La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró recientemente que la viruela del mono es una emergencia mundial de salud pública de interés internacional.
La viruela del mono es una zoonosis viral causada por un virus de ADN de doble cadena del género Orthopoxvirus, que se transmite a los humanos desde los animales, con síntomas similares a la viruela, aunque clínicamente menos graves.
Desde principios de mayo de 2022, se han notificado casos de viruela del mono en países donde la enfermedad no es endémica, en tanto continúan informándose un número importante de infectados en varios países endémicos.
La mayoría de los casos confirmados con antecedentes de viajes reportaron desplazamientos a países de Europa y América del Norte, en lugar de África Occidental o Central, donde el virus de la viruela del mono es endémico. Esta es la primera vez que se informan simultáneamente muchos casos y grupos de viruela símica en países endémicos y no endémicos en áreas geográficas muy dispares. Hasta el 8 de agosto, se han notificado 30.189 casos en 88 países, de los cuales 29.844 casos son de países que históricamente no han notificado la viruela del mono.
Hasta ahora, la mayoría de los casos han sido identificados a través de servicios de salud sexual u otros servicios de salud en establecimientos de salud primarios y secundarios y han involucrado principalmente, aunque no exclusivamente, a hombres que tienen sexo con hombres.
La infección humana por el virus de la viruela del mono se identificó inicialmente en 1970, y casi todos los casos subsiguientes se limitaron a las regiones de selva tropical de África Central y Occidental. En África, las tasas de letalidad humana por infección de viruela del mono son de aproximadamente 10%, y casi la mitad de las personas infectadas desarrollan complicaciones graves. En los últimos tiempos, la tasa de letalidad es de alrededor del 3% al 6%.
En el verano de 2003, hubo un brote de infección por el virus de la viruela del mono en 72 personas (34 casos confirmados) en el Medio Oeste de los Estados Unidos, las primeras infecciones humanas reportadas fuera del continente africano. El 15% de los casos confirmados estaban gravemente enfermos, incluido un paciente con encefalitis grave.
Los síntomas más comunes incluyeron erupción, fiebre, escalofríos, adenopatía, dolor de cabeza, mialgia, sudores y tos. La erupción, predominantemente centrífuga que afecta las palmas de las manos y las plantas de los pies, sigue al pródromo (señales o malestares que preceden a una enfermedad) de tipo viral después de 1 a 3 días.
Se observan manifestaciones neurológicas en forma de dolor de cabeza y malestar general en más del 50% de los pacientes, mientras que complicaciones más graves como encefalitis y convulsiones se presentaron en menos del 3% de los pacientes. La ansiedad y la depresión son comunes en los pacientes hospitalizados.
Dos casos de encefalitis debido a la viruela del mono, ambos en niñas, que requirieron intubación y ventilación mecánica, se reseñan en la literatura médica durante brotes anteriores.
La paciente de los EE. UU. con encefalitis por viruela del mono era una niña de seis años que inicialmente presentó fiebre, faringitis, anorexia, malestar general y dolor de cabeza, de quien se observó tenía adenopatía y una erupción vesiculopapular. Posteriormente, se volvió somnolienta e insensible y desarrolló presunta actividad convulsiva. Su resonancia magnética cerebral (IRM), electroencefalograma (EEG) y examen del líquido cefalorraquídeo (LCR) revelaron anomalías.
El diagnóstico se confirmó mediante la detección de IgG e IgM del virus de la viruela del mono en suero e IgM en el LCR, y mediante resultados positivos de cultivo, inmunohistoquímicos y PCR en el material de la lesión cutánea. La paciente mejoró gradualmente durante varias semanas y finalmente se recuperó por completo.
La otra, era una niña de tres años, quien falleció al segundo día de hospitalización; cabe anotar que no se realizaron diagnósticos de LCR.
Debido a que la IgM por lo general no cruza la barrera hematoencefálica, la presencia de IgM en el LCR indica una infección activa del sistema nervioso central (SNC) con producción de anticuerpos intratecales. La ausencia de desmielinización, los cambios citotóxicos causados por edema difuso y focal y los anticuerpos intratecales (IgM) apuntan a la viruela del mono como una posible causa de encefalitis aguda. La viruela del mono parece tener un curso fatal casi exclusivamente en bebés y niños pequeños, específicamente en aquellos que no han recibido la vacuna contra la viruela.
Estos son los primeros días y es posible que encontremos más casos con compromiso neurológico en las próximas semanas o meses. Cualquier persona con fiebre, erupción cutánea, linfadenopatía y alteración del sensorio debe sospecharse como un caso de encefalitis por viruela del mono. Actuar con oportunidad resulta imperativo.
Mayores detalles sobre esta enfermedad están disponibles en el sitio web de la OMS, https://www.who.int/news-room/fact-sheets/detail/monkeypox
Fuente: información científica divulgada en el portal wfneurology.org
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