señales neuroendócrinas.

El canal medular en ocasiones puede sufrir un estrechamiento anormal llamado estenosis, que puede comprimir la médula espinal o las raíces nerviosas y causar síntomas como dolor, debilidad o entumecimiento en las extremidades. La estenosis del canal medular puede ser congénita o adquirida por causas como el envejecimiento, la artritis, los traumatismos o los tumores.

Función de los ventrículos

Una de las principales funciones de los ventrículos cerebrales es la producción, transporte y circulación del líquido cefalorraquídeo. El LCR protege el cerebro y la médula espinal de lesiones al amortiguar golpes y ayudar a mantener una presión constante en el cerebro.

Otra función importante de los ventrículos cerebrales es proporcionar una ruta para el flujo de nutrientes y otros productos químicos entre el cerebro y el resto del cuerpo. El líquido cefalorraquídeo es quien transporta nutrientes, como la glucosa y el oxígeno, a las células del cerebro y la médula espinal. También elimina los desechos metabólicos y los productos químicos tóxicos que pueden acumularse en el cerebro.

Además, los ventrículos cerebrales también pueden desempeñar un papel en la regulación de la presión intracraneal. La acumulación de líquido cefalorraquídeo en los ventrículos cerebrales puede aumentar la presión en el cerebro, lo que puede conducir a síntomas como dolores de cabeza, náuseas y vómitos. Si la presión intracraneal se vuelve demasiado alta, puede causar daño cerebral y ser potencialmente mortal.

También se ha demostrado que los ventrículos cerebrales pueden afectar el comportamiento y la cognición. Se ha informado que un tamaño anormal de los ventrículos cerebrales se asocia con cambios en la personalidad y el comportamiento, así como con trastornos neurológicos, como la enfermedad de Alzheimer y la esquizofrenia.

ventrículos

Los ventrículos cerebrales pueden ser objeto de diferentes tipos de trastornos. Uno de ellos es la hidrocefalia, un aumento del líquido cefalorraquídeo en el cerebro que puede producirse cuando hay un bloqueo en la circulación del fluido o un exceso de producción del mismo. La hidrocefalia puede provocar una inflamación del cerebro, dolor de cabeza, vómitos, mareo, dificultad para caminar y otros síntomas.

Otro trastorno relacionado con los ventrículos cerebrales es el tumor cerebral, que puede formarse en cualquier parte del cerebro, incluidos los ventrículos. En algunos casos, estos tumores pueden bloquear la circulación del líquido cefalorraquídeo, lo que puede provocar hidrocefalia.

Fuente: un artículo de Marta Guerri publicado en el portal www.psicoactiva.com

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