Años atrás, en 2008, un grupo de investigadores de la Universidad de Michigan estudió si pasar tiempo en la naturaleza podría mejorar el rendimiento cognitivo de una persona. Pusieron a prueba la memoria de 38 estudiantes y luego los dividieron en dos grupos: uno realizó una caminata de 2,8 millas en un arboreto (plantación de árboles destinada a fines científicos), mientras que el otro realizó una caminata de 2,8 millas en la ciudad. A su regreso al laboratorio, todos en el estudio repitieron las pruebas de memoria. Las personas que regresaron de la caminata por la naturaleza se desempeñaron significativamente mejor en su segunda prueba, mientras que los hombres y mujeres que regresaron de la caminata por la ciudad no mostraron diferencias confiables en sus habilidades de memoria.
Los investigadores incluso encontraron ventajas cognitivas cuando los estudiantes miraban imágenes de escenas de la naturaleza durante diez minutos en lugar de salir a caminar. En comparación con las imágenes de escenas de la ciudad, las escenas de la naturaleza mejoraron la memoria y la capacidad de resistir las distracciones, pero no afectaron los procesos cognitivos más básicos, como permanecer alerta o detectar señales visuales.
En 2009, otro grupo de investigadores en Japón realizó pruebas similares sobre los efectos biológicos de sumergir a las personas en entornos forestales (una práctica que los japoneses llaman Shinrin-yoku o baño en el bosque). En 24 lugares diferentes, los investigadores enviaron personas a un bosque cercano o a una ciudad cercana donde pasaron aproximadamente 15 minutos caminando y 15 minutos sentados. Inmediatamente después de estas actividades, las personas que visitaron el bosque tenían una frecuencia cardíaca más baja, una presión arterial más baja y niveles más bajos de cortisol —la hormona del estrés— en la saliva, que las personas que visitaron la ciudad.
Los cambios a corto plazo en la biología y la función cognitiva son relativamente fáciles de estudiar, pero comprender los resultados de salud mental a largo plazo es un desafío mayor. Alguna evidencia sugiere que los vecindarios con características naturales y espacios más verdes están vinculados con un mejor bienestar mental entre los residentes, incluida la reducción del estrés. Una revisión académica de 2013 concluyó que, según la investigación disponible, existía evidencia razonable que sugiere que el contacto con la naturaleza está asociado con una buena salud física, mental y sentimientos de conexión social.
La naturaleza mejora la salud al reducir la carga de trabajo mental de las personas y aliviando su constante necesidad de tomar decisiones.
¿Cuánto tiempo al aire libre deberías tener?
En 2019, investigadores de EE. UU. y Europa examinaron el vínculo entre la naturaleza y el bienestar con mayor detalle. No solo querían confirmar que la naturaleza es buena para la salud; deseaban probar si existe una dosis ideal de la naturaleza que contribuya a un mejor bienestar.
Los investigadores recolectaron datos de una encuesta del gobierno del Reino Unido correspondiente a los años 2014-2016 relacionada con la forma en que las personas interactúan con la naturaleza. La encuesta preguntó a aproximadamente 20.000 personas sobre su salud general y su satisfacción con la vida. Los científicos analizaron la relación entre estas medidas y otras preguntas que identificaron cuánto tiempo habían pasado las personas en la naturaleza durante los últimos siete días. Las zonas naturales incluían parques, playas, tierras de cultivo, bosques y ríos, pero excluían los jardines del hogar.
Después de considerar los cambios de bienestar asociados con variables como el vecindario, el estado socioeconómico, la actividad física y otros datos demográficos, los investigadores observaron los efectos específicos de pasar tiempo al aire libre. Las personas que dijeron que pasaron dos horas o más en la naturaleza durante la última semana fueron significativamente más propensas a reportar buena salud y alta satisfacción con la vida en comparación con las personas que dijeron que no pasaron tiempo al aire libre. Los investigadores no encontraron un impacto positivo confiable para las personas que pasaron solo una hora en la naturaleza, pero sí encontraron que la salud generalmente mejoró a medida que las personas pasaron más tiempo en ella, hasta cinco horas. Pasar más de cinco horas al aire libre no reportó beneficios adicionales. En lo que respecta a la salud general y la satisfacción con la vida, los beneficios de pasar de dos a tres horas en la naturaleza fueron similares a los beneficios de hacer de dos a tres horas de ejercicio físico a la semana.
¿Por qué la naturaleza tiene estos efectos positivos?
La ciencia aún se encuentra en sus primeras etapas, particularmente cuando se trata de comprender cómo evoluciona el cerebro con el tiempo en entornos naturales versus urbanos. Por ahora, parece probable que la naturaleza mejore la salud al reducir la carga de trabajo mental de las personas y aliviar su constante necesidad de tomar decisiones. Las ciudades son híperestimulantes porque proporcionan abundantes pistas para la acción, como peligros en las carreteras, anuncios y notificaciones por correo electrónico. La naturaleza proporciona señales más suaves para la atención, señales que atraen una observación tranquila y no requieren una acción inmediata. El chirrido de un pájaro puede sonar similar a una alerta de mensaje de texto, pero no exige el mismo tipo de respuesta urgente.
En línea con esta idea, los estudios de imágenes cerebrales han resaltado las diferencias en cómo los cerebros de los habitantes de las ciudades y los residentes rurales reaccionan a las amenazas sociales. Cuando se enfrentan a situaciones de estrés como la vergüenza, las personas que viven en ciudades en lugar de áreas rurales muestran una actividad más fuerte en la amígdala, un área del cerebro involucrada en emociones negativas. De manera similar, las personas que pasaron su infancia en las ciudades muestran una actividad más fuerte en la corteza cingulada anterior, un área involucrada en la regulación emocional, lo que sugiere esfuerzos hiperactivos para compensar el estrés. Las reacciones exageradas al estrés combinadas con una capacidad debilitada para regular esas reacciones no son ideales para la salud mental. El cerebro se adapta al estrés y la estimulación social de la gran ciudad, y los viajes regulares a la naturaleza pueden darle un descanso muy necesario.
La naturaleza relaja las limitaciones de una mente ocupada y distraída, similar a cómo las intervenciones de atención plena mejoran la salud mental. Abrazar la vida al aire libre reduce esa rumia mental y puede aumentar el bienestar en el proceso. Una dosis rápida puede hacer maravillas para usted y los suyos.
Fuente: un artículo de Erman Misirlisoy, PhD, publicado en el portal elemental.medium.com
Desde hace nueve años, Gamma Knife Center Ecuador ofrece su visión y experiencia junto a la innovación de una herramienta neuroquirúrgica de renombre mundial, considerada como un referente en la literatura médica por su patrón de excelencia y probados resultados.
La radiocirugía estereotáctica con Gamma Knife® no es una modalidad terapéutica experimental. Se trata de un método muy efectivo para tratar patologías y tumores cerebrales. Su aplicación cuenta con el respaldo de cinco décadas de investigación clínica publicada en prestigiosas revistas científicas y suma más de un millón de casos exitosos.
Para servirle mejor estamos acreditados ante la Red Pública Integral de Salud (IESS, ISSFA, ISSPOL, MSP) y de aseguradoras privadas del país.
Reserve hoy mismo su cita y obtenga una segunda opinión. Somos GKCE: tecnología de punta al servicio de una óptima calidad de vida. ¡Consúltenos!