La crianza de los hijos requiere un conjunto de habilidades únicas. Las madres y los padres deben anticipar las necesidades de sus hijos, comprenderlos y cuidarlos, a menudo sin experiencia y con muy poco sueño. Por lo tanto, no es sorprendente que los padres necesiten adaptarse para tener éxito en sus nuevos roles, dijeron algunos investigadores.

Los estudios han demostrado que cuando las mujeres quedan embarazadas y luego dan a luz, se producen cambios físicos en sus cerebros que, según sospechan los científicos, pueden ayudar a prepararlas para la maternidad. Y las investigaciones muestran que los nuevos padres pasan por cambios similares.

Los cambios cerebrales que experimentan los hombres pueden apoyar “la capacidad de formar un vínculo con el bebé y conectarse sensiblemente con él porque eso es importante para la supervivencia de nuestra especie”, sostuvo Darby Saxbe, profesora de psicología en la Universidad del Sur de California, quien ha estado estudiando los cambios estructurales del cerebro.

Saxbe y sus entonces colegas de España realizaron estudios de imágenes cerebrales en 40 futuros padres antes y después del nacimiento de su primer hijo, afirmó. Los investigadores descubrieron que, si bien los cambios estructurales eran más sutiles que los observados en las mujeres, los hombres experimentaban una reducción de la materia gris antes y después de convertirse en padres.

Los investigadores observaron que estos cambios se produjeron principalmente en la corteza cerebral, que desempeña un papel en el funcionamiento ejecutivo, incluida la memoria, el pensamiento, el razonamiento, el aprendizaje, la resolución de problemas y el procesamiento emocional. Se cree que esta reducción, un tipo de proceso de racionalización, ayuda al cerebro a procesar la información de manera más eficiente, dijo Saxbe.

De hecho, en un estudio de seguimiento, Saxbe y un colega descubrieron que, entre 38 padres primerizos, aquellos que experimentaron una reducción más significativa en el volumen de materia gris en la corteza cerebral, informaron más motivación y compromiso hacia la paternidad.

“Se sentían más unidos con sus bebés antes del nacimiento“, señaló. “Y luego, posteriormente, pasaron más tiempo con sus bebés como cuidadores principales”.

Los hombres también experimentan cambios hormonales antes y después de convertirse en padres.

Un estudio demostró que la primera vez que cargan a sus recién nacidos, los padres reciben un impulso de oxitocina, que es importante para el vínculo afectivo.

Otro estudio de más de 600 hombres encontró que aquellos de veintitantos años con niveles altos de testosterona tenían más probabilidades de convertirse en padres en pareja —en el período de seguimiento realizado cuatro años después—. Luego, aquellos que se convirtieron en padres en pareja experimentaron disminuciones significativas en la testosterona, en comparación con los “no padres” solteros, que experimentaron disminuciones modestas.

Los niveles más altos de testosterona en los hombres, entre otras cosas, ayudan a facilitar la competencia en la búsqueda de asociaciones con futuras parejas. “Así que la idea es que la disminución de testosterona a medida que los hombres hacen la transición a la paternidad restablece el enfoque y las prioridades en la familia“, dijo Lee Gettler, profesor de antropología en la Universidad de Notre Dame y autor principal del estudio sobre la testosterona.

Gettler y sus colegas observaron algunos resultados complementarios en hombres que volvieron a ser padres cuando tenían poco más de 30 años. Sin embargo, los resultados fueron menos dramáticos para los padres mayores, posiblemente porque los hombres producen menos testosterona a medida que envejecen, anotó Gettler, también director del Laboratorio de Hormonas, Salud y Comportamiento Humano de la Universidad de Notre Dame.

En otro estudio, la reducción de la testosterona y el aumento del cortisol, la hormona del estrés —en hombres que acababan de ser padres— se relacionó con una mayor participación de los padres en los meses siguientes.

No se sabe mucho sobre los cambios que ocurren en los hombres que se convierten en padrastros o padres adoptivos, dijeron los expertos.

Los padres homosexuales que eran los cuidadores principales exhibieron una alta activación en el centro de procesamiento emocional del cerebro, similar a la de las madres que eran las cuidadoras principales, según mostró un estudio.

“Los cuerpos de los hombres se están preparando para las exigencias de la paternidad de algunas maneras que son paralelas a lo que experimentan las madres, pero en otras formas, son distintas o evolucionaron específicamente en los padres para ayudarlos a centrarse en las necesidades de sus parejas y sus hijos”, concluyó Gettler.

Fuente: un artículo de Lindsey Bever publicado en el portal www.washingtonpost.com

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